martes, 10 de mayo de 2011

Madre (y día) sólo hay una

Ann Marie Reeves, madre; y su hija, Anna Jarvis
El festejo del Día de la Madre se debe a la estadounidense Anna Jarvis. Ella fue hija de Ann Marie Reeves, una madre todo-terreno que además de llevar las riendas del hogar participaba en cuanta actividad a favor de la comunidad fuese posible atender, como por ejemplo, la de ofrecer su casa como hospital para atender a los soldados heridos, de uno y otro bando, en la Guerra Civil de EEUU.
Doña Ann, en compañía de su hija, convocó a todas las señoras dispuestas a colaborar en el mejoramiento de los servicios de la ciudad de Virginia y fundó con ellas el Mothers Day Work Club (o 'Club del Día del Trabajo de las Madres') que precisamente se reunía un día a la semana para atender todas las necesidades de la comunidad, de la Parroquia, así como los servicios sanitarios y educativos. Los maridos se escabullían pretextando que no tenían tiempo para servicios sociales, pues debían acudir a la oficina. Pronto, la ciudad se regía por un matriarcado, a la cabeza del cual se encontraba, girando instrucciones a diestra y siniestra, Mrs Ann Reeves.
Pero la vigorosa doña Ann falleció, un 9 de mayo de 1905 (segundo domingo de mayo entonces). Y su hija Anna Jarvis juró realizar lo que ella interpretó como el sueño de su mamá: establecer de manera oficial en todo EEUU, no sólo el Mothers Day Work Club sino... el Mother's Day. Es decir, decretar un día especial, el segundo domingo de mayo como murió su madre, en el que se recordara no sólo la labor de su progenitora y las señoras del Club, sino la labor de la madre particular de cada quien. Así, Anna Jarvis lanzó una campaña nacional de recolección de firmas a favor de establecer el día oficial de la Madre, lo que la llevó hasta el Congreso en Washington y finalmente, a la Casa Blanca. Anna le entregó una carta con miles de firmas al Presidente Woodrow Wilson que firmó, en 1914, el decreto oficial que proclamaba el Día de la Madre el segundo domingo de mayo (que casi siempre cae en 8, 9 ó 10).
México, enterado del decreto presidencial gringo, también escogió mayo para festejar a las madres mexicanas. Pero, para organizar bien la publicidad, los comerciantes fijaron la fecha el día 10. Se recuerda así, el gigantesco pastel de la cafetería-restaurante Sanborn's para "las cabecitas blancas".
Paradojas de la vida: Anna Jarvis, la abnegada hija, la creadora del Día de su Madre, nunca fue mamá, pues se le fue la vida ("no tengo tiempo para noviazgos"), y su fortuna, en realizar el sueño de Mrs Ann Reeves, la ubicua madre. Más irónico aún: Anna terminó sus días solicitando ¡cancelar el Día de la Madre! Pues, horrorizada cayó en cuenta de que su iniciativa de amor filial desinteresado había sido pervertida por la voracidad con intereses de los comerciantes. Así, Anna Jarvis murió decepcionada, pobre y solitaria. Y en un gesto más propio de humor negro que de condolencias, su funeral fue costeado por florerías, pastelerías, restaurantes y, sobre todo, impresores de tarjetas de felicitación del Mother's Day, en agradecimiento por tanto favor recibido.
Por cierto, del marido de Mrs Ann Reeves, padre de Anna Jarvis, ni quien se acordara. Debió estar en la oficina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

PASTEL DE SANBORNS?

Anónimo dijo...

Felicidades a todas las mamás y mamacitas!!!!