El peruano que engañó al mundo (y su don Juan de las drogas alucinógenas)
-Manuel Carballa
Se llamaba Carlos Castaneda, habría vendido 27 millones de libros en 17 idiomas como antropólogo-brujo
Su
primera y gran obra, sobre drogas alucinógenas y las enseñanzas de un
chamán, sedujo a gente como George Lucas, Oliver Stone, Fellini,
Lennon...
Líder de la revolución psicodélica,
fundó una nueva religión. El peruano de la secta que captó a la
alicantina Patricia se dice su sucesor
Ahora un investigador español publica la verdad de Castaneda
Se acaban de cumplir 20 años de su muerte y 50 de la publicación del libro que cambio la vida de millones de lectores:
'Las enseñanzas de don Juan'. Un desconocido estudiante de antropología
que narraba sus experiencias con don Juan Matus, un brujo indio que lo
habría iniciado en los secretos de los hongos alucinógenos. Un nuevo
atajo a la iluminación, esta vez a través de drogas naturales. Justo ese
año, 1968, se habían publicado los primeros estudios clínicos sobre los
efectos secundarios del LSD. Timothy Leary había popularizado el LSD entre la juventud norteamericana como un pasaporte a la iluminación.
Los estudios científicos sobre los efectos del ácido lisérgico fueron tan demoledores que se prohibió su uso,
dejando a millones americanos sin su atajo a la revelación. Y fue
entonces cuando la editorial de la Universidad de California (UCLA)
publicó el primer libro del desconocido Carlos Castaneda. Sabían que sería un éxito; no hasta qué punto.
Según Margaret Runyan,
segunda esposa de Castaneda, aquel libro nació como un trabajo de clase
encargado por el profesor Clement Meighan. Meighan quedó tan
impresionado que le propuso convertirlo en un libro y que lo editara
UCLA.Nadie exigió jamás a Castaneda sus notas, fotos o grabaciones con don Juan Matus que probasen su relato... Y así siguió inmaculado. Incluso le dieron un doctorado por su tercer libro: 'Viaje a Ixtlán'. En total escribió 13 y vendió 27 millones de ejemplares en 17 idiomas.
Desde el primero, su don Juan, sedujo a Hollywood. Antes de matricularse en cinematografía George Lucas
estudió antropología en el Modesto Junior College. Cayó tan seducido
por la obra de Castaneda como millones de lectores. Es fácil reconocer a
Castaneda y don Juan en las conversaciones de Luke Skywalker y el
maestro Yoda. Lucas reconoce la influencia de Castaneda en la saga Star Wars en todas sus biografías. Y quizás sin sus libros, frases como «que la
fuerza te acompañe» jamás habrían existido. Pero hay mucho más. Oliver Stone bautizó a su productora Ixtlan por el tercer libro del peruano. John Lenon definia a Yoko Ono como su «don Juan Matus particular». The Eaglesconfiesan que Hotel California y todos sus éxitos están inspirados en Castaneda. Federico Fellini dejó un rodaje a la mitad para viajar con Castaneda y sus brujas a México y EEUU. L@s Wachowski
no sólo se inspiraron en él para la saga The Matrix, sino que Castaneda
aparece nombrado expresamente en otros filmes suyos, como 'El atlas de
las nubes'... Hoy su nombre y sus libros continúan apareciendo en películas y series como 'Fringe', 'True Detective', 'Perdidos', 'Expediente-X', 'Los Simpson', etc. Pero ¿y si todo fuese mentira?
En 1994 Concha Labarta,
líder del grupo español de discípulos de Castaneda, nos brindó la
oportunidad de conocer al escritor más misterioso del siglo XX a Javier
Sierra (Premio Planeta) y a mí. No permitía que le grabaran ni tomaran
fotografías. Durante los últimos años de su vida nuestra amiga Concha se entregó en cuerpo y alma al culto de Castaneda. Poco
después de su muerte me llegaron informaciones que sugerían que la obra
de Castaneda era falsa. Me propuse averiguar si nuestra amiga había
desperdiciado los últimos años de su vida. Decidí seguir la pista de
Castaneda en EEUU, Perú, México, Costa Rica, Venezuela, Europa... para reconstruir la biografía que él tanto se empeñó en ocultar.
Arranqué
en UCLA, donde se matriculó en 1959. Antes estudió psicología en Los
Ángeles City College. Localicé a sus compañeros de piso en el campus. Su
solicitud de nacionalización (la nº 199531). Y en los archivos de
inmigración, el registro de su llegada a EEUU el 23 de septiembre de
1951, con pasaporte peruano Nº 34477. A partir de ahí fue fácil
localizar en Perú a sus amigos de la infancia, sus compañeros de colegio
y su último familiar vivo: su hermana Lucy.
Según los registros Carlos César Salvador Arana Castaneda nació en Cajamarca (Perú), el 25 de diciembre de 1925. Estudió primero en la escuela fiscal 91 y luego en el prestigioso colegio San Ramón. Sus
compañeros de pupitre Juan Jave y Alejandro Vélez, y su hermana, Lucy,
me ayudaron a reconstruir su infancia. En 1944 se traslada a Lima e
ingresa en la Escuela de Bellas Artes. El famoso Victor Delfín, su compañero en Bellas Artes, me ayudó a documentar esa época. Según Delfín le interesaban más las mujeres que el arte.
El 10 de septiembre de 1951, según los archivos de la administración,
Castaneda zarpa a bordo del SS Yavari desde El Dorado y desembarca en
San Francisco (EEUU) el 23. Atrás deja a una de sus compañeras, Gina Lu,
embarazada de su única hija biológica: Charito (aún
vive, en Italia). Cuando, pese a los impedimentos de Castaneda, Gina
localiza a sus padres, Castaneda se casa con ella por poderes. Nunca
volverá a verle.
Hasta la publicación de 'Las enseñanzas de don Juan' Castaneda lo pasa mal. Tiene infinidad de pequeños trabajos, como otros inmigrantes latinos: taxista, cocinero, vendedor...
Sus
compañeros de piso en los 50, Byron de Ford y Oscar Rubio, también
estudiantes hispanos en Los Ángeles,comparten su pasión por las mujeres y
lo sobrenatural. Sesiones de espiritismo, hipnosis y experiencias con
peyote. Según Byron, 10 años antes de don Juan, Castaneda ya había conocido a varios brujos nativos,
como don Rosendo o Marcelo Ocaña, y simultaneaba varias relaciones
sentimentales: Gudrum Edwars, María Kazanz... Rubio me confirma que ya entonces mentía sobre su pasado. Construyó
una biografía sosteniendo que era un noble brasileño educado en Italia.
A pesar de que había dejado esposa e hija en Perú, el 27 de enero de
1960 Castaneda y Margaret Runyan se casan en México -después se casaría
dos veces más-. Ella vivió todo el proceso de creación de 'Las
enseñanzas de don Juan', pero jamás conoció a don Juan. Ni ella ni
nadie. Don Juan Matus nunca existió. En realidad fueron más de una docena de informadores indios, a los que sólo ahora podemos poner nombre, cara.
Michael Korda, famoso editor de la poderosa Simon&Schuster, compró los derechos de su libro. De pronto aquel inmigrante que malvivía con trabajos eventuales se convirtió en millonario. Y mundialmente famoso. Según me dice el famoso ilusionista Uri Geller, conoció a Castaneda en los 70 y ambos tenían una relación directa con la familia presidencial mexicana López Portillo.
Aquí, me asegura Ramón de León, coordinador de varios viajes de
Castaneda a España, la reina Sofía «era muy amiga de Castaneda».
Las editoriales ganaron millones con sus libros
afirmando «que no era importante si lo que contaba era real o una
alegoría». Pero para sus seguidores eso era lo único importante.
Especialmente para ese grupo de devotas del que se rodeó: sus brujas y
amantes. También las conocí. Para ellas, como para sus millones de
seguidores, Castaneda era más que un antropólogo, era un mesías.
Se cambiaron de nombre y cortaron relaciones con sus familias. Lo que
dificultó la investigación policial tras sus trágicas muertes.
Según el informe firmado por la doctora Angélica Duenas,
Castaneda murió el 20 de abril de 1998 por «cáncer hepatocelular».
Cinco de sus brujas más cercanas se quitaron la vida inmediatamente.
Otras, simples lectoras, se suicidaron más tarde emulando los relatos de
sus libros.
Su huella aún marca. Infinidad de imitadores usurpan su legado, presentándose como los legítimos sucesores. El último fue Félix Manrique, líder de la secta que captó a la joven de Elche Patricia Aguilar.
También peruano, falsificó una supuesta carta de Castaneda en la que lo
nombraba único heredero de su sistema de conocimiento: el nahualismo.
Manrique localizó la firma de Castaneda en una página web de autógrafos
de famosos y la estampó en la carta que él mismo escribió.
El presidente López Obrador hizo
referencia en su informe reciente a Carlos Marx como el hombre que había
descubierto la ley de la historia humana. Valdría regresar a él para
pensar en las ironías del gobierno lopezobradorista. El Marx que trató
de entender el ascenso de Luis Bonaparte se abre al asombro de la
política y advierte las complejidades que no embonan en un esquema o en
una consigna.
Hacemos historia, pero no hacemos la historia que
imaginamos hacer, dice Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte. La
realidad se burla de nuestras intenciones. El espejo de vanidad en que
se mira el político lo engaña. Nada tan lejano a lo que un político es
que lo pretende ser. Un gobierno que se imagina escribiendo una página
estelar de nuestra historia redacta un capítulo muy distinto al que
describe en su perorata cotidiana. Sobre las intenciones se imponen las
circunstancias. Pero en este libro no son las condiciones económicas,
las relaciones de clase las que se determinan exclusivamente el sentido
de la acción humana. Marx habla, sobre todo, de las ideas muertas que
obstruyen la inteligencia política, los fantasmas que secuestran el
juicio. "La tradición de todas las generaciones oprime como pesadilla la
mente de los vivos."
Esta política de espectros ocupa el centro
de la reflexión de Marx. La pretensión de reescenificar la historia
produce resultados risibles. Napoleón III, personaje de una grotesca
mediocridad, se imagina reencarnación del tío. Por eso la historia,
cuando pretende repetirse, resulta una caricatura. Esa es la caricatura
del régimen lopezobradorista. Quien pretende hacer Historia hace
historieta. Quien se pavonea como el primer demócrata militariza; quien
se imagina reparador de injusticias las perpetúa y las agrava; quien
predica de austero resulta un derrochador; quien pretende ubicarse en la
izquierda lo es solamente en su retórica. Se mira en el espejo como si
fuera la actualización de la misma batalla de los dos siglos de México.
Ese es el relato que se nos ofrece: libramos hoy la misma batalla que
libraron los héroes de todas las batallas previas. Enfrentamos a los
mismos villanos. No hay nada nuevo bajo el sol. Hidalgo y Morelos
reencarnan en Juárez, Juárez renace curiosamente en personajes tan
disímbolos como Madero y Zapata y ambos son el espíritu de Lázaro
Cárdenas y, al parecer, también de López Mateos. Ese gran lector de
Shakespeare que fue Marx identifica ciertos episodios históricos como un
asalto de fantasmas. Épocas en las que los héroes convocan y los
villanos tientan. Eso es lo que Timothy Snyder ha llamado "política de
la eternidad" que es propia del discurso más autoritario. La llama así
porque sostiene que solamente hay una disyuntiva elemental a lo largo de
los siglos y lo único que cambia es el vestuario de los buenos y de los
malos. Esa caricaturesca simplificación de la complejidad, esa negación
a la novedad, a la sorpresa y a la innovación conduce a un régimen a
asumirse propietario exclusivo del patriotismo.
Esos espectros
dominan la imaginación del régimen. Su batalla no es contra los partidos
de oposición representados en el Congreso. No es contra la prensa
crítica, contra las organizaciones de la sociedad civil que defienden
posiciones distintas a las suyas. En la oposición ve porfiristas
agazapados; en la prensa lee a los golpistas que mataron a Madero; en
las organizaciones de la sociedad civil, ve grupos de notables que
cruzaron el Atlántico para obsequiarle la corona de México a un
aristócrata desempleado. El presidente historiador ha quedado
secuestrado por la fantasía de su trascendencia y por la visión infantil
que tiene de la historia mexicana.
"Alucinaciones de una
batalla muerta, palabras transformadas en frases, ideas en espectros, la
ropa de uso convertida en absurdo disfraz." Así describe Marx el
ridículo de Napoleón III. ¿No es esa una impecable descripción de lo que
tenemos frente a nosotros? Alucinaciones de una batalla muerta, ideas
convertidas en espectros. Marx compara este delirio político con el loco
inglés que se ha convencido de vivir en la era de los faraones. Todos
los días se lamenta de lo difícil que es trabajar en las minas de
Etiopía y sufrir el látigo de los capataces. No hay manera de sacarlo de
su letanía, dice Marx: todos los días es el mismo cuento
Del lat. cient. lithium, y este del gr. λίθειον lítheion 'pétreo', por ser de origen mineral.
1.
m. Elemento químico metálico, alcalino, de núm. atóm. 3, muy poco
denso, escaso en la corteza terrestre donde se encuentra disperso en
ciertas rocas, utilizado en la fabricación de aleaciones especiales y
acumuladores eléctricos y cuyas sales se usan como antidepresivos .
(Símb. Li ).
Tras no avalarse la reforma constitucional en materia
eléctrica, el oficialismo buscará a partir de hoy enmendar la Ley Minera
para que quede estipulado que se garantizará la rectoría del Estado
sobre la explotación del litio. ¿Cuál es el potencial de este mineral en
el país?
México se ubica en el décimo lugar de entre 23 países
con reservas por certificar de litio, con lo que posee casi 2% de este
material en exploración, según el centro Estadístico Geológico de
Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés).
Los depósitos
investigados hasta el momento están ubicados en Teocaltiche y
Jalostotitlán, al este de Jalisco en los límites con Guanajuato; en
Bacandehuachi, Aguaprieta y Nogales, Sonora, y en Piaxtla, Puebla. Todos
los proyectos están en fases exploratorias.
La mina de Sonora es
la más avanzada en cuanto a entrar a una fase explotación. De acuerdo
con estudios de diferentes pozos perforados, una calidad de alrededor de
0.348% de litio, que es casi el doble del contenido que se ha
encontrado en promedio en Chile.
Si bien se ha generado mucha expectativa sobre las posibilidades del
litio en México, aun no tenemos la certeza de que haya este mineral en
México en la cantidad suficiente para ser económicamente rentable”,
mencionó en su momento José Jaime Gutiérrez Núñez.
El presidente de la Cámara Minera de México (Camimex), abundó que con
la información conocida hasta el momento tanto por las empresas como
por el Servicio Meteorológico Mexicano no es posible afirmar que exista
un yacimiento en el territorio nacional que sea viable para su
producción, no por lo menos con la tecnología actual.
Tiempos y costos de exploración
La etapa de exploración de un proyecto de litio tarda hasta 20 años antes del desarrollo.
Bajo
este análisis, un estudio de factibilidad del 2018, Bacanora Lithium,
que cuenta con la concesión para explotar otros materiales en la mina de
Bacadéhuachi, Sonora (ya que en el país no hay concesiones de litio)
expuso que para un área de 100,000 hectáreas, las inversiones requeridas
llegarían a 800 millones de dólares en dos fases, con un costo de 4,000
dólares por tonelada de litio.
La iniciativa para dar la
exclusividad del litio al Estado tomó en cuenta este anuncio del
descubrimiento de 243 millones de toneladas de litio en Sonora basándose
en la experiencia boliviana, donde se encuentra suspendida la
actividad, a diferencia de Argentina y Chile, donde empresas privadas
realizaron la exploración y certificación de reservas.
Cabe
mencionar que, a diferencia de una reforma constitucional, una
iniciativa de reforma a la Ley Minera requiere sólo mayoría simple en el
Congreso; actualmente Morena y sus aliados suman un total de 277
diputados federales con lo que podrían avalarla sin negociar con la
oposición.
Qué dice la Constitución de los minerales
La Carta Magna en su Artículo 27 sostiene que corresponde a la Nación
el dominio directo de todos los recursos naturales en el país.
“De
todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o
yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los
componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se
extraigan metales y metaloides utilizados en la industria”, se menciona.
El
Estado también es propiedad de los yacimientos de piedras preciosas, de
sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas;
los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su
explotación necesite trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u
orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes;
los combustibles minerales sólidos, entre otros, en territorio
nacional.
También indica que la explotación de los recursos sólo
podrá realizarse mediante concesiones, otorgadas por el Ejecutivo
federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las
leyes.
La Cámara de Diputados podría aprobar o rechazar la reforma constitucional de la Ley de la Industria Eléctrica.
No se trata sólo de un cambio constitucional. Se trata en realidad, de un cambio de fondo. De un cambio de modelo económico.
México
pasaría de un esquema de libre mercado a uno estatista. El gobierno, a
través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tendría el monopolio
de la electricidad.
Eso es lo que podría decidirse –hasta el momento de la entrega de ésta columna no se había definido–.
El
partido Morena, el partido en el poder, busca hacer realidad la
contrarreforma eléctrica que envió al poder legislativo, el presidente
Andrés Manuel López Obrador.
Pero no tiene todos los votos. Peor,
aún. Tiene la oposición de la alianza Va por México, entre el PRI, PAN y
PRD. Votarán en bloque. Votarán en contra.
En caso de que no se apruebe, el Presidente de la República tiene lista una reforma para “nacionalizar” el litio.
De la intención e iniciativa, surgen muchas dudas:
¿Porqué es tan importante hoy el litio en México?
¿Se necesita nacionalizar los recursos de litio?
¿El gobierno mexicano, vía nuevas paraestatales, podría explotar y comercializar ese mineral?
¿México es una potencia, por sus recursos de litio?
1.-
¿Por qué es tan importante hoy el litio en México? Es importante en
México y en el mundo porque se utiliza con mayor eficiencia para las
baterías de los celulares y computadoras y de manera creciente para los
autos eléctricos y con mucha potencialidad para los hogares.
2.- ¿Se necesita nacionalizar los recursos de litio?
No.
¿Por qué? Porque de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución, todo
lo que hay en el subsuelo del territorio nacional es propiedad de la
Nación.
El Gobierno puede dar concesiones a privados para su
exploración, y en su caso la explotación correspondiente. No hay que
nacionalizar lo que ya es del Estado mexicano.
3.-¿El gobierno mexicano, vía nuevas paraestatales, podría explotar y comercializar ese mineral?
Si
el gobierno verdaderamente quiere explorar y explotar el litio que
“supuestamente” existe, tendrá que hacer un programa de exploración
ambicioso y de muy largo plazo que requerirá de inversiones importantes
de dinero.
Pero para no hablar de supuestos, hay que referir los
hechos. Según datos oficiales, el Servicio Geológico Mexicano que
depende de la Coordinación de Minería en la Secretaría de Economía,
tiene un presupuesto de 52 millones de pesos al año para exploración en
general, lo cual es totalmente insuficiente para hacer algo en serio.
En el país se invierten alrededor de mil millones de dólares al año por las empresas que exploran.
Por
cada mil manifestaciones de minerales, 100 pasan a etapa de exploración
detallada y de ellos 10 a exploración avanzada y de ahí 1 fructifica en
una nueva unidad minera.
Son periodos largos de 15 a 20 años.
Esto da una idea de las magnitudes de inversión que se requiere, y de lo que hasta ahora invierte el gobierno.
4.- ¿México es una potencia, por sus recursos de litio?
El
poco litio que se ha encontrado en México de manera somera, es del tipo
que se llama de “arcillas” con muy baja concentración de sales de litio
(entre .01% al .05%) lo cual lo hace económicamente inviable ya que el
carbonato de litio que se utiliza para baterías, tiene que ser 99.5% de
pureza.
Hoy, la producción mundial se satisface en un 60% por
litio que viene en roca y que tiene concentraciones del 2 al 4% de sales
de litio, y el otro 40% viene de salares que tienen concentraciones del
0.1 al 0.8% de sales de litio.
Hay muchos proyectos a nivel
mundial ya avanzados en sus etapas de exploración tanto de roca como de
salares que van a satisfacer la demanda de litio en los siguientes 20
años, por lo que los de arcilla seguirán sin ser viables económicamente.
Lo
que va a hacer el Presidente, con su iniciativa, es un acto populista
sin sentido y sin ningún efecto para el país en cuanto a asegurar un
mineral “estratégico” que sencillamente no existe. Simple y
sencillamente forma parte de la narrativa de una supuesta gesta
histórica. Al tiempo.
Un par de días después de su tercera reelección, en abril de 2018,
Viktor Orbán, el Primer Ministro húngaro, publicó un video en el que
mostraba los momentos más simpáticos de la campaña. En un momento
aparecía Orbán con András Patyi, el titular del órgano electoral.
Caminaban por un pasillo y el Primer Ministro decía a las cámaras en
tono burlón: “Me enteré por los periódicos que Patyi pretende multarme”.
Reía y provocaba de inmediato la reacción nerviosa del funcionario.
“Disculpe, señor Primer Ministro,“ respondía el funcionario. Fue un
error. Lo sentimos mucho. El entorno del gobernante se carcajeaba
mientras el Primer Ministro insistía burlonamente: este hombre quiere
multarme. Era de risa.
La anécdota retrata al populista exitoso.
Ha logrado doblegar al árbitro a tal punto de que el intento de marcarle
un límite resulta risible. Cuatro años después de aquella elección,
Orbán ha vuelto a arrasar. Tiene la fuerza parlamentaria para reescribir
la constitución, para destituir jueces incómodos, para ocupar todos los
órganos del Estado, para controlar los medios. De poco sirvió que seis
partidos se coaligaran para presentar un frente común. Fueron incapaces
de detener la aplanadora. Ni siquiera la cercanía del Primer Ministro
con Putin le hizo daño después de la invasión de Ucrania. No se trata de
elegir entre Occidente o Rusia, sino de apuntalar la seguridad,
argumentó Orbán. Y esa seguridad exige neutralidad y capacidad de
diálogo con el gobierno ruso.
Orbán ha redactado un manual de la
hegemonía populista. En una reunión con líderes de Fidesz, su partido,
lo puso en claro. Con una buena victoria se puede rehacer la política
para librarla de sus remanentes liberales. Zsuszanna Szelényi, una
política húngara que alguna vez militó en el partido de Orbán, publicó
en The New Republic un apunte interesante sobre ese instructivo. Después
de fracasar como un político moderado, Orbán encontró una mina en la
radicalización. Los votos no estaban en quienes buscaban el
entendimiento, en los moderados que parecían indecisos, sino en quienes
se lanzaban a la cruzada y ponían bajo la mira al enemigo. El partido
que había nacido como una organización centrista y liberal se transformó
pronto en un partido de derecha extrema. Denunciando al gobierno como
enemigo de la nación, hablando de conspiraciones e invasiones que
amenazaban el alma nacional, su partido ganó contundentemente en 2010 y
no ha soltado ya el poder.
“Fue suficiente ganar una sola vez,
pero ganar abrumadoramente“, le dijo Orbán a los líderes de su partido.
Si se entienden los resortes del poder, basta una victoria contundente
para rehacer la política. A los cuadros de su partido les explicó que el
poder tiene tres recursos: votos, ideología y dinero. Quien los
controle lo tiene todo.
El autoritarismo contemporáneo no es
enemigo de las elecciones. Sabe que el voto es necesario para legitimar
su poder y ensanchar su dominio. La clave es rehacer las leyes y
subordinar al árbitro. Orbán ha ideado una compleja ingeniería de
manipulación. Los distritos electorales se han redibujado para darle a
su formación una ventaja. El mecanismo que transforma los votos en
asientos, magnifica su respaldo electoral. Sujetando la máquina de los
votos, ha logrado someter a todos los organismos constitucionales: el
tribunal supremo, la auditoría, la fiscalía.
El miedo es el
nervio de su discurso. El exterior es una amenaza, los migrantes son una
amenaza, el futuro es una amenaza. Solo “un sistema de cooperación
nacional“, es decir, un régimen antipluralista, puede preservar una
identidad cristiana en peligro. Orbán ha defendido el no cambiar como el
derecho supremo de la nación. Discurso de identidad que apela a la
emoción más profunda. Control también de los emisores que reproducen el
mensaje. El triángulo se cierra con el dinero. La pinza que hace el
populismo con los beneficiarios de sus políticas es crucial. Szelényi
registra la nueva élite económica que se ha creado bajo los auspicios de
Orbán. El populismo puede ser fachada de un orden oligárquico.