martes, 17 de mayo de 2011

Síntesis

¿Diseñar un acordeón es hacer trampa? No siempre. A malos maestros buenas acordeones. Pues, ¿por qué las alumnas o alumnos han de estudiar a conciencia si el profesor no preparó a conciencia su clase o examen? ¿No hace trampa el profesor que sale al paso con mera información sin tratamiento didáctico? Ahora bien, un acordeón bien redactado es ya un esfuerzo de síntesis considerable; un resumen comprimido que no sólo es copia sino edición especial: piénsese en la capacidad desplegada para incluir los datos fundamentales en la uña del pulgar, por ejemplo. Convendría incluso promover la costumbre de redactar acordeones ya fuera de la escuela. Acordeones de todo: de las emociones en la vida diaria; de los encuentros con otras personas y lo que pensamos de ellas; de lo que atrae nuestra atención o lo que nos deja indiferentes; de lo que se lee o se ve en el cine; del trabajo, del traslado en la ciudad; del cariiño compartido. Pequeños textos que nos obliguen a poner por escrito la algarabía de nuestra mente, en vez de dejarlo todo a la expresión oral y la efímera memoria cotidiana. Considérese la ventaja de darle palabras escritas a las voces mentales: es un ejercicio intelectual que contribuye a reforzar no sólo la memoria sino la reflexión permanente sobre nuestro entorno. Así, (jingle) para toda ocasión, un acordeón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

no entiendo

Anónimo dijo...

que linda uña .!. felicidades !

Anónimo dijo...

Tengo mucha tarea.

Nubia dijo...

Un acordeón del "cariño compartido" sería escribir lo que se desea, lo que se va a hacer o lo que ya se hizo?