lunes, 16 de mayo de 2011

Garfio

Tiempo atrás se popularizó el llamado Síndrome de Peter Pan que se refiere a los adultos que se resisten a madurar -ignórase si por incapacidad o porque la madurez no está dentro de sus deseos- para no abandonar Nunca Jamás el reino púber (Neverland). Una especie de larga convalecencia como coartada. Bien, hasta aquí dicho síndrome; pero, ¿y el Capitán Garfio? ¿Qué hace un pirata más que maduro obsesionado con el paradero de niños, persiguiendo a jovencitos? A pesar de su gran navío, de su bravía tripulación de corsarios de pelo en pecho, algo le falta al gran capitán de espléndidos bigotes dalinianos. Su furia disfraza su impotencia: fantasías de castración aparte, fue mutilado por un ser sub-marino inconsciente animal. Así, en el lugar de la mano ha colocado un garfio como elocuente signo de interrogación: ¿cuál es la duda? Vaya, pues, ¿con qué, que no sea un frío artefacto metálico, se puede sustituir, humanizar ese espacio vacío? Con Peter Pan: él es la prótesis. El Síndrome del Capitán Garfio describe a los adultos que, aun cuando no se resisten a crecer, se resisten a vivir sin la eterna presencia de niños y adolescentes cuya aventura infantil se piratean, pues temerosos del mundo adulto rutinario y aburrido, eligen (sobre) vivir a través del mundo lúdico de Peter Pan y sus compañeritos, a quienes transfieren y sobrecargan asimismo, con sueños y anhelos no alcanzados. Y por más que suena y resuena la Campanita avisando que terminó el tiempo del recreo, nadie hace caso. Por eso refunfuña la hadita.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Chabelo!

Anónimo dijo...

Es divertido prolongar la adolescencia, pero siempre habrá una Wendy que lo anime a uno a dejar de lado los juegos y a dedicarse a crecer

M dijo...

¡Qué pasitos con tamaños zapatotes, Falcón!

NEBRA dijo...

Es divertido, pero creo q cada etapa de la vida se debe disfrutar y eso de quedarse estancado no suena nada atractivo.

Anónimo dijo...

Qué es ser adulto?
Hipotéticamente es tomar decisiones propias, asumir riesgos y sus respectivas consecuencias. Pero el optar por permanecer eternamente como un púber en muchos casos va más allá de el simple cobijo económico que proporciona la etapa por sí sola. Quizás no sea tan atractiva la idea de ser del todo "adulto" salvo por la independencia económica.