lunes, 31 de agosto de 2020

Adiós vagones


 

Charles Baudelaire faleció el 31 de agosto de 1867

    Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; hundir en ellos mi rostro entero, como hombre sediento en el agua del manantial, y agitarlos con mi mano, como un pañuelo oloroso, para sacudir los recuerdos al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡todo lo que siento!, ¡todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja por el perfume como el alma de los otros hombres por la música.

Tus cabellos contienen todo un sueño, lleno de arboladuras y velámenes; contienen vastos mares cuyos monzones me llevan hacia climas encantadores, en que el espacio es más azul y más profundo, donde la atmósfera está perfumada por los frutos, por el follaje y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de todas las naciones y de navíos de toda forma, que recortan su fina y compleja arquitectura sobre un cielo inmenso en el que se acomoda el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con el opio y el azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores mezclados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tu melena pesada y negra. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.

sábado, 29 de agosto de 2020

El show de comedia standby del Loco

Política, antagonismo y violencia

La política es una zona de antagonismos irreductibles, un territorio de polémicas que no se pueden suturar. Esta concepción que se fundamenta a partir de Freud (El malestar en la cultura), respeta los hechos de la realidad, admite la inevitable heterogeneidad social y subjetiva, entiende la riqueza de ciertos modos de la conflictividad y permite sofocar la violencia constitutiva de lo humano. El antagonismo no es la condición de la violencia sino, a la inversa, es la transformación de la violencia en tanto le da forma, presencia, expresión y vías de resolución. La violencia, en todo caso, se despliega cuando prevalece la tendencia a suprimir el antagonismo. (...)

-Sebastián Plut 

miércoles, 26 de agosto de 2020

Observadora


 

¿Y dónde está el copiloto? (La rifa del avión lo incluye)


 

Julio Cortázar nació 26 de agosto de 1914 en Bélgica

 Cóndor y cronopio


Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio que pasa por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de granito, y dice con gran petulancia, a saber:

Cóndor. —Atrévete a afirmar que no soy hermoso.

Cronopio. —Usted es el pájaro más hermoso que he visto nunca.

Cóndor. —Más todavía.

Cronopio. —Usted es más hermoso que el ave del paraíso.

Cóndor. —Atrévete a decir que no vuelo alto.

Cronopio. —Usted vuela a alturas vertiginosas, y es por completo supersónico y estratosférico.

Cóndor. —Atrévete a decir que huelo mal.

Cronopio. —Usted huele mejor que un litro entero de colonia Jean-Marie Farina.

Cóndor. —Mierda de tipo. No deja ni un claro donde sacudirle un picotazo. 


 

 

lunes, 24 de agosto de 2020

La negación de la estética

La rosa es sin porqué
Die Rose ist ohne warum
-Angelus Silesius (1624-1677)

Miente, difama, calumnia... y luego 'viriguas'

La política del estigma 

 -Jesús Silva-Herzog Márquez/24 ago 2020/Reforma 

El estigma, no el castigo, es lo que busca el presidente López Obrador. Lo ha dicho muchas veces y no cabe duda de que es congruente en su actuar. Promueve la repulsa, aunque obstruya con ello el camino de las instituciones de justicia. Lo que al Presidente indigna en realidad no es la impunidad, es el aplauso que recibe el tramposo, la envidia que genera su botín. La anécdota la cuenta tres o cuatro veces a la semana: antes de su feliz triunfo, los pillos eran vistos popularmente como astutos ejemplares. Se paseaban sin encarar el rechazo de la gente. Por eso cree que, para terminar con la corrupción, lo que importa en realidad no es llevar a los delincuentes a la cárcel, sino que los cubra la mala fama, que los persiga por siempre el desprecio público. Ese castigo, popular y difuso, es lo que busca activamente el Presidente. Piensa en una sanción fulminante que no necesita seguir el engorro de esos procedimientos que suelen controlar los abogados. A cualquier imagen incriminatoria, a cualquier acusación que involucre a sus adversarios da inmediatamente la máxima publicidad para que la opinión aplique sus castigos.   

La política del estigma, impropia de un jefe de Estado, aleja la verdad y dinamita el proceso legal. No dudo que, en el corto plazo, esta urgencia de exhibir resulte rentable: tal vez ayude a fortalecer la imagen de un Presidente que combate a los corruptos y puede aniquilar a las oposiciones que están ya en condición agónica. Pero, tarde o temprano, esta estrategia atenta contra el propósito declarado de combatir la corrupción. La exhibición de estos materiales, la condena desde el púlpito presidencial pone en riesgo la viabilidad del proceso. Al usar la tribuna de ese modo, el Presidente obstruye al tribunal. Lo han advertido muchos abogados en estos días. Si desde la máxima figura del gobierno se viola la presunción de inocencia puede contaminarse irreversiblemente el juicio. La verdad y no solamente la justicia se nos escapa también con este mal periodismo que es peor política. Cuando el Presidente acoge como confiables y difunde dichos de un delincuente confeso que no aporta prueba alguna de sus dichos, glorifica el chisme que mezcla verdades con inventos y con ello aleja la esperanza de conocer.

El conocimiento de las trapacerías de los gobiernos anteriores es vital para el país. Castigar a quienes han usado los cargos públicos para beneficio personal es igualmente indispensable. Me temo, sin embargo, que el afán de estigmatización y el desprecio por los rigores de la ley nos conduce al rumbo contrario: impunidad y confusión. Con esta política de la estigmatización se alentará la indignación y la frustración. Las consecuencias de esta estrategia pueden verse a la vuelta de la esquina: rabia y desconfianza. Irritación por los escándalos y decepción por la incapacidad para aplicar con ejemplaridad la ley. Los pillos se reirán de nosotros y seguramente algunos inocentes quedarán tiznados. 

La justicia ha de estar por encima de la ley, repite con frecuencia el presidente López Obrador. Lo decía en la oposición y lo sigue diciendo desde Palacio Nacional. Ser la cabeza del Estado mexicano no ha modificado su convicción de que puede alcanzarse la justicia por caminos distintos a los del derecho. Habrá entonces preciosas transgresiones a la ley. La convicción justiciera que se desentiende del respeto por las formas y los procedimientos legales, que ignora derechos y desborda competencias legitima el capricho del más fuerte, quien definirá como justicia su propio interés. No es raro ver, entonces, que el Presidente sólo advierta injusticia y delito en la conducta de sus adversarios. Los delitos que cometen los suyos resultan admirables aportaciones a una causa heroica. La causa es justificación plena. El santo se siente tan lejos de las tentaciones mortales que confiesa conductas delictivas públicamente sin el mayor asomo de culpa. Sus pecados son actos de sublime patriotismo.

El 24 de agosto de 1899 nació Jorge Luis Borges

 Fotografía de Giséle Freund.

Celebremos el cumpleaños del ingente escritor argentino que falleció en 1986, leyendo uno de sus relatos breves: "El cautivo"

En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón (*); se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de los años, un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes que bien podía ser su hijo. Dieron al fin con él (la crónica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal, pero se dejó conducir, indiferente y dócil, hasta la casa. Ahí se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó, atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se metió en la cocina. Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron porque habían encontrado al hijo.

Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día fue a buscar su desierto. Yo querría saber qué sintió en aquel instante de vértigo en que el pasado y el presente se confundieron; yo querría saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa.

(*) malón- en Argentina: irrupción o ataque inesperado de indígenas.

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Concentración virtual

 

TV teacher

¿Y los maestros? 

-Roberto Zamarripa/Reforma/24.ago.2020

En lugar de estar al frente de la fila quedaron al final. En lugar de ser consultados fueron relegados. Su condición es frágil: varios sexenios les prometieron actualizaciones y capacitaciones digitales. Sabor a engaño. De enciclomedia a aprender a aprender o aprender en casa no resultaron los protagonistas. Ha dominado la burocracia y la grilla en tres sexenios y dos años del cuarto, el de la Cuarta Transformación. Encumbraron y luego encarcelaron a la lideresa Elba Esther; reprimieron y luego premiaron a la CNTE. Los capos sindicales que aprisionan y medran, extorsionan y someten no fueron útiles en el mejoramiento pedagógico, el reposicionamiento social y el fortalecimiento del liderazgo comunitario de los maestros.

Los maestros, otrora orientadores sociales, ejemplo de la niñez, estarán en casa viendo la televisión, lejos de sus alumnos y constreñidos a la línea burocrática que no fue capaz de construir un modelo alternativo.

 La pandemia, además de sus efectos devastadores en la salud, en el destrozo de las familias, en el empobrecimiento de la gente, aceleró muchos procesos que venían dándose y que terminaron por instalarse como definitivos. 

La cultura de la digitalización que modificaba paulatinamente muchos de los hábitos sociales impactó de lleno en el encierro. La niñez ya era convulsionada por la digitalización pero ahora le ha modificado severamente conductas e incluso afectado en términos de salud emocional y visual pero además ha ahondado las brechas socioeconómicas. Los accesos desiguales a internet e instrumentos tecnológicos para estar en línea -conforme la apuesta inicial de autoridades y escuelas- rezagó a millones de niños.   

Los maestros también resintieron sus desiguales accesos a las herramientas digitales pero en muchos casos generaron sus propias iniciativas más allá de las directrices burocráticas o los estorbos sindicales. Una buena cantidad de maestros buscaron a sus alumnos, intentaron recuperarlos en la distancia, conocieron sus entornos y aproximaron el conocimiento y la experiencia fuera de las aulas. 

¿Recopilaron las autoridades educativas todas esas experiencias de escuelas públicas y privadas y de maestros que en lo individual u otros colectivamente construyeron sus alternativas al encierro y la distancia?

La pandemia puso al descubierto el enclenque sistema de salud y también desnudó el precario sistema educativo. Retó a los maestros muchos de los cuales también son población vulnerable que padece las enfermedades que agravan riesgos al contagiarse de Covid-19. Pero no los doblegó.

Los investigadores Víctor Hugo Pérez y Pablo Gaitán advierten la urgencia de programas complementarios que traten de mitigar la desigualdad educativa. 

"La población de menores recursos representa uno de los mayores retos en caso de que las condiciones sanitarias impidan el regreso a clases. No sólo se encuentran en mayor riesgo por la crisis económica y sanitaria, sino que las niñas, niños y adolescentes en estos hogares está en riesgo de ver severamente comprometido su logro educativo, primero por la falta de recursos para continuar la educación a distancia de los infantes, segundo por la menor cobertura de las alternativas oficiales proporcionadas y por la falta de infraestructura (internet, libros o conocimientos de los padres) al inicio de la cuarentena. Es urgente que la SEP diseñe mecanismos complementarios para mantener a esta población en la escuela y evitar que sus aprendizajes se vean aún más comprometidos". (Faro Educativo. Inide. Ibero). 

Los maestros libres y participativos son claves en esa estrategia. Las escuelas organizadas que tengan autonomía para diseñar sus opciones según el entorno, la región, la relación con la comunidad de padres, aportarían bastante. Con herramientas y sin ataduras burocráticas pueden desarrollar alternativas pedagógicas que mitiguen la disfuncionalidad que provoca el encierro y la distancia.

domingo, 23 de agosto de 2020

Regreso (al futuro) a clases

 

The vampire

A fool there was and he made his prayer
  (Even as you and I!)
To a rag and a bone and a hank of hair
(We called her the woman who did not care),
But the fool he called her his lady fair
  (Even as you and I!)

Oh the years we waste and the tears we waste
  And the work of our head and hand,
Belong to the woman who did not know
(And now we know that she never could know)
  And did not understand.

A fool there was and his goods he spent
  (Even as you and I!)
Honor and faith and a sure intent
But a fool must follow his natural bent
(And it wasn't the least what the lady meant),
  (Even as you and I!)

Oh the toil we lost and the spoil we lost
  And the excellent things we planned,
Belong to the woman who didn't know why
(And now we know she never knew why)
  And did not understand.

The fool we stripped to his foolish hide
  (Even as you and I!)
Which she might have seen when she threw him aside --
(But it isn't on record the lady tried)
So some of him lived but the most of him died --
  (Even as you and I!)

And it isn't the shame and it isn't the blame
  That stings like a white hot brand.
It's coming to know that she never knew why
(Seeing at last she could never know why)
  And never could understand.

 -Rudyard Kipling

sábado, 22 de agosto de 2020

El 22 de agosto de 1880 nació, en Nueva Orleans, uno de los mejores historietistas del mundo

George Herriman, 1930 

 La historieta se publicó de forma ininterrumpida de 1913 a 1944, año del fallecimiento de Herriman.

(amplíese)

 

Sábado de aquelarre

 

jueves, 20 de agosto de 2020

miércoles, 19 de agosto de 2020

martes, 18 de agosto de 2020

Subgatoél

 

4Trance

 

El 18 de agosto de 1850 murió Honoré de Balzac

 Retrato progresivo de Picasso para ilustrar el cuento "La obra desconocida"

 


domingo, 16 de agosto de 2020

Un minuto de silencio

 

Gothic Gif - ID: 152154 - Gif Abyss

Ejemplo de decisiones tajantes

El 16 de agosto de 1519, Hernán Cortés manda quemar las naves para que nadie ose regresar a Cuba a donde su superior le ordenaba regresar. La única opción así, será avanzar sobre Tenochtitlan. La conquista de México estaba en marcha.

sábado, 15 de agosto de 2020

jueves, 13 de agosto de 2020

miércoles, 12 de agosto de 2020

martes, 11 de agosto de 2020

lunes, 10 de agosto de 2020

domingo, 9 de agosto de 2020

sábado, 8 de agosto de 2020

Hoy es Día Internacional del Gato


Urgente táctica didáctica

Más latín y menos imbéciles
- Arturo Pérez-Reverte, 8 ago 2020

En tiempos de Franco, un ministro llamado José Solís —natural de Cabra, en Córdoba— dijo en las Cortes: "Menos latín y más deporte; porque ¿para qué sirve hoy el latín?"; a lo que el catedrático de filosofía Adolfo Muñoz Alonso respondió: "Sirve para que a ustedes, los de Cabra, los llamen egabrenses y no otra cosa". La anécdota es muy conocida; pero está de más actualidad que nunca, con la enésima ofensiva de la gentuza que gobierna o ha gobernado, que esta vez es final y de exterminio contra la enseñanza escolar de las lenguas clásicas. Nada tiene que ver con ideologías de izquierda o derecha, pues todos los gobiernos españoles desde hace sesenta años, sin excepción, han clavado a martillazos la tapa del ataúd con el que de modo tan imbécil se entierran las claves de lo que somos y podríamos ser: la civilización europea con su cultura, sus armas, sus leyes y su libertad de pensamiento. El código que permite interpretar el mundo en que vivimos. 
El último disparate mortal es el anteproyecto de la nueva ley orgánica que modificará la de Educación en España. Por primera vez desde 1857, desaparece cualquier referencia a las asignaturas de Latín y Griego. La materia de Cultura Clásica, que descafeína y diluye el asunto, solo se menciona como optativa, pero acompañada de tantas otras como deseen —importante, tratándose del multiputiferio educativo español— las autoridades de las diferentes comunidades autónomas. Lo que, en la práctica, significa que verdes las van a segar. Calculen ustedes si ante el estudio del silbo gomero o la sobrasada mallorquina el Latín o el Griego van a tener alguna posibilidad. Y más en esta España secular y gozosamente inculta, en la que hace casi un par de siglos aquel palurdo del artículo de Larra decía que lo dejaran de gramáticas, que le bastaba con la gramática parda. 
Las razones de este disparate al que nadie pone límites no es asunto mío relatarlas, y tampoco sirve de nada hacerlo. El hecho actual es que la educación escolar en España, que en conocimiento del mundo clásico y humanidades consiste en textos cada vez más infantilizados que insultan la inteligencia de alumnos y padres, lleva décadas dirigida no por profesores, sino por sociólogos y pedagogos que enseñan a los profesores a enseñar. Y hay pedagogos excelentes, pero también otros que practican un nocivo fanatismo igualitario. Lo que tiene su intríngulis paradójico si consideramos que en la antigüedad griega, de donde procede el término, el pedagogo (paidagogos) era el esclavo encargado de llevar los niños a la escuela y el maestro (megas, didáskalos, magister) quien les enseñaba. 
La superstición numérica en que vivimos, que incluye separar las ciencias de las humanidades y enfrentarlas entre sí, es la carcoma que roe las bases culturales de nuestra civilización. Un alumno español puede pasar su vida académica sin saber quiénes son Homero y Virgilio —y tampoco, que ésa es otra, Noé, Judith, Moisés o Jesús—; y lo que es aún más triste, sin que le importe un carajo. Puede ser un fenómeno —palabra de origen griego— en matemáticas sin saber que esa materia se llama así porque viene del griego mathema, que significa conocimiento, como del griego vienen tecnología, física, megas o gigas. Puede ser un fan (del latín fanaticus) de 'El señor de los anillos' sin saber que lo del anillo que vuelve invisible y poderoso ya lo contaban Heródoto y Platón. Puede ser un portento (latín, portentus) jugando 'Fortnite' o sabiéndose de memoria 'Juego de tronos', ignorando que fue Homero quien fijó las raíces de ese fascinante mundo. 
Cualquier joven que se enfrente a la realidad de la vida en sus peores y en sus mejores aspectos, sobre todo cuando llegan tiempos duros, necesita un Newton y un Darwin; pero también un Virgilio, un Sófocles, un Ovidio, un Cervantes que lo protejan. Sin ellos será incapaz de interpretar en su totalidad el paisaje hostil por el que se mueve el ser humano. En ellos encontrará soluciones o, al menos, explicaciones y consuelo. Que no es poco. Si las Humanidades mueren, condenaremos a ese joven a verse más perdido, más indefenso y más solo en los combates que la vida le hará librar. Por eso es tan importante que pese a los políticos ruines y analfabetos, a los padres apáticos, a la sociedad estúpida que los abandona e ignora, los profesores (latín, professor), los maestros, no se rindan en sus particulares y actuales Termópilas. Que los que aún creen en la lucha heroica, aunque ésta sea oscura, incomprendida, sigan dispuestos a morir matando persas, aunque luego la fama se la lleven los 300 hoplitas espartanos, y ellos solo sean los 700 tespios, los 400 tebanos o los centenares de ilotas que, habiendo podido huir aquel día, decidieron caer con Leónidas, y de los que nadie se acuerda.

viernes, 7 de agosto de 2020