martes, 31 de mayo de 2016
Zooanalogía de los siete pecados capitales
Litografía, 1882, François-Marie Balanant
El sapo: la avaricia; la serpiente: la envidia; el león: la ira; el caracol: la pereza; el cerdo: la gula; el chivo: la lujuria; el pavo real: la soberbia
El sapo: la avaricia; la serpiente: la envidia; el león: la ira; el caracol: la pereza; el cerdo: la gula; el chivo: la lujuria; el pavo real: la soberbia
Antes del 7, el 1: pecado
Antes de reflexionar sobre los "7 pecados capitales", así numéricamente codificados en el año 590, por el papa Gregorio Magno (convencionalmente hasta entonces eran ocho, pero el Pontífice prefirió suprimir "la tristeza"), conviene apuntar que la noción de pecado es una concepto nuevo que elaboró el cristianismo e introdujo (desgarradura psíquica y costo social violento, de por medio) en la cultura occidental; incluso construyó la palabra que le correspondía en latín: peccatum, que pasó al español como 'pecado' (en inglés: sin) con el significado de "falta, error", ergo: "delito". Así, el pecado es la falta que transgrede una norma, precepto, u orden de conducta o pensamiento dictada generalmente por una institución social: ya sea padre, madre, profesor, Dios, juez o "reglamento de moral y buenas costumbres". Transgredir, cometer un pecado, fallar, produce sentimiento de culpa (o necesidad de autocastigo). La conciencia de culpa, según Freud, es sobre todo, una "angustia social", que es en realidad, una angustia frente a la pérdida de amor, la cual, por cierto, emerge a edad muy temprana en la persona cuando verbigracia, es sorprendida por los progenitores realizando un acto prohibido, del cual se demandará (derivará) castigo... para no perder el amor: "ya no lo vuelvo a hacer; ya me voy a portar bien". Cuando la persona es adulta, el castigo corre a cargo del juez o el jurado que ha sustituido la voz de los padres y se ha introyectado e instalado como dispositivo de autoflagelación en la conciencia bajo la forma de Superyó (que exige autoritaria, militarmente, a cualquier costo, alcanzar un Yo ideal, no real ). De ahí el desequilibrio psíquico que origina el concepto de pecado, el esfuerzo que ha de realizar el Yo real para mantener a raya al Superyó que no cesa de ladrar y, a la vez, no ceder a los impulsos de fuga hacia adelante: embotando los sentidos, alcoholizándose, reventándose, viajando sin ton ni son, para acallar al mentado Superyó: "pecador, estás en falta, fallaste, qué decepción, mereces castigo..."
lunes, 30 de mayo de 2016
domingo, 29 de mayo de 2016
Himnocuo Fashional
deambulando con su planta en tu suelo,
piensa, oh, Pasarela querida, que en celo,
una madre un modelo en cada pijo te dio
viernes, 27 de mayo de 2016
jueves, 26 de mayo de 2016
miércoles, 25 de mayo de 2016
Pavorreal
Argus, 1963, Salvador Dalí (amplíese)
Argos, luego de ser ejecutado por Hermes, recibió el favor de la diosa Hera de que los miles de ojos del gigante, resurgieran en las plumas del pavo real
Argos, luego de ser ejecutado por Hermes, recibió el favor de la diosa Hera de que los miles de ojos del gigante, resurgieran en las plumas del pavo real
martes, 24 de mayo de 2016
lunes, 23 de mayo de 2016
domingo, 22 de mayo de 2016
viernes, 20 de mayo de 2016
jueves, 19 de mayo de 2016
¿Qué oculta/cuál es/ el verdadero nombre/el sentido?
Rumble en inglés
Rumble en español significa: 'retumbar, redoblar, calar, penetrar'
_________
Stilszchen en alemán pasa como
Stilt en inglés
Stilt en español significa: 'poste, pilote, pilar, palo'
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Skin en inglés: 'piel, pellejo'
Adviértase: ¿y el nombre de la hija del molinero? ¿Por qué se hace tanto énfasis en el nombre del enanillo fálico... y nunca se pronuncia el nombre de la protagonista? Así como la palabra compuesta Rumpel-stilt-skin alude a la condición masculina, la hija del molinero (la molida, mortificada por el padre, por el rey y luego por el 'poste-de-piel-que-cala') alude a la condición femenina. La jovencita adolescente humilde, humillada, dañada, hecha paja por el macho patriarcal, ha de pasar por dicha experiencia (sobrevivir en una sociedad machista) para convertirse en oro, en reina, en detentadora de su propio poder. Cuando advierte que no puede someter más a la ya mujer, ¿cómo acaba el enanillo?
miércoles, 18 de mayo de 2016
'Verificación' verdadera, veraz y verídica
martes, 17 de mayo de 2016
La hija
La gigantesca y absurda tarea que afrontaba la hija del molinero era fruto de la mentira (que encubría un deseo de ascender a la nobleza) de su padre, así como de la insaciable codicia del Rey: ¿la quería a ella o a su "capacidad" de hilar oro? Así, el tercer hombrecillo miserable: Rumpelstiltskin, ¿salva o abusa de la hija del molinero al lograr, con su truco mágico, convertirla en reina?
El síndrome de Rumpelstiltskin
Ilustración de E. Schülz
The fairy-tale of Rumpelstiltskin portrays the downfall of a morbid character who dies of suicide when his grandiose pretensions and sense of special entitlement are crushed. This imaginary elf is the model of certain patients who sustain a precarious, inflated self-organization through defensive overweening fantasy, but who are vulnerable to ego regression and suicide when their grandiose façades are compromised. The defensive grandiose-self of these patients is discussed according to Winnicott’s False Self formulation, and in terms of flawed superego structuring. They suffer from ego ideal malformations that invite fluctuations in self-esteem, ranging between profound shame and self-hate on one hand, to omnipotent hauteur on the other. Without reliable ego ideal identifications they must rely on chimerical self-fantasies to keep themselves together, pretending in one way or another to spin straw into gold. Lacking a dependable inner ideal, Rumpelstiltskin characters rely on idealized external objects for self-support. When such objects disappoint, as they almost invariably must, a switch from idealization to debasement occurs (object splitting) and they must be discarded—this is a moment of suicide vulnerability. Yet when reality intrudes too much and the grandiose-self cannot be maintained through the usual operations of distortion, projection, and denial, helped with buttressing from a sustaining external object, affective flooding will occur. Suicide may be attempted when the patients cannot endure the deluge of anguish, rage, and shame that follows narcissistic mischance.
(-John T. Maltsberger/ Elsa F. Ronningstam)
The fairy-tale of Rumpelstiltskin portrays the downfall of a morbid character who dies of suicide when his grandiose pretensions and sense of special entitlement are crushed. This imaginary elf is the model of certain patients who sustain a precarious, inflated self-organization through defensive overweening fantasy, but who are vulnerable to ego regression and suicide when their grandiose façades are compromised. The defensive grandiose-self of these patients is discussed according to Winnicott’s False Self formulation, and in terms of flawed superego structuring. They suffer from ego ideal malformations that invite fluctuations in self-esteem, ranging between profound shame and self-hate on one hand, to omnipotent hauteur on the other. Without reliable ego ideal identifications they must rely on chimerical self-fantasies to keep themselves together, pretending in one way or another to spin straw into gold. Lacking a dependable inner ideal, Rumpelstiltskin characters rely on idealized external objects for self-support. When such objects disappoint, as they almost invariably must, a switch from idealization to debasement occurs (object splitting) and they must be discarded—this is a moment of suicide vulnerability. Yet when reality intrudes too much and the grandiose-self cannot be maintained through the usual operations of distortion, projection, and denial, helped with buttressing from a sustaining external object, affective flooding will occur. Suicide may be attempted when the patients cannot endure the deluge of anguish, rage, and shame that follows narcissistic mischance.
(-John T. Maltsberger/ Elsa F. Ronningstam)
lunes, 16 de mayo de 2016
En el nombre del padre... y del hijo enanillo
Rumpelstiltskin
Un cuento de los hermanos Grimm
Cuentan que en un tiempo muy lejano, el rey decidió pasear por sus dominios que incluían una pequeña aldea en la que vivía un molinero junto con su bella hija. Al interesarse el rey por ella, el molinero mintió para darse importancia: "Además de bonita, es capaz de convertir la paja en oro hilándola con una rueca." El rey, francamente contento con dicha cualidad de la muchacha, no lo dudó un instante y la llevó con él a palacio.
"¡No puede ser!", aulló el enano "¿ Cómo pudiste descubrirlo? ¡Te lo ha dicho el Diablo!" Y tanto y tan grande fue su enfado que dio una patada en el suelo que le dejó la pierna enterrada hasta la mitad y cuando intentó sacarla jalando su otra pierna con todas sus fuerzas, el enano se partió en dos. La reina nunca más tuvo que preocuparse y vivió muy feliz junto a su familia.
Un cuento de los hermanos Grimm
Una vez en el castillo, el rey ordenó que condujesen a la hija del molinero a una habitación repleta de paja, donde había también una rueca: "Tienes hasta el alba para demostrarme que tu padre decía la verdad y convertir esta paja en oro. De lo contrario, serás desterrada."
La pobre niña lloró desconsolada, pero he aquí que apareció un estrafalario enano que le ofreció hilar la paja en oro a cambio de su collar. La hija del molinero le entregó la joya y... ¡zis-zas, zis-zas!, el enano hilaba la paja que se iba convirtiendo en oro en los carretes de la rueca, hasta que no quedó ni una pajita y la habitación refulgía por el oro.
Cuando el rey vio la proeza, guiado por la avaricia, espetó: "Veremos si puedes hacer lo mismo en esta otra habitación." Y le señaló una estancia más grande y más repleta de paja que la del día anterior.
La muchacha estaba desesperada, pues creía imposible cumplir la tarea pero, como el día anterior, apareció el enano saltarín: "¿Qué me das si hilo la paja para convertirla en oro?", preguntó al hacerse visible. "Sólo tengo esta sortija." Dijo la doncella tendiéndole el anillo. "¡Empecemos pues!", respondió el enano. Y ¡zis-zas, zis-zas!, toda la paja se convirtió en oro hilado. Pero la codicia del rey no tenía fin, y cuando comprobó que se habían cumplido sus órdenes, anunció: "Repetirás la hazaña una vez más y si lo consigues, te haré mi esposa." Pues pensaba que, a pesar de ser hija de un molinero, nunca encontraría mujer con dote mejor. Una noche más lloró la muchacha, y de nuevo apareció el grotesco enano: "¿Qué me darás a cambio de solucionar tu problema?" Preguntó saltando. "No tengo más joyas que ofrecerte", respondió la chica y creyéndose perdida, gimió desconsolada. "¡Calma, calma! En ese caso, me darás a tu primer hijo," demandó el enanillo. Aceptó al instante la muchacha, mientras pensaba: "¿Qué más da? Quién sabe cómo irán las cosas en el futuro". Y como ya había ocurrido antes, la paja se iba convirtiendo en oro a medida que el extraño ser la hilaba. Cuando el rey entró en la habitación, sus ojos brillaron más aún que el oro que contemplaba. Así que convocó de inmediato a sus súbditos para la celebración de los esponsales.
Vivieron ambos felices y, al cabo de una año, tuvieron un precioso retoño. La ahora reina había olvidado ya el incidente con la rueca, la paja, el oro y el enano, y por eso se asustó enormemente cuando una noche apareció el duende saltarín reclamando su recompensa.
"¡Por favor, enano, ten piedad, por favor! Ahora poseo riquezas, te daré todo lo que quieras." Pero el diminuto ser protestó: "¿Cómo puedes comparar el valor de una vida con algo material? ¡Quiero a tu hijo!", le exigió. Pero, tanto rogó y suplicó la mujer, que conmovió al enano: "¡Basta ya de gimoteos! De acuerdo: tienes tres días para adivinar cuál es mi nombre: si aciertas, dejaré que te quedes con el niño". Y el hombrecillo desapareció al punto. Pero, ya sola, por más que pensaba y se devanaba los sesos tratando de acertar con el nombre del enano, la molinerita nunca daba con la respuesta ¿Cómo adivinar?
Entonces la reina mandó un mensajero a lo ancho y largo del país para preguntar por todos los nombres que hubiera. Cuando el hombrecillo raro llegó al día siguiente, la reina empezó a recitar la lista. Dijo, uno tras otro todos los nombres que sabía, pero a todos decía el duende:
-¡Ese no es mi nombre!
En el segundo día, el mensajero había preguntado a todos los vecinos del castillo sus nombres que anotó en una larga lista. El amargo enanillo regresó y ella recitó ante él los nombres más curiosos y poco comunes:
-Quizá tu nombre sea... ¡Pata de Cordero! o ¿Lazo Largo?
-¡Ese no es mi nombre! ¡Ese no es mi nombre!- refutaba siempre con una sonrisa el enano.
Al tercer día el mensajero, luego de más averiguaciones, volvió con la reina y dijo:
- No he podido encontrar ningún nombre nuevo. Pero, según subía una gran montaña al final de un bosque, vi a un duende bastante ridículo que estaba saltando sobre una pierna, mientras cantaba:
-¡Ese no es mi nombre!
En el segundo día, el mensajero había preguntado a todos los vecinos del castillo sus nombres que anotó en una larga lista. El amargo enanillo regresó y ella recitó ante él los nombres más curiosos y poco comunes:
-Quizá tu nombre sea... ¡Pata de Cordero! o ¿Lazo Largo?
-¡Ese no es mi nombre! ¡Ese no es mi nombre!- refutaba siempre con una sonrisa el enano.
Al tercer día el mensajero, luego de más averiguaciones, volvió con la reina y dijo:
- No he podido encontrar ningún nombre nuevo. Pero, según subía una gran montaña al final de un bosque, vi a un duende bastante ridículo que estaba saltando sobre una pierna, mientras cantaba:
Hoy tomo vino con pan,
mañana queso y cerveza,
después al niño sin falta traerán.
Y nunca, nunca, así se rompan la cabeza,
el nombre de Rumpelstiltskin sabrán
Podéis imaginar lo contenta que se puso la reina cuando escuchó el nombre. Y cuando al poco rato llegó el duende y preguntó:
-Bien, joven reina: ¿Cuál es mi nombre? Te doy tres últimas oportunidades.
La reina dijo:
-¿Te llamas Conrad?
-¿Te llamas Conrad?
-¡Ese no es mi nombre!
-¿Te llamas Harry?
-¡Ese no es mi nombre!
-¿Quizá tu nombre es... Rumpelstiltskin?
"¡No puede ser!", aulló el enano "¿ Cómo pudiste descubrirlo? ¡Te lo ha dicho el Diablo!" Y tanto y tan grande fue su enfado que dio una patada en el suelo que le dejó la pierna enterrada hasta la mitad y cuando intentó sacarla jalando su otra pierna con todas sus fuerzas, el enano se partió en dos. La reina nunca más tuvo que preocuparse y vivió muy feliz junto a su familia.
domingo, 15 de mayo de 2016
sábado, 14 de mayo de 2016
viernes, 13 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
Tacto
Ilustración de Lyta Yvea
La rana/príncipe sabe qué es la bolita o protuberancia de oro con la que juguetea la princesa
La rana/príncipe sabe qué es la bolita o protuberancia de oro con la que juguetea la princesa
Distorsión
El dizque beso que transforma a la rana en príncipe, aun cuando se ha popularizado como versión original, en realidad es una escena inauténtica que busca eludir el acto de violencia mediante el que la princesa estrella el batracio contra la pared ¿Por qué distorsionar dicho acto? ¿Por qué la suplantación?
miércoles, 11 de mayo de 2016
martes, 10 de mayo de 2016
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