domingo, 31 de enero de 2021

miércoles, 27 de enero de 2021

martes, 26 de enero de 2021

lunes, 25 de enero de 2021

domingo, 24 de enero de 2021

viernes, 22 de enero de 2021

el 22 de enero de 1928, en Guanajuato, nació Jorge Ibargüengoitia

Malos Hábitos
Levantarse temprano


      El viernes pasado encontré en Revista de Revistas un artículo escrito por mi buen amigo Loubet que es una especie de oda a los que se levantan temprano. Además de bien escrito está bien ilustrado. Allí aparecen los panaderos, los lecheros, los barrenderos, los que van a hacer ejercicio en Chapultepec, los niños que piden aventón para llegar a clase de siete, etcétera.
      Esta lectura, unida a la circunstancia de que hoy tuve que levantarme a las cinco de la mañana, me han hecho recapacitar y llegar a la conclusión de que francamente, levantarse temprano no sólo es muy desagradable, sino completamente idiota.
      Ahora comprendo que los últimos veinte anos los he pasado en un mundo dado a la molicie.
      —Paso por ti cuando reviente el alba. Es decir, a las nueve y media de la mañana —dicen mis amigos.
      Pues sí, un mundo dado a la molicie del que no pienso salir.
      Los efectos de madrugar son de muchas índoles, pero todos ellos corrosivos de la personalidad. Hay quien se levanta temprano a fuerzas, se para frente al espejo a bostezar y a arreglarse el cabello y la cara con el objeto de dar la impresión de que se lavó. Este intento generalmente es patético. Si alcanza lugar sentado en el camión que lo lleva al trabajo se duerme sobre el hombro del vecino, desayuna en la esquina del lugar donde trabaja unos tamales, o bien dos huevos crudos metidos en jugo de naranja, pasa la mañana sintiéndose infeliz, trabajando un poquito y quitándose las lagañas; se va de bruces en el camión de regreso, a las seis de la tarde.
      Los que se levantan temprano a fuerzas constituyen un grupo social de descontentos, en donde se gestarían revoluciones si sus miembros no tuvieran la tendencia a quedarse dormidos con cualquier pretexto y en cualquier postura. En vez de revolucionar, gruñen y dicen que el destino les hizo trampa.
      Los que madrugan por gusto son peores.
      —Yo siento que la cama materialmente me avienta a las cinco de la mañana.
      —Mal veo despuntar el sol, brinco de la cama, abro la ventana y pregunto “¿solecito, solecito, qué quieres de mí hoy?”
      —Cuando me estoy rasurando oigo el canto del primer jilguero, después, un regaderazo con agua helada, me seco con una toalla especial de ixtle para que me abra el poro, y por último mi té de boldo. Quedo como nuevo.
      Esta clase de gente tiene la costumbre de salir a la calle de noche y caminar con paso vivaz por el centro del asfalto —le temen a la banqueta, porque creen que hay gente agazapada en los zaguanes, lista para asaltarlos; no se dan cuenta de que los asaltantes están dormidos a esa hora— dejan a su paso una estela de agua de Colonia o talco desodorante que queda flotando en el ambiente hasta que pasa el primer autobús. Van a misa de cinco, a la Adoración Nocturna, a hacer ejercicio, a pasear un perro desmañanado, o, peor todavía, a despertar al velador del edificio para que les abra el despacho.
      Son por lo general, gente de dinero y creen que la fortuna que tienen se las concedió Dios nomás por el gusto que le da verlos levantarse temprano. Aconsejan esta práctica saludable a todo el que encuentran -en realidad no tienen otro tema de conversación, inventarían refranes si pudieran, como no pueden, repiten el consabido de “al que madruga, Dios le ayuda”, que es una afirmación que carece de fundamento histórico.
      Esta clase de personajes también tiene la tendencia a obligar niños a que les piquen la panza con el dedo.
      —Mira niño, es como de fierro. Aprende: estoy así porque me levanto temprano. Tengo sesenta años y mírame.
     
     Los que inventaron que es bueno levantarse temprano son los que determinaron que los turnos de trabajo cambien rayando el sol, que los fusilamientos de lleven a cabo al amanecer, que se reparta la leche al alba, que no se permita la entrada de carga después de las siete de la mañana, etcétera. En resumen son los únicos responsables de que la ciudad empiece a funcionar a una hora de la que nada bueno puede esperarse. (18-vii-72)

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Tacos y tortas compuestas 

 Uno de los más importantes inventores que ha habido en la historia del Distrito Federal es el gran tortero Armando, inventor de las tortas que llevan su nombre. Su importancia en la evolución alimenticia de los mexicanos es tal que ya nadie se acuerda de como eran las tortas antes de Armando. 

Según la leyenda, la carrera de Armando culminó en una misión diplomática. Dicen que con motivo de algún suceso espectacular: el centenario de la consumación de la Independencia, por ejemplo, se decidió que la embajada de México en Francia diera un fiestón. Para atender debidamente al cuerpo diplomático y a los funcionarios del Gobierno francés, viajó a Francia, en barco, Armando, con un canasto de aguacates.

 La torta de Armando es una creación barroca en la que intervienen aproximadamente veinticinco elementos —entre los que se cuentan el filo del cuchillo y la habilidad del operador para rebanar la lechuga—en un orden riguroso. Si se altera el orden —por ejemplo, si se pone primero el chipotle y después el queso— o si la calidad de alguno de los elementos falla —que el aguacate sea pagua— lo que se come uno no es torta de Armando.

 Las tortas de Armando se hacían con carnes que a nadie le gustan ahora —lengua, galantina, queso de puerco— y se debían comer acompañadas de un vaso chicha y de encurtidos en vinagre de los que había amplia provisión en cada mesa, y que consumidos en abundancia provocaron la extremaunción de cuando menos un cliente, que yo sepa.

 Conviene agregar que el cliente se recuperó y que vivió cuarenta años más, que empleó en narrar su proeza y repetirla varias veces.

 La torta de Armando es clásica, y como tal, pasó a la historia. En lo complicado de su concepción, en la variedad de los elementos que intervenían en su composición y en la pericia necesaria para elaborarla, estaban las semillas de su muerte. La torta de Armando no pudo adaptarse a las necesidades de la vida moderna ni a las condiciones del mercado, y fue sustituida por algo mucho mas práctico: la torta caliente de pavo, que es otro invento genial.

 La torta caliente de pavo deslumbra por su sencillez. No tiene más que rebanadas de pavo asado y guacamole. La tapa de la telera va mojada en la salsa del pavo. Esta torta tuvo su apogeo en la época de Alemán y es coetánea del principio de nuestra industrialización y con la idea —desechada hoy en día— de que el guajolote es el animal mas suculento. 

La torta de pavo caliente a su vez, fue sustituida por la torta caliente de pierna —que empezó a tomar impulso a fines del periodo de Ruiz Cortines, y llegó a su apogeo en la época de López Mateos—. No se diferencia de la anterior más que en el animal del que proviene la carne de que está hecha. 

La torta de pierna tiene aceptación todavía en la actualidad, pero es evidente que va de salida. Al estudiar la evolución anterior, se puede prever que la próxima mutación implicará un cambio de animal, probablemente hacia uno más grande —del guajolote al puerco y del puerco a la res— y una simplificación en la fabricación de la torta. Es decir, partir un bolillo y meterle un bistec en medio: la torta del futuro es el pepito.

 Un día, cuando yo era niño, llegó mi abuelo a la casa y mientras se quitaba los guantes anunció con cierta solemnidad que acababa de ver, en la esquina de 16 de Septiembre y San Juan de Letrán, a unos hombres que vendían tacos que estaban envueltos en un "jorongo colorado".

 —Me comí tres y no están mal —dijo. 

La introducción en el mercado de los tacos sudados constituye uno de los momentos culminantes de la tecnología mexicana, comparable en importancia a la invención de la tortilladora automática o a la creación del primer taco al pastor. El taco sudado es el Volkswagen de los tacos: algo práctico, bueno y económico. Entre que pide uno los tacos y se limpia uno la boca satisfecho, no tienen por qué haber pasado más de cinco minutos. Se conservaron en primera línea durante seis periodos presidenciales y si han caído últimamente en desuso se debe únicamente a la idea, neurótica pero en boga, de que todo alimento que no se elabora en presencia del cliente es venenoso.

 En lo que respecta a los tacos al carbón, cabe decir lo siguiente: es una lástima que el mexicano haya necesitado cuatrocientos años para darse cuenta de que también de carne de res se pueden hacer tacos y que este descubrimiento haya ocurrido en la época en que nuestra riqueza forestal daba las ultimas boqueadas. Tecnológicamente son un retroceso. Fracaso de la técnica, pero triunfo de la mercadotecnia. Algo inventado para aumentar los precios haciéndole creer al cliente que está comiendo regalado.

 —¡Hombre, un bistec y dos tortillas por tres pesos! ¿Qué mas puede uno pedir?

 Nadie le advierte que puede comerse ocho sin sentirse satisfecho


Findesemanía consumiendo enero

Es viernes y don Venus lo sabe

Egoepidemiólogo


miércoles, 20 de enero de 2021

martes, 19 de enero de 2021

Ciencia 4T

Hueso diplomático

El Peje y Joe Biden

 'El gobierno de México quiere pleito con Biden'

-Pablo Hiriart, El Financiero, 19 de enero de 2021

MIAMI, Florida.- Es claro que “el gobierno del presidente López Obrador busca una confrontación con Washington” en la era Biden, dice en entrevista el director del Centro de Estudios México-Estados Unidos, en el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice (Houston), Tony Payán.

“Si López Obrador logra incitar a un conflicto con el (nuevo) gobierno de Estados Unidos, puede apelar a los remanentes del nacionalismo mexicano y luego ubicarse como el gran defensor de la soberanía nacional”.

Pregunto al autor de Las tres guerras fronterizas entre Estados Unidos y México: drogas, inmigración y seguridad nacional, así como de Policías, soldados y diplomáticos: comprensión del comportamiento de las agencias en la guerra contra las drogas, y coeditor y coautor de una decena de libros sobre la relación bilateral:

-¿Por qué un pleito con Biden, y no con Trump?

-A López Obrador le disgusta Biden de manera muy directa. Biden representa un Estados Unidos que le hace contrapeso al proyecto de López Obrador. Trump no. Por eso le gustaba Trump y le apostó a Trump. Pero perdió. Y esto le complica las cosas a López Obrador. Eso no quiere decir que no va a dejar de buscar por dónde provocar a Washington. De cualquier manera, Biden va a estar muy ocupado con la pandemia y la recuperación económica. Otros temas quedan más abajo en la lista. Pero México no deja de ser la nación con mayor trascendencia directa en la vida de millones de estadounidenses y por eso no se debe descuidar.

-¿Cómo será la reacción del nuevo gobierno ante esa búsqueda de confrontación?

-Creo que Washington debe ser mucho más cauteloso y no provocar esa oportunidad de que López Obrador lleve agua a su molino de redentor. Al contrario, toda acción debe ser certera y bien puesta, bien asestada, donde le duela más, pero donde no pueda hacer nada. La política de la administración Biden tiene que ser con bisturí, no con machete.

-¿Hay similitudes entre personajes tan distintos como Trump y AMLO?

-El populismo es una reacción, no es una acción. En este sentido creo que tanto Trump como López Obrador en México representan gobiernos reaccionarios. No son liberales ni pretenden serlo. No son necesariamente de derecha o de izquierda. Son sencillamente movimientos reaccionarios, sean o no justificados.

-¿Cómo?

-Make America Great Again o muerte al neoliberalismo no son esquemas propositivos. Al contrario, se definen en contra de algo, de una realidad, de una clase, de un grupo, de una manera de hacer las cosas, de una visión, etcétera, pero raramente podrán construir algo. No se puede construir algo sobre lo que es negativo, lo que está abajo del cero por así decirlo, porque es un número negativo.

Agrega el funcionario del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice: “Desafortunadamente, ningún movimiento de reacción es capaz de resolver los problemas que diagnostica. Los populismos nunca han resuelto nada, ni lo han hecho los regímenes emanados de ellos. A menudo terminan destruyendo lo que se ha construido, a menudo a propósito, pero sin responder de manera efectiva y sostenida a los problemas que se supone que les dieron paso”.

-Destruyen…

-Lo estamos viendo. El tema es que en EU las instituciones parecen haber resistido. En México, ante la fragilidad de las instituciones, todo cede, todo se desmorona. Hay esfuerzos, buenos e importantes, claro, de resistencia, pero no son suficientes. La corrección tendrá que venir de la sociedad misma, en forma de movilizaciones, coaliciones, elecciones, etcétera.

-¿Hay manera de corregir, o no?

-El populismo, como método de diagnóstico, es relativamente bueno. Un terreno fértil al populismo, de cualquier matiz, nos indica que algo no está bien… Y las correcciones no llegan si no vienen acompañadas de un mea culpa de las élites anteriores. Ni mucho menos si los grandes errores/pecados del pasado no han sido corregidos, y si los daños causados por el populismo no han sido lo suficientemente graves.

-Aquí toman el Capitolio, en México atentan contra la autonomía de las instituciones, ¿no hay salida, entonces?

-Los elementos empíricos que mencionas –el asalto a los órganos autónomos, las peleas político-diplomáticas, la polarización de la sociedad, el asalto al Congreso en Washington, etcétera– son manifestaciones materiales de fuerzas que tienen que resolverse con el tiempo… Todos los movimientos requieren tiempo, para hacerse y para deshacerse. Y me temo que el populismo es así. Eso no quiere decir que el discurso opositor y la crítica no sea valiosa. Claro que lo es. Es importante que la sociedad escuche voces alternas y vea posturas alternativas. Eso funciona como una especie de freno a las andanadas del populismo o autoritarismos.

De vuelta al tema del futuro inmediato de la relación entre México y Estados Unidos, el doctor Payán tiene una duda, una inquietud: “Me pregunto de dónde saca López Obrador su imaginario de los Estados Unidos. No creo que lo entienda. No creo que sepa cómo funciona. No creo que tenga idea de la complejidad de la sociedad estadounidense. Yo quiero suponer que lo que piensa está informado por gente como John Ackerman, esa figura rara, que es gringo pero que muestra un desprecio por los Estados Unidos. Supongo que alguien así le mete ideas a López Obrador, aunque no lo sé. Sería muy bueno ver quién lo asesora en su relación con Estados Unidos”.

-En el terreno propiamente diplomático, ¿qué se espera?

-Ya veremos a quién asigna Biden en la embajada. Eso nos va a decir mucho. Yo creo que va a ser alguien de carrera, que funcionan mucho más sigilosamente.

lunes, 18 de enero de 2021

jueves, 14 de enero de 2021

miércoles, 13 de enero de 2021

martes, 12 de enero de 2021

lunes, 11 de enero de 2021

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sábado, 9 de enero de 2021

viernes, 8 de enero de 2021

Earlymornings (mañaneras)

Es viernes y don Venus lo sabe

Bocanegra, historia de amor con Himno Nacional de fondo

El 8 de enero de 1824 nació en San Luis Potosí, el poeta Francisco González Bocanegra, compositor de los versos del Himno Nacional mexicano. Por supuesto que dado el tono machacón,  belicoso y castrense del himno, sólo alguien apellidado "Bocanegra", vulgo agujero de cañón, pudo componer semejantes versos, caray. Así, el poeta potosino Francisco González Bocanegra es recordado precisamente no por el apellido paterno sino por el materno, pues en México abundan los "González". Y es sabido que el 13 de noviembre de 1853 , el once veces presidente de México, el general Antonio López de Santa Anna, su Alteza Serenísima, todo él ataviado con capa roja, gorro de plumas, espadón- y derrochando fanfarronería , pompa y circunstancia , advirtió que sólo le hacía falta un himno que cantara su gloria y, de pasada, la del país. De manera que el dictador Santa Anna ordenó que a su Ministro de confianza, Miguel Lerdo de Tejada, organizar de inmediato un concurso que premiase la mejor letra del himno nacional, que de la música ya se encargaría él de mandar traer un compositor y director de orquesta extranjero muy amigo suyo.  

Cuentan que el poeta Bocanegra, en su natal San Luis Potosí, provincia en marcha... de tortuga, bostezó al enterarse de dicha convocatoria publicada en el Periódico Oficial, así que prefirió visitar a su novia, bella damita de la alta sociedad, Guadalupe González del Pino y Villalpando, alias la Lupita. Y precisamente, al enterarse Lupita del concurso nacional, para el cual, el mismísimo presidente Santa Anna ofrecía como premio, además del metálico, que la letra ganadora fuese declamada en su Serenísima presencia en el Teatro Nacional, la enjundiosa novia González del Pino y Villalpando, ipso facto instó a su novio Bocanegra, el pachorro poeta lírico famoso en su casa de San Luis Potosí, a que se abocara a la tarea de componer los versos de dicho himno que de ganar el concurso, lo cubriría de fama y gloria. De modo que apuró al vate a que se pusiera manos a la obra, pues el gobierno había dado sólo mes y medio de lapso para entregar la letra. Sin embargo, el joven Bocanegra, perezoso y sin otro ánimo más que de  perderse en besitos y arrumacos con la Lupita, confesó que le faltaba inspiración y ganas de ponerse a escribir. Es entonces cuando la hacendosa Lupita urde una estratagema audaz y en insólito gesto -es la mitad del decentísimo siglo XIX- ¡invita a su alcoba al poeta remolón! Así que entre el asombro y el susto ante la viva iniciativa de la Lupita, el poeta Bocanegra sigue presuroso a su atrevida novia a la recámara de ella. En cuanto ingresan al cuarto, ella le advierte que antes que nada, lo invita a sentarse en la mesita del tocador, le da pluma y papel y le solicita que, a fin de inspirarse románticamente, le redacte primero un poema de amor. "Aguarda un momento", exclama Lupita, "no hay suficiente tinta , voy por otro frasco". Perplejo, el poeta Bocanegra , intenta una respuesta , pero apenas abre la boca cuando Lupita ha cerrado tras de sí la puerta de la habitación. Estupefacto y encerrado, Bocanegra escucha la vocecilla de su novia : "cerré ya la puerta con llave . No te voy a dejar salir hasta que me entregues la letra de un himno nacional mexicano para el concurso". Bocanegra protesta: ¿Qué le pasa a Lupita? ¡No sé! ¿Qué le pasa a esa niña? ¡No sé! ¿Qué es lo que quiere? ¡No sé! Te prometo que mañana lo escribo de un jalón, pero ahora, ven aquí conmigo, dame un besito ..."; pero Lupita porfía : "¡No sales hasta que termines los versos de un himno a la patria! ". El poeta famoso en provincia no tiene más remedio que sentarse a redactar, rápido, para salir de la claustrofóbica situación. Así que, cuatro horas más tarde , el poeta Bocanegra, golpea desde dentro la puerta; Lupita acude presurosa : "¿Y bien?". Una a una las hojas de papel profusamente escrito con diez estrofas, las va deslizando por debajo de la puerta y reclama pegando su boca-negra a la puerta: "¡Ya puedes entrar para abrazarte! ¡Abre, Lupe, por Dios!". Con toda parsimonia y sangre fría, Lupita reúne las hojas cubiertas de versos y estrofas que inserta en un paquete, lo ata con una cinta y lo entrega a un criado que se lo lleva de inmediato al correo. 

Tiempo después, el 15 de agosto de 1854, por las calles de San Luis Potosí , el bando presidencial anuncia al triunfador del concurso de la letra del himno nacional : "el ganador es el poeta de provincias, Francisco González Bocanegra". Lupita abraza a su atónito novio y le susurra al oído que acepta ser su esposa, ... pero después de que recoja el premio en la Ciudad de México de manos del presidente. 

De tal forma, el 15 de septiembre de 1854, a la mera capital del país, fue a dar toda la familia González Bocanegra y también la familia de la novia ya comprometida, los González del Pino y Villalpando: papás, hermanos y hermanas, tíos y tías, primos y primas, abuelitos y abuelitas, suegras y suegros, colados y arrimados, perros y gatos, incluido el perico, a fin de instalarse en las butacas del majestuoso Gran Teatro Nacional, donde el general López de Santa Anna, en lo alto de un palco y apoltronado en la dorada silla presidencial, contempla en escena al poeta potosino Bocanegra, con labios entornados cual boca de cañón, recitar verso a verso, estrofa por estrofa, el himno compuesto en la alcoba de la novia : "¡Mexicanos al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del... Bocanegra!". Todo el público del Teatro Nacional constituido por lo más selecto de la sociedad de la Ciudad de los Palacios, damas copetonas y caballeros de postín, ¡ojo! atentos a gestos y manos de su Alteza Serenísima, el presidente -once veces ya- Antonio López de Santa Anna, ... que pasa del rostro pétreo a la sonrisa , pone de pie y con sus guantes blancos se pone a aplaudir. Todo el Teatro lo imita y se viene abajo en aplausos. El poeta Bocanegra, caravana tras caravana, agradece las ovaciones, atento sobre todo a la Bocarroja de su Musa Lupita. Ya luego un músico catalán, un tal Jaime Nunó, sería mandado traer de Cuba para ponerle música a los versos militares: "piensa ¡Oh, Patria querida! que el cielo un soldado en cada hijo te dio".

Cabe concluir que con el paso de los años y caído bajo la rueda de la historia, el general López de Santa Anna, que pasó de héroe a villano, las nuevas autoridades se vieron en la urgente necesidad de "corregir" y eliminar los versos lambiscones de Bocanegra, dedicados a su Alteza Serenísima:

"Del guerrero inmortal de Zempoala

te defiende la espada terrible

y sostiene su brazo invencible 

tu sagrado pendón tricolor.

Él será del feliz mexicano 

en la paz y en la guerra el caudillo, 

porque él supo sus armas de brillo

circundar en los campos de honor".

PD a modo de esquela- Ciña ¡oh patria! tus sienes de oliva, de la paz el arcángel divino: el poeta Francisco González Bocanegra falleció de fiebre tifoidea a los 37 años/ Que en el cielo tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió: Jaime Nunó, con diabetes, murió a los 50 años. (MFM)

jueves, 7 de enero de 2021

martes, 5 de enero de 2021

lunes, 4 de enero de 2021

Correa


Existe tal maraña de confusiones y mentiras respecto al personaje, creado por él mismo y por sus partidarios, y propulsado por el periodismo ávido de escándalo, que hay millones de personas en el mundo convencidas de que el desgarbado australiano de pelos blanco amarillos que compareció en el balcón de la embajada ecuatoriana del barrio preferido por los jeques árabes en Londres -Knightsbridge- para dar lecciones sobre la libertad de expresión, es un perseguido político de los Estados Unidos al que ha salvado in extremis nada menos que el presidente Rafael Correa del Ecuador, es decir, el gobierno que, después de los de Cuba y Venezuela, ha perpetrado los peores atropellos contra la prensa en América Latina, cerrando emisoras, periódicos, arrastrando a tribunales serviles a periodistas y diarios que se atrevieron a denunciar los tráficos y la corrupción de su régimen, y presentando una ley mordaza que prácticamente sellaría la desaparición del periodismo independiente en el país. En este caso sí que vale el viejo refrán: "Dime con quién andas y te diré quién eres". Porque el presidente Correa y Julian Assange son tal para cual. 

Caso del hacker Assange

 Julian Assange en el balcón

-Mario Vargas Llosa, 26 de agosto de 2012

En el cubículo de la embajada del Ecuador en Londres, donde está refugiado, Julian Assange, el fundador de WikiLeaks,tendrá ahora tiempo de sobra para reflexionar sobre la extraordinaria historia de su vida, que comenzó como oscuro ladronzuelo de la intimidadajena (es lo que hace un hacker informático, aunque el anglicismo trate de inocular dignidad a ese innoble oficio) en el país de los canguros y ha terminado convirtiéndolo en un ícono contemporáneo, tan famoso como los futbolistas o roqueros más de moda, para muchos en un héroe de la libertad de expresión y en el centro de un conflicto diplomático internacional. Existe tal maraña de confusiones y mentiras respecto al personaje, creado por él mismo y por sus partidarios, y propulsado por el periodismo ávido de escándalo, que hay millones de personas en el mundo convencidas de que el desgarbado australiano de pelos blanco amarillos que compareció hace unos días en el balcón de la embajada ecuatoriana del barrio preferido por los jeques árabes en Londres -Knightsbridge- para dar lecciones sobre la libertad de expresión al presidente Obama, es un perseguido político de los Estados Unidos al que ha salvado in extremis nada menos que el presidente Rafael Correa del Ecuador, es decir, el gobierno que, después de los de Cuba y Venezuela, ha perpetrado los peores atropellos contra la prensa en América Latina, cerrando emisoras, periódicos, arrastrando a tribunales serviles a periodistas y diarios que se atrevieron a denunciar los tráficos y la corrupción de su régimen, y presentando una ley mordaza que prácticamente sellaría la desaparición del periodismo independiente en el país. En este caso sí que vale el viejo refrán: "Dime con quién andas y te diré quién eres". Porque el presidente Correa y Julian Assange son tal para cual. 

En realidad, el fundador de WikiLeaks no es objeto en estos momentos siquiera de una investigación judicial en los Estados Unidos ni este país ha hecho pedido alguno reclamándolo a nadie para enfrentarlo a un tribunal. El supuesto riesgo de que, si es entregado a la justicia sueca, el gobierno de Suecia pueda enviarlo a Estados Unidos es, por ahora, una presunción desprovista de todo fundamento y no tiene otro objeto que rodear al personaje de un aura de mártir de la libertad que ciertamente no se merece. La justicia sueca no lo reclama por sus hazañas -mejor dicho, infidencias- informáticas, sino por las acusaciones de violación y acoso sexual formuladas contra él por dos ciudadanas de ese país. Así lo ha entendido la Corte Suprema de Gran Bretaña y por esodecidió transferirlo a Suecia, cuyo sistema judicial, por lo demás, es, al igual que el británico, uno de los más independientes y confiables del mundo. De manera que el señor Assange no es en la actualidad una víctima de la libertad de expresión, sino un prófugo que utiliza ese pretexto para no tener que responder a las acusaciones que pesan sobre él como presunto delincuente sexual. 

La popularidad de la que goza se debe a los cientos de miles de documentos privados y confidenciales de distintas dependencias del gobierno de los Estados Unidos -empezando por la diplomacia y terminando por las Fuerzas Armadas-, obtenidos mediante el robo y la piratería, que WikiLeaks difundió, presentándolos como una proeza de la libertad de expresión que sacaba a la luz intrigas, conspiraciones y conductas reñidas con la legalidad. ¿Fue realmente así? ¿Contribuyeron las delaciones de WikiLeaks a airear unos fondos delictivos y criminales de la vida política estadounidense? Así lo afirman quienes odian a Estados Unidos, "el enemigo de la humanidad", y no se consuelan todavía de que la democracia liberal, de la que ese país es el principal valedor, ganara la Guerra Fría y no fueran más bien el comunismo soviético o el maoísta los triunfadores. Pero, creo que cualquier evaluación serena y objetiva de la oceánica información que WikiLeaks difundió, mostró, aparte de una chismografía menuda, burocrática e insustancial, abundante material que justificadamente debe mantenerse dentro de una reserva confidencial, como el que afecta a la vida diplomática y a la defensa, para que un Estado pueda funcionar y mantener las relaciones debidas con sus aliados, con los países neutros, y sobre todo con sus manifiestos o potenciales adversarios. 

Nosotros nunca sabremos la manera en que las revelaciones de WikiLeaks sirvieron para que se deshicieran las redes de información laboriosa y peligrosamente montadas por los países democráticos en las satrapías que amparan el terrorismo internacional de Al Queda y congéneres, ni cuántos agentes e informantes de los servicios de inteligencia del Occidente fueron detectados y posiblemente eliminados por efecto de esas publicaciones, pero no hay duda de que esa fue una de las siniestras consecuencias de aquella celebrada operación de desembalse informativo. ¿No es curioso que WikiLeaks privilegiara de tal modo revelar los documentos confidenciales de los países libres, donde existe, además de la libertad de prensa, una legalidad digna de ese nombre, en vez de hacerlo con las dictaduras y gobiernos despóticos que proliferan todavía por el mundo? Es más fácil ganar credenciales de luchador por la libertad ejercitando la infidencia, el contrabando y la piratería informática en sociedades abiertas, al amparo de una legalidad siempre reticente a sancionar los delitos de prensa para no dar la sensación de restringir o poner obstáculo a esa libertad de crítica que es, efectivamente, sustento esencial de la democracia, que infiltrándose en los secretos de los gobiernos totalitarios. Los partidarios de WikiLeaks deberían recordar que la otra cara de la libertad es la legalidad y que, sin ésta, aquella desaparece a la corta o a la larga. La libertad no es ni puede ser la anarquía y el derecho a la información no puede significar que en un país desaparezcan lo privado y la confidencialidad y todas las actividades de una administración deban ser inmediatamente públicas y transparentes. Eso significaría pura y simplemente la parálisis o la anarquía y ningún gobierno podría, en semejante contexto, cumplir con sus deberes ni sobrevivir. La libertad de expresión se complementa, en una sociedad libre, con los tribunales de justicia, los parlamentos, los partidos políticos de oposición y esos son los canales adecuados a los que se puede y debe recurrir si hay indicios de que un gobierno oculta o disimula delictuosamente sus iniciativas y quehaceres. Pero atribuirse ese derecho y proceder manu militari a dinamitar la legalidad en nombre de la libertad es desnaturalizar este concepto y degradarlo de manera irresponsable, convirtiéndolo en libertinaje. Eso es lo que ha hecho WikiLeaks y, lo peor, creo, no en razón de ciertos principios o convicciones ideológicas, sino empujado por la frivolidad y el esnobismo, vectores dominantes de la civilización del espectáculo en que vivimos. El señor Julian Assange no ha practicado en la institución que fundó la transparencia y la limpieza totales que exige de las sociedades abiertas contra las que se ha encarnizado. Las defecciones que ha experimentado WikiLeaks se deben, fundamentalmente, a su resistencia a dar cuenta a sus colaboradores de los varios millones de dólares que ha recibido como donaciones, según leo en un artículo firmado por John F. Burns, en el Internacional Herald Tribune del 18/19 de agosto. Es un buen indicio de lo complicadas y sutiles que pueden ser las cosas cuando se observan de cerca y no a partir de lugares comunes, estereotipos y clisés. 

En las actuales circunstancias no hay razón alguna para considerar a Julian Assange un cruzado de la libertad de expresión, sino más bien un vivillo oportunista que, gracias a su buen olfato, sentido de la oportunidad y habilidades informáticas, montó una operación escandalosaque le dio fama internacional y la falsa sensación de que era todopoderoso, invulnerable y podía permitirse todos los excesos. Se equivocó y ahora es víctima de estos últimos. En verdad, su peripecia parece haber entrado en un callejón sin salida, y no es imposible que, una vez que pase la ventolera que hizo de él una persona famosa, se le recuerde sobre todo por la involuntaria ayuda que ha prestado, creyendo actuar a favor de la libertad, a sus enemigos más acérrimos.

domingo, 3 de enero de 2021

4Trecibe, vacuna

Restas

Magos de la velocidad

Arreola/ Textos

La presente caricatura se publicó el 18 de septiembre de 2015; el 20 de dicho mes, se colocó en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, la estatua del maestro Juan José Arreola (quien nació el 21 de septiembre de 1918 y falleció el 3 de diciembre de 2001)

Alarma  para el año 2000

¡Cuidado! Cada hombre es una bomba a punto de estallar. Tal vez la amada hace explosión en brazos de su amante. Talvez. Ya nadie puede ser vejado ni aprehendido. Todos se niegan a combatir. En los más apartados rincones de la tierra, resuena el estrépito de los últimos descontentos. El tuétano de nuestros huesos está debidamente saturado. Cada fémur y cada falange es una cápsula explosiva que se opera a voluntad. Basta con apoyar frecuentemente la lengua contra la bóveda palatina y hacer una breve reflexión colérica. . . 5, 4, 3, 2, 1. . . el índice de adrenalina aumenta, se modifica el quimismo de la sangre y ¡cataplum! Todo desaparece en derredor. Cae después una ligera llovizna de ceniza. Pequeños grumos viscosos flotan en el aire. Fragmentos de telaraña con leve olor nauseabundo como el bromo: es todo lo que queda del hombre que fue. No hay más remedio que amarnos apasionadamente los unos a los otros. ***************************************

 INFERNO V

En las altas horas de la noche, desperté de pronto a la orilla de un abismo anormal. Al borde de mi cama, una falla geológica cortada en piedra sombría se desplomó en semicírculos, desdibujada por un tenue vapor nauseabundo y un revuelo de aves oscuras. De pie sobre su cornisa de escorias, casi suspendido en el vértigo, un personaje irrisorio y coronado de laurel me tendió la mano invitándome a bajar.

Yo rehusé amablemente, invadido por el terror nocturno, diciendo que todas las expediciones hombre adentro acaban siempre en superficial y vana palabrería.

Preferí encender la luz y me dejé caer otra vez en la profunda monotonía de los tercetos, allí donde una voz que habla y llora al mismo tiempo, me repite que no hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria.
 
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El mapa de los objetos perdidos

El hombre qué me vendió el mapa no tenía nada de extraño. Un tipo común y corriente, un poco enfermo tal vez. Me abordó sencillamente, como esos vendedores que nos salen al paso en la calle. Pidió muy poco dinero por su mapa: quería deshacerse de él a toda costa. Cuando me ofreció una demostración acepté curioso porque era domingo y no tenía qué hacer. Fuimos a un sitio cercano para buscar el triste objeto que tal vez él mismo habría tirado allí, seguro de que nadie iba a recogerlo: una peineta de celuloide, color de rosa, llena de menudas piedrecillas. La guardo todavía entre docenas de baratijas semejantes y le tengo especial cariño porque fue el primer eslabón de la cadena. Lamento que no le acompañen las cosas vendidas y las monedas gastadas. Desde entonces vivo de los hallazgos deparados por el mapa. Vida bastante miserable, es cierto, pero que me ha librado para siempre de toda preocupación. Y a veces, de tiempo en tiempo, aparece en el mapa alguna mujer perdida que se aviene misteriosamente a mis modestos recursos.

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 De L'Osservatore

 
A principios de nuestra Era, las llaves de San Pedro se perdieron en los suburbios del Imperio Romano. Se suplica a la persona que las encuentre, tenga la bondad de devolverlas inmediatamente al Papa reinante, ya que desde hace más de quince siglos las puertas del Reino de los Cielos no han podido ser forzadas con ganzúas.