viernes, 30 de junio de 2017

Findesemanía oyendo llover

Es viernes y don Venus lo sabe

-¿Ya es toda la lluvia o se les acabaron los garrafones allá arriba?

Visión cinematográfica

Diane Kruger como Helena, en Troya (2004), del director Wolfgang Petersen

jueves, 29 de junio de 2017

Dieta analfabeta


Zeus (hecho cisne) y Leda concibieron a Helena

Fue una hora divina para el género humano.
El cisne antes cantaba sólo para morir.
Cuando se oyó el acento del cisne wagneriano
fue en medio de una aurora, fue para revivir.


Sobre las tempestades del humano océano
se oye el canto del cisne; no se cesa de oír,
dominando el martillo del viejo Thor germano
o las trompas que cantan la espada de Argantir.


¡Oh, cisne! ¡Oh, sacro pájaro! Si antes la blanca Helena
del huevo azul de Leda brotó de gracia llena,
siendo de la Hermosura la princesa inmortal,


bajo tus blancas alas la nueva Poesía
concibe en una gloria de luz y de harmonía
la Helena eterna y pura que encarna el ideal.



-Rubén Darío

miércoles, 28 de junio de 2017

'King'


Cosquillas


Belleza a la imaginación

Helena aguarda a que dejen de combatir por ella, 1914, Erté (amplíese)
No hay una sola descripción detallada sobre la belleza de Helena en la Ilíada. Sólo se narra cómo Helena era contemplada por espartanos, griegos, egipcios, persas, tirios, y troyanos. Es decir, se describe el pasmo de la mirada ajena, la tensión y el deseo de los voyeurs ante la presencia de Helena. Nada más. Y no hay nada más erótico que dejar a Helena a la imaginación.

martes, 27 de junio de 2017

Ra(p)to de amor

Helena y Paris, 1788, Jacques-Louis David
                                          (fragmento-amplíese)

Paranoia do nascimento


Porte y majestuosidad

Helena en la puerta de las murallas de Troya, aguarda a Menelao, el marido abandonado durante diez años, 1880, Gustave Moreau (amplíese)

lunes, 26 de junio de 2017

Presencia

En noche de traición y de misterio
cayó en los brazos del recién venido,
y huyeron ambos, sobre el mar dormido,
sacudiendo las bases d
el imperio


Fue trágico y fatal el adulterio,
pues la víctima fue, no ya el marido,
sino el flujo de muerte inextinguido
que hizo de Troya un vasto cementerio. 

Los ancianos del reino protestaron
la situación extrema y tan aguda
por sólo una mujer que nunca vieron.

Cuando ella apareció, tal la admiraron
que se desvaneció al punto la duda,
y aceptaron la guerra que opusieron.

Helena (del griego Ἑλένη : 'antorcha', 'la que enciende', 'la resplandeciente')

Helena de Esparta, 1887, Gustave Moreau

Oh, posición


Editorial de sanlunes/ O instancia de gobierno para demoler lo feo

Propuesta de nueva Secretaría de Sobras Públicas
Con dedicatoria al Mercado-sin-Corona 

-Manuel Falcón

¿Qué hacer con la obra pública inconclusa? ¿Cómo disponer de las construcciones malhechas y mal acabadas? Incluso, ¿cómo enfrentar la afrenta de edificios horrorosos? ¿Cómo mantener un elefante blanco, emisario del pasado? A través de trienios y sexenios se acumulan cual substratos geológicos, esperpentos arquitectónicos que en su momento pretendieron erigirse en La Máxima Obra Faraónica (se admite el plural) del gobernador, del alcalde, del presidente en turno que buscaba así, que su nombre junto con la imponente construcción de cemento, pasara a la historia. Botón de muestra: la devastadora Plaza Tapatía rematada en Rabito de Porky (en su momento inaugurado como Homenaje a Qué-tal-cola). Y el paisaje urbano tapatío de manera gradual, ha ido transformándose en un gran mazacote de ladrillos y cemento, en fea –nunca mejor formulado- mancha urbana, en una Zona Monstruopolitana plagada de adefesios que no edificios y torres perfectamente prescindibles salvo para la moda. ¿Qué hacer entonces –se insiste- ante un legado ingenieril-arquitectónico que atestigua carencia de estética, exceso de corrupción y vocación antifuncional y estorbosa? Se propone así, de manera discreta y sin ánimo de confrontación, la creación de la Secretaría de la Deconstrucción Pública (a escoger: Secretaría del Derribo de Sobras Públicas; o Secretaría del Antifeísmo Urbano; Secretaría del Piquete Implacable; Secretaría Trituradora de Torres-"Moches"; etcétera) cuya función primordial consista en demoler la obra pública fallida.
¿Qué sentido tiene mantener en pie dinosaurios blancos (dejemos en paz a los parsimoniosos elefantes) de concreto? La movilidad urbana ya de por sí complicada con la manía obsesivo-compulsiva de colocar ciclovías y ciclopuertos hasta en las azoteas, se vería muy alviada si se dinamitaran varios edificios (adefesios, se reitera) que sólo sirven de estorbo. O ¿qué caso tiene gastar en el mantenimiento, por ejemplo, de la Villa Panamericana? ¿Alguien recuerda el dizque "edificio inteligente" de avenida Chapultepec y Morelos (que devino en "edificio estúpidamente alto y oscuro")? ¿De qué sirve mantener, verbigracia, el "edificio federal" (derivado de feo) de avenida Alcalde frente al templo del Santuario? Por tanto, se invita a los habitantes urbanosaurios de Guadalajara y municipalidades anexas, a señalar, a denunciar (delatar resultaría más apropiado aunque descortés) aquellas obras públicas o privadas (siempre van de la mano a la hora de cobrar) que les parezcan feas y estorbosas. ¿Quién dijo "Yo"? Son insuficientes las calles, ya no cabemos, se nos restriega en la cara de peatón a cada momento. Pues, entonces, ¿qué esperamos para empezar a talar torres y edificios que salen sobrando (así como se talan de manera subrepticia, salvaje e impune los árboles de la ciudad)?

Algunos arquitectos hablan, a propósito de adefesios en ruinas o abandonados, de "reciclarlos", reutilizarlos, intervenirlos, pero cambiando la vocación funcional original. Por ejemplo, se podrían colgar enredaderas y bugambilias de los inacabados Arcos del Milenio; o pintarlos con los colores del arco iris en homenaje a la capacidad de resistencia y supervivencia en el sistema machista-patriarcal mexicano de la comunidad LGB más todas las T. Es decir, así como ahora se busca rescatar áreas urbanas que acabaron convertidas en zonas cero, para convertirlas en parques y plazas (recuérdese el destino del siniestro edificio de la FEG -o Federación de Energúmenos y Guaruras- de la UdeG), así la Secretaría de la Deconstrucción Pública debería elaborar un plan o mapa de las obras a demoler por feas, estorbosas y cuyo origen contenga "moche". Con dicho objetivo más voluntad política, volveríamos a ver el horizonte azul o puestas de sol en Guadalajara, en vez de hacer bizcos al contemplar esa especie de marimba parada que es el hotel Riu.

"¿Cuál edifico propone Usted para que sea derribado inmediatamente en la Zona Monstrupolitana de Guadalajara?", podría ser la única interrogante del próximo referéndum convocado por los desquehacerados consejeros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana.

jueves, 22 de junio de 2017

Indignación


Condición líquida

Poseidón como su nombre lo indica está poseído por el agua...

lleno de mí -ahíto- me descubro
en la imagen atónita del agua,
que tan sólo es un tumbo inmarcesible,
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso,
que nada tiene
sino la cara en blanco
hundida a medias, ya, como una risa agónica,
en las tenues holandas de la nube
y en los funestos cánticos del mar
-más resabio de sal o albor de cúmulo
que sola prisa de acosada espuma.



-José Gorostiza, fragmento de Muerte sin fin

miércoles, 21 de junio de 2017

Postal urbana

Me rebasa una troca revolvedora de cemento. Pero con el calor, la oruga devastadora de la Línea3 y las torres que brotan como hongos por doquier en la Zona Monstruopolitana, ya no estoy seguro de qué es lo que circula por las calles.

Mensaje encriptado


¿Quén pompó?

Los informantes refieren que el software Pegasus no llegó a la PGR por medio de los israelíes, quienes más bien habrían tenido de intermediaria a la empresa Balam Soluciones de Seguridad, de la cual son socios Asaf Israel Zanzuri y Rodrigo Ruiz Treviño de Teresa. Con la revelación de los Papeles de Panamá, en mayo de 2016, se dio a conocer un e-mail de un empleado de Balam Soluciones, fechado el 28 de noviembre de 2014, que confirma una de las adquisiciones: "acabamos de vender a la PGR (el contrato ya está firmado y ya transfirieron el dinero) el sistema NSO".

-Con Murillo Karam en la PGR se adquirió 
el software Pegasus, Reforma, 21 de junio del 2107

martes, 20 de junio de 2017

Entre nereidas y tritones

El regreso de Neptuno, 1754, John Singleton Copley (amplíese)

Rugido


Dios del mar

Fuente de Neptuno en Bolonia, 1565, Giambologna (o Jean Boulogne, autor de la estatua del dios) y Tommaso Laureti (diseñador de la base)
El tridente que sostiene el dios del agua, simboliza a tres hermanos: Zeus/Júpiter, Hades/Plutón y Poseidón/Neptuno; es decir, a los tres hijos de Cronos (el tiempo) que representan respectivamente, el cielo y la tierra; el inframundo o los infiernos; y los océanos, mares, ríos y sismos.

Cómo empezó el reportaje sobre espionaje de Azam Ahmed y Nicole Perlroth para el New York Times/ 19 de junio de 2017

Azam Ahmed
One morning earlier this year, I got a call from Mario E. Patrón, a prominent human rights lawyer in Mexico. He wanted to talk in person. When he arrived at The New York Times’s Mexico bureau, he took a seat in the conference room and asked me for my phone. He then collected the phones of everyone else in the room, walked them outside and placed them in our lobby. Out of earshot. “Our phones are being monitored,” he told me.

Mr. Patrón went on to explain that he and two other lawyers on his staff at Centro Prodh, including the one representing the families of 43 students missing from a teachers college in Ayotzinapa, had been targeted by highly sophisticated spyware that could take over a cellphone, including the microphone. The spyware, known as Pegasus, could monitor calls, emails, calendar appointments and even encrypted messages. It essentially turned a phone into a personal bug.

Mr. Patrón then introduced me to Luis Fernando García, a digital rights activist who had been tracking the use of the software against activists, journalists and others. He showed me more cases where he suspected individuals had been targeted. I got suspicious that perhaps others had also been targeted, and went looking myself.

As described in an article published Monday, we found that many people were targeted: anti-corruption academics, journalists and the family members of at least two of those who were targeted, including the teenage son of Carmen Aristegui, one of the country’s most prominent reporters. Nearly every person I interviewed did the same thing Mr. Patrón had — moved their phones into a separate location. Carlos Loret de Mola, a well-known journalist, had another approach. He carried some seven cellphones with him at any given time, and used them intermittently to foil any spying attempts.

The messages that were sent to Ms. Aristegui — which included a link to click on that would then install the spyware — especially interested me. As I reviewed them, I began to panic. I’d received identical messages, I recalled, and I remembered clicking on one of them. The link was broken, and I was taken to a blank page. I thought little of it at the time — this was before there had been any reporting on the NSO Group, an Israeli cyberarms manufacturer that made the software, and the suspected misuse of it by the Mexican government. But for months after, my phone often malfunctioned. Dropped calls, calls that would not connect, apps suddenly shutting down. It got bad enough that I wiped the phone.
Of course, that meant we could never check to see if the phone had been targeted. I no longer had the original message with the link to check; and if the software had indeed been downloaded, it was now erased. I continued working, but used a separate phone to conduct my research.
In researching the software, I realized that the person who had written the most about NSO was my own colleague, Nicole Perlroth.

I reached out to Nicole to share what I had, and we decided to team up. I tracked down and interviewed the subjects, with the help of Luis and individuals at Article 19, a journalists rights group in Mexico, and Nicole reported on NSO. In our research, we realized that if the government of Mexico was misusing this spyware, which NSO maintains is sold only to governments and only for use against terrorists and criminals, there was no way to know it. Not even NSO would know. The company cannot track how its clients use — or abuse — the software.

Nicole Perlroth: I first heard about NSO Group at a security conference a couple years ago. A stranger I met at the conference told me that they were the best at what they did — mobile surveillance — which surprised me because I’d been covering cybersecurity for four years and had never heard of them. “That’s why they’re the best,” was the response.
I started running NSO Group by my sources at government agencies and, without fail, the person would turn noticeably skittish. Clearly, I had struck a chord, and I got the sense that NSO Group was a well-kept secret.

Eventually one of these people followed up. They were troubled by the company’s growing client list and were worried NSO’s tools were being used by governments that did not exactly have stellar human rights records. They connected me with someone who was willing to provide internal NSO documents, detailing some of NSO’s clients, pricing, and capabilities for NSO Group’s core product: Pegasus, a mobile tracking system that can invisibly track everything you do on your phone. It could track your every conversation, email, text, call, calendar, keystroke, online banking details, and whereabouts. Basically the company had designed the digital equivalent of having a full-time tail, only better because Pegasus could record anything picked up by your phone’s microphone or even its camera.


I published a story about what I learned last September. That story — and a report by some researchers at Citizen Lab at the Munk School at the University of Toronto detailing the use of Pegasus on an Emirati human rights activist and one Mexican journalist — proved a wake-up call to other activists and journalists to scour their phones for traces of the spyware.

NSO Group has always maintained that its tools are only used for criminal and terrorist activity and that it has a strict vetting process in place to determine which governments it will sell to and which it will not, based on each country’s human rights record. But after September, I started to hear from more and more people who were getting suspicious text messages that we later confirmed were laced with NSO spyware. These weren’t criminals or terrorists — far from it.
Empresa israelí de tecnología de espionaje fundada en 2010 por 
Niv Carmi, Shalev Hulio y Omri Lavie

In most cases, they were actually healthy policy experts and advocates, some who worked in government themselves, who all had one thing in common: They were all vocal proponents of Mexico’s national soda tax. It was clear that either a Mexican government authority was using Pegasus to advance the soda industry’s interests. Or, NSO’s tools were being accessed by outside parties. Almost immediately after I published that story last February, I learned this was only the tip of the iceberg. 

Soon I was hearing from digital rights activists in Mexico that they had confirmed cases of NSO spyware targeting attorneys at the Centro de Derechos Humanos Miguel Augustin Pro, a Mexican human rights organization that represents the families of the 43 Mexican students who mysteriously disappeared two years ago, among high-profile corruption cases. Azam Ahmed was also hearing of similar cases, at Centro Pro, but also among journalists and their family members and we decided to team up.

The most disturbing part of this story is how little recourse there is for abuse. Once NSO’s tools make their way into government hands, it is left to governments to police themselves.
NSO really only learns of cases of abuse from journalists, or indirectly from the victims themselves.

While there have been attempts, to this day there is still no global body regulating the use of spyware. It has been mostly left to journalists to uncover instances of abuse, and even then it’s clear nobody is looking over anyone’s should to make sure this never happens again. In fact, these tools are only spreading to more governments, many of them with terrible human rights records, and it’s distressing to know that we’re probably only skimming the surface.

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Azam Ahmed (Reportero de NYT):Una mañana a principios de este año, recibí una llamada de Mario E. Patrón, un destacado abogado de derechos humanos en México.
Quería hablar en persona. Cuando llegó a la oficina de The New York Times México, tomó un asiento en la sala de conferencias y me pidió mi teléfono. A continuación, recogió los móviles de todos los demás en la habitación, salió y los puso en el lobby, fuera del alcance del oído. "Nuestros teléfonos están siendo monitoreados", me dijo. El Sr. Patrón pasó a explicar que él y otros dos abogados de su personal en el Centro Prodh, incluyendo uno que representa a las familias de los 43 estudiantes que faltan en una escuela en Ayotzinapa, habían sido blanco de un software espía altamente sofisticado que podría adueñarse de un teléfono celular, incluyendo el micrófono. El software espía, conocido como Pegasus , podía monitorear las llamadas, correos electrónicos, citas e incluso mensajes cifrados. En esencia, convertía al teléfono en tu virus personal. 
Después de explicármelo, el Señor Patrón me presentó a Luis Fernando García, un defensor de derechos digitales que había estado siguiendo el uso del software contra activistas, periodistas y demás. Él me mostró más casos en los que sospechaba que los individuos habían sido su blanco. También tuve esa sospecha, y busqué en mí mismo. Como describo en un artículo que publicamos (Nicole y yo) ayer, encontramos que muchas personas fueron objeto de ataque: académicos contra la corrupción, periodistas y miembros de familia de al menos dos de ellos, entre los que estaba el hijo adolescente de Carmen Aristegui, una de las reporteras más prominentes del país. Casi todas las personas que entrevisté hicieron lo mismo que el señor Patrón, movieron sus teléfonos a otro lugar. Pero, Carlos Loret de Mola, un conocido periodista, tenía otro enfoque. En todo momento llevaba unos siete teléfonos celulares con él, y los utilizaba de forma intermitente para frustrar cualquier intento de espionaje.
Los mensajes que fueron enviados a la Sra. Aristegui - que incluían un enlace en el que al hacer clic se instalaba el spyware - me interesaron especialmente. Cuando los revisé, comencé a entrar en pánico. Había recibido mensajes idénticos, hice memoria y recordé haber hecho clic en uno de ellos. El enlace estaba roto, me había llevado a una página en blanco. Poco lo pensé en ese momento, -esto fue antes de que hubiera información sobre el Grupo NSO, un fabricante israelí de ciberarmas que creó el software, y su supuesto uso indebido por parte del Gobierno mexicano-, pero durante meses después, mi teléfono a menudo falló. Llamadas interrumpidas, llamadas que no conectaban, aplicaciones cerradas repentinamente. Fue tan malo que tuve que formatear el teléfono. Por supuesto, eso significaba que nunca podríamos comprobar si mi teléfono había sido blanco del spyware. Ya no tenía el mensaje original con el enlace para comprobarlo, y si el software realmente había sido descargado, lo había borrado. Seguí trabajando, pero usé otro teléfono para llevar a cabo mi investigación. Al investigar el software, me di cuenta de que la persona que más había escrito sobre NSO era mi propia colega, Nicole Perlroth
Me reuní con Nicole para compartir lo que tenía, y decidimos unirnos. Busqué y entrevisté a los sujetos, con la ayuda de Luis y los individuos en Artículo 19, un grupo para los derechos de periodistas en México; Nicole informó sobre NSO. En nuestra investigación, nos dimos cuenta de que si el Gobierno de México estaba utilizando mal este software espía, que la NSO vende sólo a los gobiernos y sólo para su uso contra terroristas y criminales, no había forma de saberlo. Ni siquiera NSO sabría. La empresa no puede rastrear cómo sus clientes utilizan -o abusan- el software
Nicole Perlroth (Reportera de NYT): La primera vez que escuché sobre NSO Group fue en una conferencia de seguridad hace un par de años. Un hombre que conocí en la conferencia me dijo que ellos eran los mejores en lo que hacían -vigilancia móvil-, lo que me sorprendió porque yo había estado cubriendo la ciberseguridad durante cuatro años y nunca había oído hablar de ellos. "Es por eso que son los mejores", fue su respuesta. Comencé a preguntar sobre NSO Group con mis fuentes en las agencias gubernamentales y, sin falta, cada que lo hacía, la persona se volvía notablemente asustadiza. Claramente, había tocado un fibra sensible, y tuve la sensación de que NSO Group era un secreto bien guardado. Finalmente, una de estas personas habló. Estaban preocupados por la creciente lista de clientes de la compañía y por el hecho de que las herramientas de la NSO estuvieran siendo utilizadas por gobiernos que no tenían exactamente brillantes antecedentes de derechos humanos. 
Me conectaron con alguien que estaba dispuesto a proporcionar documentos internos de NSO, detallando algunos de los clientes, precios y la capacidad del producto principal de NSO Group: Pegasus, un sistema de rastreo móvil que puede seguir de forma invisible todo lo que haces en tu teléfono celular. Puede rastrear cada conversación, correo electrónico, texto, llamada, calendario, tecleo, detalles de la banca en línea y tu ubicación. Básicamente, la compañía había diseñado el equivalente digital de traer cola todo el  tiempo; aun mejor, porque Pegasus podría grabar cualquier cosa recogida por el micrófono del teléfono o incluso de la cámara. 
Publiqué una historia sobre lo que aprendí en septiembre pasado. Esa historia -y un informe de algunos investigadores del Citizen Lab de la Escuela Munk, de la Universidad de Toronto, que detalla el uso de Pegasus en un activista de los derechos humanos de Emiratos Árabes y un periodista mexicano- lo que resultó ser un llamado de atención a otros activistas y periodistas para que registraran sus teléfonos en búsqueda de rastros del spyware
El Grupo de NSO siempre ha sostenido que sus herramientas sólo se usan para actividades delictivas y terroristas y que tiene un proceso de investigación estricto para determinar a qué gobiernos se le vende y a cuáles no, basándose en el historial de derechos humanos de cada país. Pero después de septiembre, descubrí que cada vez más personas estaban recibiendo mensajes de texto sospechosos que más tarde confirmamos que estaban "contagiados" por el software espía de NSO. No eran criminales ni terroristas, ni mucho menos. En la mayoría de los casos, eran en realidad, expertos y defensores de políticas públicas de salud, algunos de los cuales trabajaban en el Gobierno, quienes tenían algo en común: todos eran partidarios del impuesto mexicano sobre los refrescos de soda. Estaba claro que una autoridad del Gobierno mexicano estaba usando Pegasus para hacer avanzar los intereses de la industria refresquera. O bien, las herramientas de la NSO estaban siendo utilizadas por partes externas. Casi inmediatamente después de que publicara esa historia, el pasado febrero, supe que esto era sólo la punta del iceberg. Pronto, escuché de activistas de derechos digitales en México que habían confirmado casos del software espía NSO dirigidos a abogados del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, una organización mexicana que representa a las familias de los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos hace dos años, entre casos de corrupción de alto perfil. Azam Ahmed no sólo escuchó casos similares en Centro Pro, también entre periodistas y sus familiares, así que decidimos unirnos. 
La parte más preocupante de esta historia es el recurso que hay para el abuso. Una vez que las herramientas de la NSO llegan a manos del gobierno, estos se lo encargan a la policía. NSO sólo se entera realmente de casos de abuso de periodistas, o indirectamente de las propias víctimas. Si bien ha habido intentos, hasta el día de hoy no existe todavía un organismo mundial que regule el uso de spyware. Se ha dejado principalmente a los periodistas que descubran los casos de abuso, e incluso así, está claro que nadie está supervisando casos para asegurarse de que esto no vuelva a suceder. De hecho, estas herramientas digitales sólo se están extendiendo a más gobiernos, muchos de ellos con terribles historiales de derechos humanos, y resulta preocupante saber que probablemente sólo hemos rozado la superficie del problema.

lunes, 19 de junio de 2017

Cumbre(te) en tanga


Editorial de sanlunes/ Notas de padre y poder. O ¡qué padre es el poder!

Apuntes sobre figura paterna y poder político: ¿Padre, hermano, hijo?
-Manuel Falcón

A propósito del Día del Padre cabe interrogarse sobre la influencia de la figura paterna en la órbita del poder político en un país machista-patriarcal como México, cuyo Padre de la Patria fue un sacerdote insurgente (muy gente o gentil con las damas) que tuvo hijos no sólo en sentido metafórico sino literal. Así, de origen e identidad, los mexicanos somos todos hijos-de-algo (transgresor) como Hidalgo. Se parte entonces de la hipótesis de que nuestros grandes líderes políticos, sobre todo los representados en el máximo símbolo de poder del sistema: la figura presidencial, son mejor o peor aceptados, han tenido buena o mala reputación (léase "carisma"), según su fuerza simbólica como figura paternal. Reflexiónese, verbigracia, acerca de la estampa patriarcal de Porfirio Díaz, símbolo de severa y discreta solemnidad cuyo poderoso mostacho blanco no sólo le ocultaba la boca sino la lengua, de ahí su figura totémica oaxaqueña ("orden y progreso") parca y sobria en el hablar. Compárese, en salto atemporal, dicha solemnidad porfiriana con la incontinencia verbal disparatada del hijo de la Coca-Cola guanajuatense, el hermanito de mostacho teñido, Vicente Fox (sometido a los caprichos de Martita-e-hijos). Se formula súbito test: al margen de sus fechorías,  ¿cuál de ambos presidentes impone más respeto y autoridad? Así, la sociedad mexicana (frase sintética que mete en tupperware las clases sociales) no sólo necesita, sino que exige, de sus presidentes, para respetarlos, el ejercicio real, auténtico -nunca el vacío- de poder.

Y la opinión pública desdeña, descree, hace bullying, castiga y para no exagerar, lincha, al presidente (gobernador, alcalde, diputado, etcétera escaleras abajo) que no ejerce el poder a tutiplén, a plenitud. Es decir, cuya investidura presidencial o cargo político no incorpora una fuerte figura paternal. Por eso, en el sexenio actual, los ciudadanos desconfían de la figura, no de padre sino de hermanito inseguro, titubeante, contradictorio, de Peña Nieto. Compárese, en brinco atemporal, la figura de autoridad de Enrique, el del copetito, con la de mi-general (nos ponemos de pie) Lázaro Cárdenas. Pronto e inútil test: ¿cuál de ambos presidentes inspira más seguridad y confianza? Y si de Reformas Estructurales hablamos, el verdadero Padre de la Reforma fue, no se olvide, Benito Juárez ("el temple del indio", Krauze dixit). En el actual gobierno jalisciense, situémonos en tiempo real por un momento, se da el extraño caso de coincidencia sexenal en el poder Ejecutivo y Judicial, de gobernador-hijo y magistrado-padre. Se impone test: ante los ciudadanos, ¿quién posee la figura paternal de autoridad? En cuanto a padres histéricos y autoritarios conviene recordar al presidente poblano Gustavo Díaz Ordaz de cuya figura paterna machista han abrevado (e imitado) muchos hombres de poder en México, que con/funden "autoridad" con desplantes de macho matón y mal hablado. Enrique Krauze recuerda cómo el feo, pero imponente (mediante compensatoria voz estentórea) Díaz Ordaz, creció a la sombra de un macho valemadrista, el entonces cacique poblano Maximino Ávila Camacho (hermano del parsimonioso y mofletudo Manuel Ávila Camacho, "el presidente caballero") que se refería a su discípulo, el abogado Gustavito Díaz, como "gallo de espolones".

¿Qué cabe pensar, a la luz del presente apunte psicohistórico de paternidad y poder, sobre la personalidad de Miguel de la Madrid (vulgo Miguel del Más-gris) o de Ernesto Zedillo (vulgo: Dedillo)? ¿No representan acaso, más que paternales, figuras fraternales, filiales? Y en efecto, a uno lo impuso su Hermano Mayor, José López Portillo; y al otro lo forzó Carlos Salinas de Gortari. Tanto López Portillo como Salinas de Gortari representan figuras paternales de exceso: tanto de autoridad como de corrupción. La interpretación psicoanalítica señala que "la función del padre es la de soporte de la ley al prohibir el incesto que permite el ingreso del sujeto al orden de la cultura".  Es decir, el padre constituye un límite que evita la transgresión, lo cual hace inevitable traer a la memoria la figura del gobernador jalisciense, Emilio González Márquez y  su correspondiente ausencia absoluta de figura paterna que rubricó mediante el gesto impotente de hermanito humillado… ¡mentándoles La Madre al resto de los hermanos jaliscienses que se burlaban de él, enfrente de su Padre Juan Sandoval! Conviene indicar, a manera de escolio, y también bajo la trama psicoanalítica, que los caciques del poder se consideran figuras paternas autoritarias que toman como su Esposa/Madre a la estructura institucional, social, que someten y controlan (esto es, con la cual se casan incluso para toda la vida) al grado de prohibir tajantemente a los demás, a quienes consideran meros hijitos o hermanitos, intentar pensar siquiera en el incesto con la Esposa/Madre (o estructura institucional; piénsese en los líderes sindicales, por ejemplo). El cacique sólo permite, si acaso, departir o compartir la atención con ella, a intervalos o lapsos delimitados, autorizados siempre bajo la supervisión de la celosa mirada paterna.

En los estertores del sexenio que corre, interróguese desde la presente perspectiva confiada en la ecuación figura paternal=presidente poderoso:¿quiénes son los más aptos para asumir(se) como siguiente figura presidencial? Andrés Manuel López Obrador siempre será el que intenta desesperadamente salvar al otro, primero al hermano fatal de la infancia, y luego al desamparado Hermano Pueblo ("¡Déjenme salvarlo!", parece implorar, "¡Déjame salvarte!").  Adviértase el pleito infantil entre los hermanitos azules, Margarita Zavala y Ricardito Anaya, cansados de los berrinches del hermanito mayor, Felipito Calderón ¿Y qué añadir sobre la bola de hermanitos de Peña Nieto? Videgaray, Nuño, Meade, Chong, Eruviel… ¿Necesitarán recurrir a la figura paterna del recto rector, José Narro? ¿O a la temible figura paterna de Manlio Fabio Beltrones?

Por supuesto que la era digital alienta a perseguir el máximo cargo de poder en México (y en los estados y municipios y...), a la horda de millenials (o hijos y hermanitos de la revolución tecnológica en curso) que en cualquier descuido están más que prestos al parricidio o asesinato y canibalismo del Padre Primordial para refundar (o refundir) la cultura.

miércoles, 14 de junio de 2017

martes, 13 de junio de 2017

lunes, 12 de junio de 2017

La geisha Cio-Cio-San y el teniente estadounidense Pinkerton

Ilustración de Matthew Dean

In memoriam... K-Pow!


Editorial de sanlunes/ O del discurso político invisible

Discurso político ausente o ¿a qué le tiras cuando sueñas, político mexicano?

¿Que cuáles son mis ideas? 
Si me obligas a pensar 
-cuidado, me mareas-
lo primero es cobrar

En Fauna política

  -Manuel Falcón
Pasadas las elecciones cabalísticas del 4 de junio (sobre todo, la del Estado de México), al margen de dimes y diretes, acusaciones y denuncias mutuas de "cochinero" y "fraude", si algo queda en claro es la evaporación del discurso político con ideas que identifiquen y diferencien a cada partido político no sólo en las contiendas electorales (que en realidad en ellas no usan discurso sino eslogans). En la era digital, las redes sociales se han apoderado del ritmo, la intensidad y volumen de la información que circula a todas horas, a tal grado de que también se dictan desde allí las prioridades en cuanto a focos de atención. Y ya se sabe que las masas de usuarios, en cuanto se abordan asuntos políticos, sucumben a los relatos que ofrecen las teorías de la conspiración donde el mundo es una gigantesca contienda entre Buenos y Malos. Así, la cobertura informativa de las elecciones en los cuatro estados (Nayarit, Coahuila, Veracruz y Edomex) disparó sin ton ni son, nombres de candidatos y de partidos. En una conocida encuesta nacional, en la que se preguntaba a los habitantes de estados no involucrados en las elecciones del pasado 4 de junio, qué recordaban sobre dichas campañas, debates y la misma jornada de votación, sólo aparecieron en el tope de atención, en la memoria colectiva, dos nombres: Alfredo del Mazo y Delfina Gómez. Y ambos nombres con reservas, porque ¿quiénes son exactamente Del Mazo y Delfina; por qué no se había oído de ambos con anterioridad; de dónde salieron de repente como estrellitas marineras? Ítem más: ¿cuáles son las ideas del candidato priista que se oponían a las  ideas de la candidata de Morena (y viceversa)? Se ignora la respuesta. Pero la certeza es contundente: el discurso político se ha esfumado del territorio nacional. Lo que existe de facto es una realidad de juegos de poder exclusiva y duramente pragmáticos, inmersos en mecanismos, procedimientos, técnicas, inversiones, cálculos, artimañas, capacidades, destrezas, habilidades, experiencias (ahora está de moda entre los esnobs de la grilla el uso del anglicismo: expertise) que se echan a andar con un solo objetivo: mantener el poder a toda costa. Pero, ¿con qué fin? La interrogante debiese responderla precisamente el discurso político de ideas de cada partido. Aunque la mayoría de los espectadores de los juegos de poder respondería al unísono: "¡por dinero!". O vivir fuera del presupuesto es vivir con Kumamoto.
En una época en que sujetos sin ideas arriban a puestos de poder cuyo máximo ejemplo es el actual presidente de Estados Unidos, el estúpido (no es insulto: es descripción) Trump, se advierte el gigantesco riesgo y, a la vez, reto de (re)construir un discurso o relato de poder genuino; esto es, no sólo de ocasión electoral. Como señalan los autores Orlando D’Adamo y Virginia García Beaudoux: "Los relatos gubernamentales son una herramienta de comunicación política que permiten construir una novela del poder". Es decir, así como Sigmund Freud hablaba sobre la construcción psíquica de la novela familiar, así en el discurso colectivo de una nación se posee una novela social histórico-política. En ese sentido, todos los mexicanos sabemos cuál era el discurso o relato de Benito Juárez que logró echar a andar la gran etapa de la Reforma liberal y que le permitió defenderse del invasor francés; todos conocemos el discurso político que sirvió a Francisco I. Madero para desafiar a Porfirio Díaz y que permitió desencadenar la Revolución. Un discurso o relato político ofrece así, un proyecto de Estado, valores políticos emblemáticos (no es lo mismo apoyar el derecho al matrimonio de los miembros de la comunidad LGBTT que estar en su contra; no es lo mismo apoyar la interrupción del embarazo para evitar madres niñas que estar en contra de dicha medida de salud; no es lo mismo apoyar el uso recreativo y médico de la mariguana que estar en contra de la yerba psicotrópica; etcétera), conceptos sobre los acontecimientos internacionales; verbigracia: ¿qué opinión tienen nuestros líderes políticos sobre Nicolás Maduro y por qué; qué se entiende por Brexit; cómo se explican los actos terroristas del extremismo islámico y qué posición se toma frente a estos; etcétera. Mientras tanto, hastiadas del planeta político, las masas de usuarios, se solazan gozosas en el vasto océano del mundo del espectáculo y del entretenimiento buceando en la leviatánica burbuja virtual que generan Instagram, Google, Twitter, Facebook, YouTube: ahí les va el enésimo video viral de la señora haciendo bailar reguetón a su perro... marido; ahí va la millonésima selfie de la jovencita encerrada en su baño con sus pompis erectas que son todo su currículo; etcétera. ¿Y los dicursos políticos? Rápido: que tuiteen cuál es el político Malo y cuál es el político Bueno. O a quién le van mis cuates. Y ya.  
Se ignora si de veras los actuales partidos políticos mexicanos  y sus líderes poseen ideas (de lecturas de libros mejor ni hablamos; el activismo de la grilla no deja tiempo más que para leer cifras) o sólo saben de estrategias para mantener el poder. Se recuerda que la era de la posmodernidad ha hecho creer que todo vale, se acabaron las vanguardias, los intelectuales cosmopolitas -ahora sólo hay gurús de internet-, los discursos filosóficos o políticos (véanse por ejemplo, las propuestas del autodenominado arte contemporáneo o caricaturas duchampianas: ¡todas las obras de arte valen lo mismo, pues todas se consideran arte! Ya no hay punto de referencia salvo la tendencia de mercado que indique el curador mellizo del modisto fashionista). Y aunque es posible detectar los discursos maníacos maniqueos como el relato populista (que siempre cuenta con un profeta salvador que él -y sólo él- sabe lo que anhela en su intimidad el pueblo mítico: o la magia del joder contra la mafia del poder); o el relato de las Reformas Estructurales que dizque colocarán a México en la senda del progreso (¿qué se entiende por "progreso"?¿El progreso de quién?); o el facilito discurso absolutista del antitodo (a mí no me engañan, pues soy más listo que "todos los políticos son corruptos", yo-nunca-voto. Y punto). 
En suma, la mayoría del común de la gente sólo ve actores variopintos en el escenario del poder; que se desgañitan exclusivamente en temporadas electorales en las cuales prometen prometer promesas prometidas prometeicamente desde el alba de los tiempos. Hoy por hoy no hay discurso político mexicano a la vista. Sólo pragmatismo a pasto: los políticos viven, como Dráculas, dentro de la oscuridad de las urnas, pues exponerse al sol de las ideas, los aniquilaría en un santiamén.

domingo, 11 de junio de 2017

Boricua gringo

Puerto Rico aprovecha el Triángulo de las Bermudas para incorporarse como estado 51 de los EEUU

Cátedra


jueves, 8 de junio de 2017

Obediente


Espionaje nativo

Agente confidente

*En la sociedad estadística, nadie debe tener secreto, ni el criminal ni el inocente. 
Siempre se habla de libertades y protección a los individuos, pero en realidad 
esas palabras ya no tienen sentido; la máquina de arrebatar lo íntimo ya está instalada
-Jean Claude Milner
*El secreto es silencio no del significado sino del significante
-Gaston La Gafe
La clave, la condición, del agente secreto reside en... el secreto. Y el atractivo del secreto es su característica de enigma misterioso ¿Quién es capaz de descifrarlo? El agente ¿Y por qué, para qué, o mejor, para quién debe descifrar dicho enigma? Para quien desea descubrir el secreto del Otro, quien posee y busca mantener a toda costa encriptado, oculto, cifrado, instalado en el misterio... el secreto. En el proceso de descfrar el enigma, el agente se convierte él mismo en un secreto; es decir, pasa de la condición de sujeto a objeto, se vuelve pura objetividad; de ahí su habilidad práctica con la tecnología de punta de los objetos-herramienta que sirven para proteger/develar con mayor eficacia y rapidez el secreto. Cuando el agente secreto descifra el enigma y descubre el secreto: ¿a quién debe (no) comunicarlo? ¿Qué se supone que debe hacer con el secreto? Sobre todo sabiendo que hay otros agentes (secretos también) que buscan descubrir al agente rival y despojarlo del secreto; es decir, devolver al objeto a su condición de sujeto. 
¿Quién en la sociedad actual no tiene secretos que proteger?

miércoles, 7 de junio de 2017

martes, 6 de junio de 2017

lunes, 5 de junio de 2017

domingo, 4 de junio de 2017