domingo, 30 de noviembre de 2014

Fue Tabaré-é-é-é/O del refrendo de la política pública sobre cannabis/é-é-é

Jose Mujica grilla con Tabaré Vázquez, sucesor en la presidencia de Uruguay 

Buzos

Inmersión (que trapecistas, enanos, la mujer barbuda, contorsionistas y payasos no impidan ver el objetivo: los libros)

Ex: ¿qué tan ex?


sábado, 29 de noviembre de 2014

Magris (de 'magro'; en español su apellido sería 'Delgado')

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pices de colores
-Discurso de Claudio Magris en la recepción del Premio FIL de Literatura

Hace muchos años, Heimito von Doderer, el gran narrador austriaco, teórico y creador de la novela total, me envió un ejemplar de su obra maestra Las escalinatas de Strudlhof, con una afectuosa, amplia y autoirónica dedicatoria escrita con seis lápices de colores. Algunas letras en azul, otras en rojo, una palabra entera en amarillo, y así sucesivamente. Aquella dedicatoria era probablemente también autoirónica porque utilizaba colores diferentes para escribir –a mano– sus novelas, largas como la vida misma; los colores diferenciaban los distintos planos de la novela: la narración de los sucesos, el flujo de la conciencia, las descripciones… Utilizar colores diferentes también para escribir la dedicatoria significaba que toda escritura  –así fueran unas cuantas líneas– es un texto, un tejido de planos diferentes, rico en referencias; sostenido por una tensión entre la totalidad y el fragmento, lo dicho y lo no dicho. La escritura tiene colores y lápices diferentes, también para quien no escribe a mano, como lo hace Doderer. Diversos colores, diversas escrituras, también en el espacio de aquella que las abraza a todas, la escritura única e irrepetible de cada autor.
   No sé cuántos lápices debería tener yo cuando, en la mesa de mi cuarto o en la del Café San Marcos, en Trieste, intento garabatear mis páginas. Un color simple y definido es el del lápiz con el que se escriben los libros e incluso los textos breves, de los que conocemos, antes de empezar, la naturaleza, el tema, el objetivo, al menos es lo que yo hago y he hecho en el pasado. Es el caso de los textos de crítica literaria. Por ejemplo, cuando me senté a escribir una monografía sobre Wilhelm Heinse, un autor alemán de finales del siglo XVIII, no sabía a qué resultado llegaría, pero sabía cuál era el tema y el objetivo de aquella escritura, es decir: analizar la obra del autor. El color de mi lápiz era firme, no irradiaba reflejos ni reverberaciones misteriosas, no se confundía con otros colores, no cambiaba su significado, como por ejemplo un azul marino que puede evocar nostalgia o felicidad en un mismo instante, pálido color de la angustia y la muerte. Pero ya en otros estudios críticos se había insinuado de pronto una inquietante ambigüedad, una estimulante y perturbadora incertidumbre sobre lo que yo estaba buscando. En un libro que escribí sobre Hoffmann, el genial escritor decimonónico romántico del inconsciente y el doble, me introduje en su obra y en el Romanticismo europeo que se refleja en ella. Aventurarse en el caos de sueños y fantasmas de sus relatos, donde el Yo narrativo de pronto se sorprende hablando con una voz desconocida y extraña que lo extravía, lo hechiza o lo devasta, requería no solo un análisis histórico y crítico de la obra, sino que exigía internarse en los laberintos ignotos de la vida e incluso de mi propia vida. Mientras más avanzaba en la escritura, menos sabía lo que me esperaba, cuál era el verdadero objetivo de mi búsqueda; el color de la escritura se desvanecía como una nube y cada vez ignoraba más qué libro estaba escribiendo aunque controlara meticulosamente cada detalle. Este proceso, existencial y estilístico, se fue acentuando progresivamente aun antes de que empezara a escribir ficción, y enseguida se convirtió en una norma de escritura.
   El ensayo, por ejemplo, es una escritura que se hace a tientas, ensayando, y el argumento se va creando conforme se avanza: se construye y se busca a la vez. Es una forma de escritura que habla de un tema queriendo expresar algo diferente que no se puede decir directamente, y que el propio autor va conociendo poco a poco, se busca lo inexpresable detrás de cada imagen. Cuando escribí mi primer libro, El mito Habsbúrgico en la literatura austriaca moderna (1963), no sabía bien lo que quería escribir y esto me sucede todavía; sólo cuando llego a una tercera parte o a la mitad, sé qué libro quiero escribir, cuál es la metáfora detrás del tema explícito y cuál es su verdadero objetivo; por ejemplo, escribir un poema sobre un árbol y la luz que lo envuelve, puede ser la única manera en ese momento para expresar el amor por una persona. El mito Habsbúrgico celebraba el mundo austriaco como el mundo del orden que había descubierto el desorden, una literatura que había denunciado el vacío, el sinsentido, la crisis de la civilización. Un laboratorio del nihilismo contemporáneo a la vez que una guerrilla en su contra.
    De igual forma, el ensayo Lejos de dónde (1971) dedicado a la civilización hebraico-oriental y vinculado con mi pasión por Isaac Bashevis Singer, a quien conocí personalmente y ha sido uno de los grandes encuentros de mi vida, se originó  en la lectura casual de una narración hebraico-oriental, la historia de dos judíos de una pequeña ciudad de Europa del Este. Ambos se encuentran en una estación de tren. Uno de ellos lleva muchas maletas y el otro le pregunta: "¿Adónde vas?"; y éste responde: "Voy a Argentina"; aquél comenta: "¡Vas muy lejos!". Y el segundo replica: "¿Lejos de dónde?". Es una respuesta talmúdica: se responde con una pregunta. Significa por una parte que el judío, que vive en el exilio, siempre está lejos de todo; y por otra, que teniendo una patria en el Libro, en la tradición, en la Ley, nunca se está lejos de nada. Me dediqué a leer historias de gueto de todos los países posibles, a autores clásicos y a menores de la literatura en yidis, historias jasídicas, relatos de todas partes del mundo y sobre todo de Europa centro-oriental. Una civilización que ha sufrido con tremenda violencia la erradicación, el exilio, persecuciones, amenazas de aniquilación de su identidad… A todo esto se ha enfrentado oponiendo una resistencia extraordinaria individual y un humorismo indestructible. Éxodo, exilio, pérdida del Yo y una increíble resistencia del Yo mismo. Pero, poco a poco, aquel libro se convirtió en una especie de metáfora de mi propia vida, de mis afectos más profundos, de mi existencia.
    Así nació también Danubio. En septiembre de 1982, con mi mujer y algunos amigos hicimos un viaje a Eslovaquia. Estábamos entre Viena y Bratislava, cerca de la frontera Este, en lo que se ha dado en llamar "la otra Europa" (creo que mucho de lo que he escrito ha surgido del deseo de quitar ese adjetivo "otra", de lograr que se comprenda que esa Europa es igualmente digna). Veíamos fluir el Danubio, el esplendor de sus aguas, su color no se diferenciaba de la hierba del campo; no se distinguía bien dónde empezaba y dónde terminaba el río, qué era río y que no. Estábamos viviendo un momento de felicidad y armonía, uno de esos raros instantes de concordancia con el flujo de la existencia. De pronto vimos un cartel que decía: "Museo del Danubio". Esta palabra, "museo", aparecía tan ajena al encanto del momento, cuando Marisa dijo: "¿Qué pasaría si continuásemos vagando hasta la desembocadura del Danubio?". Así comenzaron esos cuatro años de viajes, escritura y re-escritura, vagabundeos donde el Danubio y la Mitteleuropa se convierten en la Babel del mundo actual. La escritura de Danubio es heterogénea, impura, mezcla de géneros y de registros estilísticos, como las aguas del verdadero río –que no son azules–. Esto es válido, en formas diversas, para todos mis libros, novelas, relatos y piezas teatrales que he escrito.
    La escritura es a la vez un agente de aduana y un contrabandista; establece fronteras y las transgrede. Se utilizan lápices, colores diferentes, para la escritura ético-política y para la propiamente literaria, de invención. Yo he escrito libros de fantasía, de invención, pero también hace 47 años que escribo para el Corriere della Sera sobre asuntos ético-políticos. Lo que da orden al mundo es la sintaxis. Y las dos escrituras: la ético-política y la fantástica-narrativa-teatral tienen sintaxis completamente distintas. Hay tantas escrituras: las que dan voz a la tragedia y al horror de la vida y aquellas que dan voz a su encanto; las que se obsesionan con la verdad y aquellas que pretenden reinventar el mundo. Está la escritura que nace en la cabeza, en el conocimiento intelectual, y aquella que nace en la mano, en la creatividad que ignora que el autor entiende menos su obra que los demás, como me sucedió cuando hablaba con Singer y me daba cuenta de que yo entendía más sus grandes obras, sus relatos y parábolas que había escrito él y no yo. 
    Hay una escritura que informa sobre el mundo, que detecta las necesidades y denuncia las injusticias; también la escritura que se practica como un "buen combate", para usar la expresión de San Pablo, en defensa del ser humano, y hay la escritura que se ejerce con absoluta e irresponsable libertad.
     Hay una increíble paleta de colores diferentes, a veces cada uno separado en su propio recipiente, como en las clases de dibujo o de acuarela de la escuela, y otras veces se mezclan formando un color imposible de nombrar.
     La dialéctica que siento con más fuerza es la que se da entre la escritura diurna y la nocturna –recordando la definición del gran Ernesto Sábato de quien tuve la fortuna de ser amigo–. En la primera, un escritor expresa un mundo en el que se reconoce, del que enuncia sus valores, su modo de ser, aunque todo sea de su invención. En la segunda, el escritor ajusta cuentas con algo que de pronto surge dentro de él y que tal vez ignoraba: sentimientos, pulsiones inquietantes, "verdades detestables" –como escribió Sábato–, que lo dejan estupefacto, lo horrorizan, le muestran un rostro suyo desconocido, lo ponen frente a frente con la Medusa de la vida que en ese momento no puede ser enviada con el peluquero a que le corten la cabellera de serpientes para que esté presentable. ¿Lápiz negro? En lo que me concierne, es en la narrativa donde predomina la escritura nocturna, especialmente en la novela A ciegas -y en la que estoy escribiendo y quizás publique en unos meses– además de mis textos teatrales (sobre todo en La exposición). Comencé a escribir A ciegas en forma lineal, tradicional, pero no funcionó, no podía funcionar porque en una narración el cómo –es decir el estilo, la estructura, la escritura– debe corresponder, identificarse incluso, con el qué, con la anécdota, y con su sentido o sinsentido. No se puede escribir de forma tradicional, ordenada, racional, armónica, una historia de delirio, de descomposición de los sentidos, de desorden descomunal. El desorden y la tragedia están en las cosas y en las palabras.
     Mientras escribía A ciegas, me enfrentaba a la disyuntiva entre la forma de verdad que la novela puede encontrar sólo a través de la distorsión (si quiere ser auténtica), y la otra forma de verdad, por ejemplo en una narrativa ético-política, que solamente puede ser encontrada apegándose a la razón y a la racionalidad que el alto oleaje de la épica parece haber llevado al naufragio. Sólo después me di cuenta, una vez terminado el libro, cuánto le debe a Noticias del Imperio de Fernando del Paso, a su flujo aglutinante que arrastra –en una mezcla de erudición, sensualidad y delirio– núcleos intrincados de vida y de Historia. Para la novela del siglo XIX –grande o menor– la acción del individuo estaba inserta en una Historia, difícil pero no del todo irracional. El escritor decimonónico, cuando inventaba historias, podía apegarse a la misma visión de la Historia que él expresaba en sus escritos históricos y políticos. Y podía incluso usar un estilo narrativo de alguna manera análogo. La escritura de Víctor Hugo en Los Miserables, no es demasiado distinta de la de sus polémicas contra Napoleón III. Kafka o Rulfo, en cambio, no hubieran podido escribir una declaración política, o un mensaje de solidaridad con las víctimas de la explotación, con el mismo lenguaje de La  Metamorfosis o de Pedro Páramo. Las obras maestras del siglo XIX, escribió un célebre escritor italiano, Raffaele La Capria, son obras maestras imperfectas. Con estas palabras no pretendía naturalmente negar la grandeza de Kafka, Svevo, Joyce o de los grandes autores latinoamericanos, sino quería subrayar cómo estos autores habían asumido, en las estructuras mismas de su narrativa, el desorden del mundo, la dificultad o la imposibilidad de entenderlo y de expresarlo conforme con un orden, el Maelstrom (gran remolino) en el que sucumben cosas y palabras.
   ¿Por qué se escribe? Por tantas razones: por amor, por miedo, como protesta, para distraerse ante la imposibilidad de vivir, para exorcizar un vacío, para buscarle un sentido a la vida. A veces para establecer un orden, otras para deshacer un orden preestablecido; para defender a alguien, para agredir a alguien. Para luchar contra el olvido, con el deseo –tal vez patético pero grande y apasionado– de proteger, de salvar las cosas y sobre todo, los rostros amados de la abrasión del tiempo, de la muerte. Escribir es también un intento de construir un Arca de Noé para salvar todo lo que amamos, para salvar –deseo vano e imposible, quijotesco pero inextirpable– cada vida.
    No sé qué color tenga este grácil y maltrecho barquito de papel que podemos construir con nuestras palabras; sabemos que está destinado a hundirse pero no por eso dejamos de escribir. Y si se hunde, su escritura no será de color negro, que es  ausencia de color, sino blanco, o sea la unión de todos los colores.

viernes, 28 de noviembre de 2014

jueves, 27 de noviembre de 2014

Es jueves del Acertijo

-Dime, Robin: ¿qué le dijo un nopal chino a otro nopal?

Vos te negás a obsequiarnos con tu presencia


Apuntes (del cuaderno moleskine) escritos con la mano izquierda y lecturas/ O de la necesidad de un nuevo relato de oposición

La observación consignada en la presente blogonave el pasado jueves 6 de noviembre, en la entrada titulada 'Vis piromaníaca' (autocita: "los árboles talados impiden ver el bosque/ que muchos sueñan incendiado. El problema -de Ayotzinapa y de fondo- es la representatividad política, sobre todo, de las izquierdas mexicanas, con o sin partido") se reitera ahora con mayor razón a propósito de la salida de Cuauhtémoc Cárdenas (líder moral) del PRD, una verdadera ocasión desperdiciada para el debate público con Carlos Navarrete (líder no moral votado) para que los autodenominados actores de izquierda la descifraran a ésta o por lo menos hubiesen regalado pistas al respecto: verbigracia, ¿de dónde es la adusta máscara michoacana del ingeniero? ¿Navarrete peina su bigote con cepillo de dientes? ¿Seguirá siendo sol azteca o ahora maya? En suma:
¿Qué es la izquierda mexicana (o dígase en plural) hoy en día? 

La pregunta han de responderla incluso las izquierdas libertarias o libérrimas (anti-Estado, antipartidos, antiestablishment, antiautocrítica y autogestionarios -"para evitar que haya alguien detrás de mí manipulándome o patrocinándome, camino en círculos"), pues se requiere reelaborar el discurso político crítico -no todo se reduce a movilizaciones e hiperactivismo de protesta- , ocuparse en reescribir el guión de la izquierda mexicana del siglo XXI para comprender a fondo la crisis de poder que se vive ya desde hace varios sexenios en México.  Ya que, si no es de las izquierdas, ¿de dónde más puede surgir una oposición pensante, reflexiva, intelectual; esto es, no sólo pragmática ("soy de izquierda diurna porque de noche me acuesto con la derecha en pos del huesito")?
La insuficiencia del manual maniqueo del Pueblo Bueno contra el Gobierno Malo/Corrupto; o de la Mafia en el Poder contra el Pueblo (dígnense a definir con rigor las palabras "pueblo", "bueno", "mafia", "gobierno malo", "corrupto" ¿O no es tiempo de matices ya me voy a la manifestacion?), desemboca siempre de vez en vez, de crisis coyunturales en crisis descoyuntadas, en situaciones bipolares con pasiones encendidas entre dos bandos confrontados sin intersticios posibles: "grita o sal de la marcha". Y si al problema de representatividad política (incluidos los líderes -de la cada vez más numerosa familia- morales, los caudillos con cauda de cometa y los auténticos voceros del Pueblo) se añade el problema económico de la coexistencia forzada con la Iniciativa Privada de Narcotraficantes, los Comerciantes Ambulantes que apenas sacan para el (cuerno de) chivo, los Socios de las PYMES trasnacionales subsidiarias de 'Capitalismo Salvaje, S. A. de C. V.', el panorama se torna aún más complejo y entonces no resulta tan fácil "explicarlo" en términos maniqueos: "ya sé que el Gobierno/el Presidente es siempre el Villano, pero con los narcos dime quiénes son los buenos y quiénes los malos".
A propósito del centenario de José Revueltas, se publicó un texto sugestivo, estimulante, cuyo título parodia la tesis del mismo Revueltas: Breve ensayo sobre una cabeza sin proletariado, escrito por Alberto Fernández (candidato a doctor en ciencias políticas en la New School for Social Research). Antes de extraer algunos fragmentos significativos, atiéndase la introducción: 

"En 1962, José Revueltas decidió sistematizar las observaciones sobre el Partido Comunista que venía haciendo desde principios de la década de 1930 y así nos legó una de las imágenes más poderosas de la izquierda mexicana en el siglo XXun proletariado templado en las recientes batallas de la Revolución y la consolidación del régimen surgido de ella, un "coloso" que aparece listo y ansioso por ser encabezado hacia su victorioso destino revolucionario, y un grupúsculo informe que fracasa una y otra vez en cumplir con su deber de conformarse y actuar como cabeza del organismo que aguarda su conducción. Medio siglo después, la imagen que se perfila es la inversa: una cabeza formada por la agregación de las múltiples voces de la comentocracia de los medios de izquierda, políticos y activistas en permanente estado de movilización, una autodesignada vanguardia moral que reclama para sí una legitimidad política que niega a otros actores y que, pese a su ubicuidad y estridencia, no encuentra –ni es capaz de imaginar– un proletariado (es decir, un sujeto social) que ponga en marcha sus designios para la transformación del país."

En cuanto a liderazgos y representatividad se indica más adelante:

 "(...) la cabeza contemporánea es teóricamente incapaz de producir sus propias filas. No tiene una perspectiva verdaderamente crítica sobre la explotación social de nuestro tiempo ni puede vislumbrar los sujetos y modalidades de la emancipación" (...) "la falta de una teoría o relato que la justifique y le dé coherencia en tanto proyecto de cambio radical, cimiente bien la cuestión de la legitimidad de los actores sociales y avance la imagen que plantea como alternativa al statu quo" (...) "la izquierda mexicana carece de una estructura intelectual que capture su significación transcendental" -pues- "hay en la izquierda radical un debate teórico pendiente sobre el espinoso asunto de las modalidades y sujetos de la emancipación social" (...) "entre la socialdemocracia y el submundo de las sectas se encuentra el segmento mayoritario de la izquierda mexicana" (...) "autoerigidos en último reducto de moralidad política, los activistas vanguardistas disfrazan su ineficacia política con el recurso fetichista de la resistencia"

De la ausencia de un discurso crítico se pasa a la dizque acción:

 "Como respuesta, la vanguardia de nuestros días no hace sino perseverar a ciegas en su intento por movilizar a todo aquel que escucha, condenándose a un ciclo de indignación-denuncia-llamado-decepción-indignación... del que surge lo que podemos llamar hiperactivismo de izquierda" (...) "su radicalidad se mide por su permanente estado de denuncia y movilización y no por la profundidad de las transformaciones sociales que propone" (...) "el actor que no tiene forma de comprender a los sujetos, los llama sólo a movilizarse a base de exabruptos de voluntarismo" (...) "Como el discurso postula una verdad autoevidente, sus enunciadores, que la poseen, se erigen como los únicos actores políticos legítimos"

Sobre el hueco en la noción de 'izquierda':

 "La muerte de Revueltas dejó un vacío intelectual que continúa hasta nuestros días. El viraje del viejo Partido Comunista Mexicano hacia la lucha por la democratización del sistema político nacional, que significó abandonar los principios de la política revolucionaria leninista, resultó de forma indirecta –con la confluencia de otras expresiones del pensamiento político– en la emergencia, por primera vez en nuestro país, de un corpus discursivo netamente socialdemócrata. Exitosa en su labor de construcción institucional, especialmente en el diseño y puesta en marcha de la estructura electoral durante la segunda mitad de la década de 1990, la socialdemocracia mexicana aún lucha por consolidar un polo partidista con significativo apoyo electoral. La socialdemocracia, sin embargo, no agota todas las posibilidades de la izquierda, sobre todo de la que se sigue planteando la crítica radical del capitalismo contemporáneo."

Colofón redactado a la manera hitchcockiana de necesario suspense:  dentro o fuera de partidos, la izquierda mexicana debe re-pensarse para que pueda exclamar: "continuará".

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Don Étimo y Penélope/ o ¿en qué sueña un trabajador de la Línea 3 del Tren Light?

Se conoce la leyenda de la Penélope, esposa fidelísima de Odiseo (en latín, Ulysses; de donde se deriva 'Ulises' en español), que narra cómo, mientras duró la odisea turística del marido mareado Odiseo, ella, guapérrima, logró mantener a raya la fila de pretendientes 24horas, mediante un truco: "Yo les aviso quién es el bueno en cuanto termine mi chambrita"... misma que destejía durante la noche y recomenzaba cada mañana. De ahí el origen de su nombre griego: penne, de pannus, 'paño, tela, tejido'; y ops, cara. Esto es, les vio la cara a toda la bola de tiradores de flechas de Cupido, cubriéndose ella la suya con la chambrita. Claro, eso le contó Penélope al Odiseo, aunque se sabe de otras versiones que relatan cómo ella supo tejer muy fino para organizar agenda sin dañar a nadie.
Por cierto, y a propósito del videoclip de la Penélope Cruz (el apellido tan hispano sugiere que la actriz se oculta tejiendo tanguitas en punto de cruz), ¿por qué convencionalmente se torna sexy, atractiva, seductora la persona que se coloca unos lentes negros? Hipótesis voyeurista: porque oculta. Y ya se sabe, el objeto de deseo, entre más oscuro, más erótico (es precisamente el principio de la tanga, del bikini, de la minifalda, de la hojita de parra en el Paraíso). En este caso, la mirada: el flujo más intenso de energía emocional que somos capaces de soportar cuando vemos a alguien directamente -y sin escalas- a los ojos... se vuelve oscuro. Y quien se oculta tras unos lentes negros (o de espejo -con colores verdes, azules, rojos) se vuelve ipso facto persona enigmática, misteriosa, interesante, agente provocador, porque sobreexcita la curiosidad. "¿Quién es?" (o mejor aún: "¿qué mira, por qué mira así, escondiéndose?"). Y ya se sabe: la curiosidad enamoró al gato.

Es miércoles de caricatura mercurial

Meg Ryan por David Cowles
 Drew Barrymore por Pablo Lobato
Mariah Carey por Cowles


Sigourney Weaver por Cowles

Angela Lansbury por Cowles

Diane Keaton por Cowles
 Cher por Cowles
 Lady Gaga por Cowles

Adorno


Era


martes, 25 de noviembre de 2014

lunes, 24 de noviembre de 2014

domingo, 23 de noviembre de 2014

Oscuridad abisal


Cuentorremanía con dedicatoria

Para contar antes de dormir a arquitectos, ingenieros y constructores 
que encajan frenéticos torres como puñales en la cicatrizada
epidermis de la Zona Metropolitana de Guadalajara



 La pagoda de Babel
-G.K. Chesterton
Ese cuento del agujero en el suelo, que baja quién sabe hasta dónde, siempre me ha fascinado. Ahora es una leyenda musulmana; pero no me asombraría que fuera anterior a Mahoma. Trata del sultán Aladino; no el de la lámpara, por supuesto, pero también relacionado con genios o con gigantes. Dicen que ordenó a los gigantes que le erigieran una especie de pagoda, que subiera y subiera hasta sobrepasar las estrellas. Algo como la Torre de Babel. Pero los arquitectos de la Torre de Babel eran gente doméstica y modesta, como ratones, comparada con Aladino. Sólo querían una torre que llegara al cielo. Aladino quería una torre que rebasara el cielo, y se elevara encima y siguiera elevándose para siempre. Y Dios la fulminó, y la hundió en la tierra, abriendo interminablemente un agujero, hasta que hizo un pozo sin fondo, como era la torre sin techo. Y por esa invertida torre de oscuridad, el alma del soberbio Sultán se desmorona para siempre.

sábado, 22 de noviembre de 2014

viernes, 21 de noviembre de 2014

Findesemanía rumbo a sagitario

Viernes, a la velocidad de Venus

-Ya, ahora sí me tengo que ir ¿Dónde quedó mi suéter?

A gusto


jueves, 20 de noviembre de 2014

Advenimiento

Hoy en la Madre de todas las Marchas en el DF se aguarda la inminente llegada del Antipristo y la Caída del Sistema (en el programa no se menciona en qué orden).

Es jueves del Acertijo

-Cruzo no el desierto sino avenida, se trepan en mí aunque carezco de joroba, me llaman en aumentativo ¿Quién soy?

Candidato


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Ganga


Con la izquierda


Miércoles caricaturizado

Keanu Reeves (como Neo en Matrix) por Duque
Carrie-Anne Moss (como Trinity en Matrix) por Lobato
Laurence Fishburne (como Morpheus en Matrix) por Noise
Hugo Weaving (como Agent Smith en Matrix) por Duque
Monica Bellucci (como Persephone en Matrix) por Track
Ursula (villana de La Sirenita) caricaturiza a Kim Kardashian

lunes, 17 de noviembre de 2014

Psicoejercicio: (hipó) tesis de poder

Donde Blanca Nieves es metáfora de La Sociedad y los 7 enanitos 7 fungen como símbolo de los representantes sociales (vulgo 'políticos' y sus partidos) que no alcanzan a ser de la estatura de su vida (de la bella), pero se esfuerzan en seducirla y conquitarla, cabe preguntarse: ¿cuándo llegará el Príncipe? Mientras tanto, la Reina madrastra consulta la imagen -vive de, para, en, con su reflejo virtual- en el Espejo (de los Medios de Comunicación). Considérese el presente ejercicio analógico en términos de psicopoder (o psicohistoria) y dedúzcase: ¿por qué Blanca Nieves quedó desamparada a merced de la Reina? ¿Qué o quién la abandonó? ¿Quién -cuándo y por qué- puede rescatarla? Dancemos:  
Al son del acordeón

Buen fin...de cuentas

-¿Que-qué? ¿Pues no que era con descuento? 
-¡Ay, 'amá, cárgueselo a la cuenta de la Cenicienta!

sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Por qué se Ayotzinapó el país?/ O del PRI en la era digital

Sólo todos juntos pueden liberarse de sus cargas de distancia. Eso es exactamente lo que ocurre en la masa. En la descarga se elimina toda separación y todos se sienten iguales. En esta densidad, donde apenas cabe observar huecos entre ellos, cada cuerpo está tan cerca del otro como de sí mismo. Es así como se consigue un inmenso alivio. En busca de ese momento dichoso, en donde ninguno es más, ninguno mejor que el otro, los hombres devienen masa.
-Elias Canetti
Cada individuo frente a su monitor se transforma en un elemento-neurona de una mente de colmena o de enjambre, de una gran mente planetaria que es más que la suma de sus partes.
-Kevin Kelly
El momento en que tienes la noción de que realmente somos información en vez de cuerpos o almas, entonces tienes la posibilidad de tecgnosis; o el instante en que la información alcanzará el punto crítico para adquirir conciencia y los Pinochos digitales se liberarán de sus hilos para reclamar el planeta por ser la especie dominante.
-Erik Davis
Punto de inflexión significa un cambio radical en el marco conceptual en el que las preguntas se habían planteado; nuevas ideas, nuevas palabras, nuevas relaciones en virtud de las cuales los problemas antiguos no son siempre resueltos, sino que aparecen como algo remoto, obsoleto, a veces ininteligible, de manera que las dudas y problemas angustiosos del pasado parecen extrañas formas de pensamiento, o confusiones pertenecientes a un mundo desaparecido.
-Isaiah Berlin

Ante la atmósfera de Indignación (así, escrita con mayúscula para que retumbe mejor la definición del diccionario de la Real Academia: 'enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o sus actos') que incendia todos los discursos de opinión pública en contra del actual Gobierno (así escrito con mayúscula en tanto que alude al poder Ejecutivo federal más su gabinete de seguridad), conviene ahora recordar la verdad de Perogrullo de que todos los mexicanos somos sexenales. Esto es, somos producto de sexenios anteriores: lo que hoy vivimos se gestó, se incubó antes, pero hay que renovarse sin exclamar "ya me cansé". 
En ese sentido cabe inquirir de qué manera un artero crimen municipal ascendió, con la velocidad de las llamas, a nivel de crimen federal (o como se prefiere denominarlo en las desmesuradas redes: "crimen de Estado"); esto es, de qué forma se igualó, en Iguala, el delito por comisión con el de omisión; en suma, cómo se logró permutar a Abarca alcalde por Peña Nieto Presidente como el Malo de la película. 
Sobre todo si se considera que hubo antes masacres a nivel municipal (Acteal, Aguas Blancas, San Fernando, Villas de Salvárcar, Boca del Río, y un etcétera que incluye el municipo de Guadalajara con el macabro hallazgo, el 24 de noviembre de 2011, de 26 cadáveres de jóvenes de entre 25 y 35 años, ejecutados y retacados en tres camionetas abandonadas bajo los Arcos del Milenio) que no se consideraron ispo facto como masacres federales ni desembocaron en manifestaciones de Indignación Nacional ni exigencia de renuncia del Presidente. (El caso del asesinato del hijo de Javier Sicilia que convirtió al poeta en valeroso activista por los desaparecidos al grado de encarar a felipito y a los entonces candidatos presidenciales, devino en duelo de legitimidad con la señora Miranda de Wallace para merecer mejores apoyos gubernamentales). 
¿En dónde reside entonces la diferencia ahora con Ayotzinapa? En el regreso del PRI al poder. 
En efecto, después de dos sexenios nacionales panistas (tres en Jalisco) el PRI retomó las riendas del país, pero sin atender una realidad inédita: la nueva generación de jóvenes, con edades entre 20 y 30 años, en plena era digital global. Así, el PRI, de regreso y medio reloaded, pretendió (pretende) dar solución de continuidad a su forma de poder anterior a la alternancia del 2000, haciendo como si no hubiese existido Fox con su gran vacío de poder (despatarró la Silla del Ejecutivo y Marta se confeccionó un traje sastre con la investidura presidencial) ni felipito con sus palos de ciego al panal de narcos a fin de que lo dejaran de llamar "espurio". Por tanto, el PRI no renovó discurso (relato, narrativa, código, claves, tics de poder) y pretendió (pretende) seguir gobernando del mismo modo y con los mismos actores (verbigracia, los medios de comunicación ahora ya convencionales: TV, radio y prensa de papel) que existían antes de la alternancia del año 2000. O ¿cuántos usuarios de facebook había en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari? ¿Cuántos tenían cuentas de twitter en el sexenio de Zedillo? ¿Cuántos capos trasnacionales del narcotráfico con valor a curriculum de Forbes había en el sexenio de Díaz Ordaz, bestia negra de los jóvenes estudiantes? Peña Nieto por ende, no puede gobernar como los expresidentes priistas. Necesita reinventar(se) la Presidencia. 
La Indignación actual por tanto, reside en la masa virtual (organizada en redes que escapan a las formas tradicionales de control político -no hay troll que alcance- y económico; la izquierda tradicional repetirá al respecto su mantra todoterreno: "el pueblo") convertida en sujeto real (al tomar la calle para protestar) y viceversa. Ese circuito dialéctico, su lógica ("Toda la versión de la PGR es mentira: Ayotzinapa es crimen de Estado"; "Cartita a la ONU y a Santa Clos para que renuncie Peña Nieto"; "que La Gaviota explique su nidito en la Casa Blanca"; "Se los dije: complot again!") se le escapa de las manos al poder (político, económico, mediático) predigital. Y aun cuando en dicha masa virtual se oye el murmullo de las rencorosas huestes panistas despojadas del poder en 2012 más el aullido de las huestes autocaníbales de izquierda que llegaron a controlar Guerrero para desde ahí pedir la renuncia de Peña Nieto (es decir, el núcleo hardcore del discurso antipriista), los jóvenes independientes antipartido, anticlasepolítica, antisistema (término con ecos hippies, neozapatistas, ni-nis, Anonymous) serán los más difíciles de convencer sin un relato de poder distinto al de siempre. 
Conclusión provisional: Peña Nieto (el PRI) debe aprender a leer... la nueva era digital para descifrar la contraseña que da acceso al sitio de las nuevas generaciones. (MFM).

viernes, 14 de noviembre de 2014

jueves, 13 de noviembre de 2014

La factura que el de atrás (felipito) no pagó

'Uno de los costos escondidos del Pacto por México y de las reformas aprobadas fue el borrón y cuenta nueva otorgado al sexenio anterior. Sin el apoyo de los senadores afines al expresidente Felipe Calderón, no habría pasado la reforma energética, por ejemplo. Por tanto, los 70,000 muertos de Calderón, y sus 25,000 desaparecidos, no serán investigados, ni castigados sus responsables. No eran todos delincuentes: no alcanzan los narcos y sicarios para matar a tantos narcos y sicarios. El índice de letalidad es la diferencia entre los muertos de un lado del enfrentamiento y los del otro. Cuando todos los muertos pertenecen al bando de los malos, y en el bando de los buenos no hay muertos y pocos heridos, algo está mal: se suele tratar de "ejecuciones extrajudiciales". Las cuentas no salen sin incluir esa figura en la atribución de responsabilidades. El Gobierno de Peña Nieto decidió no investigar a los responsables de esas ejecuciones; ni siquiera se propuso saber cuántos desaparecidos son, reduciendo el presupuesto de la unidad de investigación de la Procuraduría. Esa postura, además de ser moralmente cuestionable, tiene consecuencias; Peña Nieto compró un conflicto que no era suyo' (...)

-Jorge Castañeda, 14 nov 2014, El País

Exdiputados sedientos


Mnemósine y su base biológica

¿Existe el olvido?

Cartón de Elkin

Es jueves del Acertijo/ O de la percepción

 (amplíese)
Aunque es elegante no presume de caché, ahora cambia por una "efe" la "ge"

¿Qué significan las siglas?

Identifíquense las banderas: a la una, a las dos y a las...
¿Qué está detrás de la APEC? Obsérvese entrecerrando los ojos:

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Ataraxia: imperturbable

Re-cuerda

La memoria, 1948, René Magritte