lunes, 20 de marzo de 2023

domingo, 19 de marzo de 2023

miércoles, 15 de marzo de 2023

lunes, 13 de marzo de 2023

viernes, 10 de marzo de 2023

4i


Fentanilo: opioide sintético que mitiga dolores muy agudos, cien veces más potente que la morfina

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que México no fabrica ni consume fentanilo y sugirió que la epidemia de opioides sintéticos es, en gran medida, un problema estadounidense que debería ser atendido en ese país.

"Aquí nosotros no producimos fentanilo y nosotros no tenemos consumo de fentanilo. Y lamentamos mucho lo que está pasando en Estados Unidos", dijo el mandatario. "¿Por qué ellos no combaten la distribución del fentanilo en Estados Unidos?"

-El Financiero, 9 de marzo de 2023

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El fentanilo es conocido en el argot callejero como:

 Jackpot, Murder8, Tango&Cash, Goodfellas, Friend, Apache, Dance Fever 

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En entrevista de MVS Noticas con Juan Ibarrola, experto en temas de Fuerzas Armadas, habló sobre Ovidio Guzmán López:

"Ovidio no es sólo el hijo del 'Chapo' Guzmán o un narcojunior ; Ovidio es el mayor productor de fentanilo en el mundo"

/MVS/enero de 2023

jueves, 9 de marzo de 2023

miércoles, 8 de marzo de 2023

Palacio amurallado

Linchado por ¿"acoso"? ¿De veras? / O 'línchenlo y luego 'viriguamos'

En las acusaciones vía redes sociales de "casos de acoso, hostigamiento sexual con presión y/o represalias, violencia sexual, violencia en pareja que hayan sucedido en Jalisco" realizado el 8 de marzo de 2019 mediante el #MeTooJalisco en el gremio de periodistas, fui linchado públicamente en las redes sociales a partir del siguiente ataque amparado en el anonimato:

"El caricaturista Manuel Falcón me escribía mucho hasta que un día acepté tomar un café con él y luego me invitó a su casa. Yo solo quería platicar. Cuando estábamos en su sillón se bajó la ropa y puso su pene cerca de mí. Le dije que no muchas veces hasta que me dejó en paz y me fui de su casa."

En dicho ejercicio acusatorio se apuntó: "todos tienen derecho de réplica". Sin embargo, decidí no ejercer tal derecho, fiel a mi principio de nunca responder a ataques lanzados por anónimos o perfiles falsos que, por regla general, se basan en mentiras, rumores, chismes, calumnias o insultos. Mi área profesional es la opinión pública y siempre publico con mi firma, comento con mi identidad real en redes sociales. La misma identificación y franqueza espero por tanto de mis interlocutores: que den la cara para sostener con valor sus argumentos aun cuando vayan acompañados de ataques.

Mi decisión de no ejercer el "derecho de réplica", sin embargo, no me impidió reconocer de inmediato a Mariana R. (no mencionaré el apellido para respetar la norma del ejercicio) como la persona "anónima" que me acusaba. Sorprendido y desconcertado por su versión, contacté a Mariana R. por 'messenger' vía facebook. Le pregunté por qué me agredía y propiciaba bullying y linchamiento en mi contra; por qué de esa manera, esto es, describiendo una escena aislada sin mencionar de veras lo que había ocurrido entre nosotros, antes y después de lo que mencionó como "acoso". Me respondió turbada: "¿A poco regresé a tu casa después de eso?" Pasmado comprendí que su memoria sólo recordaba un solo hecho y de forma fragmentaria, cuya introducción y desenlace ella había complementado para construir un... falso relato. Yo no podía creer que hubiese olvidado la situación y todos los demás momentos vividos juntos: "¿A poco regresé a tu casa después de eso?" Por supuesto que Mariana regresó a mi casa después del episodio que ella narra como "acoso". No una vez sino en muchas ocasiones. Por eso resulta pertinente preguntarse: ¿y antes de que ocurriera la escena que ella menciona como "acoso", qué sucedió, qué la motivó? Sin mencionar lo sucedido antes y después, el hecho se interpreta como un asalto sexual de mi parte que surgió de la nada. El hecho real no fue así.

Una media verdad se convierte tarde o temprano, en una mentira completa. Sobre todo si al hecho se le recorta, repito, el momento, la fecha, el contexto, la circunstancia. Además, ¿por qué mentir, por qué inventar que yo le "escribía mucho"? En realidad, de Mariana R. partió siempre la iniciativa de contactarme, de escribirme, de buscarme. Yo recibía sus mensajes, principalmente por las noches y, cuando podía, los respondía.

"Un caballero no tiene memoria" señala el dicho popular; sin embargo, hay quienes llevamos un diario personal ¿Qué fue lo que realmente sucedió?

La escena que Mariana R. señala como "acoso" ("se bajó la ropa y puso su...") ocurrió el martes 24 de enero de 2012. En efecto, ella y yo nos citamos ese día por la noche en La Cafetería, en la calle Libertad de la Colonia Americana, en Guadalajara. Y es aquí donde comienza la distorsión de los hechos. La acusadora escribió: "Falcón me escribía mucho hasta que acepté tomar un café". Bueno, lo cierto es que nunca le escribí. ¿Por qué mentir? Pues, ¿cómo pude escribirle "mucho" si yo nunca había visto a Mariana R. antes de la cita, si yo no sabía nada de ella ni de su perfil de facebook que carecía de rostro, información y nombre real? La verdad es que fue ella quien me buscó, me contactó por 'messenger' y así, comenzó a escribirme muchos mensajes -debo decirlo- sobre todo de corte erótico. Y luego de leer y responder muchos de sus mensajes escritos por ella bajo un pseudónimo, y advertido yo de su interés por conocerme en persona y conversar conmigo, decidí invitar a Mariana R. a un café. Aunque cabe señalar que Mariana R. ya  tenía mucha información previa sobre mí a través de mi entonces programa de radio y de mis caricaturas políticas; yo en cambio, no sabía nada de ella, simplemente: no la conocía. Por tanto, el primer encuentro con Mariana R. fue una cita a ciegas.

Prosigue Mariana R. : "y luego me invitó a su casa". En realidad, en cuanto nos encontramos y reconocimos en el café, casi sin mediar palabra -con el antecedente del intercambio de mensajes intensamente eróticos vía 'messenger'-, comenzamos a besarnos con entusiasmo y alegría. El dependiente de la cafetería nos solicitó discreción, pues había muchos clientes alrededor. En ese momento le pregunté a Mariana si prefería que nos fuéramos a mi casa. Ella accedió. Nos fuimos caminando y durante el trayecto seguimos besándonos.

Menciono los detalles de contacto físico para que se comprenda el tipo de relación que se estableció desde el principio entre ella y yo. Casi no conversamos. De esa manera llegamos a casa y los besos continuaron. La que acusa sin embargo, escribe: "Yo sólo quería platicar". Aparte de decirme su nombre en La Cafetería, ella jamás platicó nada, es una chica de pocas palabras, muy reservada. Yo fui el que habló todo el tiempo. No obstante, sin precisar la circunstancia, ella añade sin más: "cuando estábamos en su sillón se bajó la ropa y puso su pene cerca de mí." ¿Cómo podía yo haber realizado semejante acto así de la nada? Ya comenté que no habíamos cesado de besarnos. Pero de manera deliberada (y de antemano ofrezco disculpas por la crudeza del relato, pero Mariana R. lo expuso ya en ese nivel) la acusadora omite que antes de mi acto que considera "acoso", realizamos tocamientos, besé su cuerpo, la acaricié en sus partes de forma íntima, y siguiendo dicha secuencia explícita fue que abrí el cierre de mi pantalón porque supuse que eso era lo que seguía. Es decir, se trató del juego de caricias previo (foreplay) a una relación erótica. No es verdad entonces que, de repente, sin motivo alguno -indicando un asalto que dizque la tomó por sorpresa-, "puso su pene cerca de mí". En realidad, después de besarnos y acariciarnos, me incorporé, abrí el cierre de mi pantalón porque entendí, repito, que iba con la secuencia del encuentro, pero en cuanto observé el gesto de turbación de Mariana R., me cubrí al instante de nuevo, sin acercarme a ella, más bien, al contrario: me aparté, me hice a un lado. Ella sin embargo, redactó: "Le dije que no muchas veces hasta que me dejó en paz y me fui de su casa". En realidad, nunca pronunció palabra, ni una sola: por tanto, miente cuando afirma haberme dicho que "no muchas veces": simplemente no dijo nada; con su cara de azoro, con su silencioso gesto de rechazo, expresó todo. Y a partir de ese instante se produjo un corto circuito que enfrió los ánimos e interrumpimos el encuentro erótico. Quedamos ambos desconcertados y luego de un silencio embarazoso, ella preguntó si yo quería "un oral". Me dio risa el término y ella sonrió también. Le respondí que resultaba obvio que no le gustaba esa forma de relación erótica, que se trataba de una preferencia como muchas otras y que, dada su reacción de evidente incomodidad, no se sintiera obligada a nada, podíamos expresarnos de otras maneras. Pero ya la situación se había enfriado y era realmente incómoda, así que ella me dijo que prefería irse. Así que salimos de casa, la acompañé hasta una gran avenida donde le pregunté si quería que le pidiera un taxi. Me respondió que ella se iría por su cuenta. Entonces, allí mismo nos despedimos de manera amable. ¿Por qué mintió sobre ese momento y lo presentó como hartazgo, algo irritante?: "Le dije que no muchas veces hasta que me dejó en paz y me fui de su casa". 

De esa manera, supuse que, dada la situación embarazosa experimentada por ambos, no volvería a ver a Mariana R. Pero supuse mal: ella pronto regresó a visitarme a casa de nuevo. Incluso, en varias ocasiones sin aviso previo. Así ocurrió durante 2012, 2013, 2014 y 2015. Además siguió de manera ininterrumpida contactándome por 'messenger' y luego vía 'whatsapp'. Mariana R. me buscaba ella a mí -subrayo- porque yo jamás la busqué. Además, nunca supe dónde vivía ni con quién; ignoraba cómo localizarla y ella me daba a entender que así estaba mejor la relación, sin que yo la buscara.

En suma, con Mariana R. se trató de una relación amistosa que sostuvimos de modo intermitente, como dije, de 2012 a 2015. De pronto, ella me avisó un día que suspendía las visitas a mi casa, pero continuó comunicándose conmigo vía 'whatsapp', pues ella padecía (o padece) insomnio y sabía que yo trabajo hasta muy entrada la noche. Así, en intenso intercambio nocturno de mensajes (y fotografías de ella), comentamos sobre sus orígenes y dificultades familiares, sobre libros, situaciones políticas, sobre cine, de sus amigos y sus clases de periodismo y, en ocasiones, realizábamos lo que cabría denominar, intercambio erótico digital muy intenso. Finalmente, desconozco la causa, ella interrumpió toda comunicación, de modo tajante, en 2015. Sólo recuerdo que se molestó conmigo porque yo no acudía a las manifestaciones de protesta por el caso de Ayotzinapa ni tampoco coincidía con su interpretación política sobre dicho caso.

Entre Mariana R. y yo hubo entonces una relación que, mientras duró, yo consideré cordial, respetuosa y amistosa. Sin disputas ni agresiones. De ahí mi extrañeza y asombro ante la reaparición de ella en 2019, es decir, cuatro años después de nuestro último contacto vía 'whatsapp', con una dizque acusación en mi contra por "acoso" citando -como señalé antes- de manera aislada, una sola escena en el sillón de mi casa; describiendo una versión 'editada' sin antes ni después, dando a entender además, que esa fue la única ocasión en que nos vimos."¿A poco regresé a tu casa después de eso?"

Comprendo que en estos casos resulte arduo aclarar la verdad mediante dichos; es decir, confrontando mi palabra contra la suya. Los "ella dijo", "yo dije", se prestan a desconfianza. Pero conviene señalar que la palabra de Mariana R. se tornó mucho más potente que la mía, porque la de ella se inscribió en un  poderoso y eufórico mecanismo de linchamiento colectivo que, encima, mediante el eslogan o la fórmula unilateral femenina 'yo sí le creo a ella' ("yo sí te creo"), me descalifica como hombre en automático 'yo no le creo a él' ("yo no te creo"), lo cual vuelve casi imposible la credibilidad del "derecho de réplica". Al calor de linchamientos digitales no cabe la presunción de inocencia, nadie está dispuesto a otorgar un voto de confianza al acusado, pero todos están dispuestos a lincharlo de inmediato.

En suma, el hecho del supuesto "acoso" ocurrió, como se mencionó antes, el día 24 de enero de 2012. Entonces, Mariana R. presentó la acusación de una situación que recordó, de memoria, ... en 2019. Es decir, me acusó con lo que más o menos pudo recordar, con lo que su mala memoria elaboró, ... ¡siete años después! Por mi parte, desconfío siempre de las trampas de la memoria y por tanto, como dije antes, llevo un diario, donde redacté -ese misma noche- todo lo acontecido. Añado también que, para evitar las versiones subjetivas de "ella-dijo, él-dijo", se puede probar y comprobar de qué manera continuó nuestra relación (después del dizque "acoso") hasta 2015, mediante copia del historial de chats en messenger y 'whatsapp', donde quedaron registrados los mensajes que ella me envió y el tipo de intercambio íntimo que se estableció.   

Cabe preguntar, ¿por qué hasta ahora dar a conocer los pormenores de una falsa acusación de "acoso"? Repito, mi costumbre de no responder a ningún anónimo ni perfil falso, me hizo mantenerme en la postura de dejar pasar sin comentarios de mi parte, la falsa acusación de Mariana R.; pero hoy, cuando en las redes sociales hierven ataques, desinformación, más mentiras y calumnias mediante perfiles falsos y anónimos, muchos aprovechan (ostentando su "superioridad moral" y desprecio ante un "acosador") mi caso de falso "acoso" para incrementar las calumnias ("recibe chayote de Raúl Padilla"; "el gobernador Alfaro le da chayote"; o, "qué lástima: se volvió conservador", "neoliberal", etcétera) para descalificar mis opiniones públicas siempre firmadas y con mi perfil verdadero. O personas que yo consideré amistades o gente pensante, se aprovechan con gusto de mi situación de linchado por el MeToo, para  impartirme -en despliegue de ingenuidad e ignorancia- dizque cátedra de lo que mal entienden como concepto de "género"; o para llamarme "misógino" porque no "respeto a las damas", porque "no soy caballeroso"; o bien, para enviarme videos de feminicidios, de violaciones sexuales, a manera de regaño preventivo: "en eso desemboca el acoso". Es decir, mi situación alienta a misioneros de la "decencia y buenas constumbres"-aun sabiendo que estoy al tanto de su currículum machista. A lo anterior finalmente, se añade la "cultura de la cancelación": citas, invitaciones, participación en mesas redondas, en conferencias, entrevistas se cancelan "misteriosamente". ¿La razón? "Es acosador de mujeres", ya así en plural, sin siquiera haber leído con atención que en el linchamiento del MeToo de 2019, me formularon una sola acusación y anónima (de Mariana R.) a la que aquí me refiero.

Por supuesto que reconozco la terrible condición de violencia de género que impera en nuestra sociedad machista-patriarcal y la necesidad de las mujeres de manifestarse y protestar, de no callar ante los abusos, acosos, violaciones y feminicidios. Pero, permitir la acusación anónima sin rigor (necesaria, se comprende, cuando la víctima está amenazada, intimidada, sujeta a agresión psicológica y física por el agresor) y usar la palabra y el concepto de "acoso" sin claridad ni precisión, dejándolo a la interpretación subjetiva, vaga y ambigua, en la práctica abre la puerta a la mera agresión, a la venganza, a la justicia por propia mano -no a la justicia en sí-, a la catarsis colectiva disfrutando del linchamiento de un chivo expiatorio, a río revuelto, pues "acosadores, violadores, feminicidas, golpeadores: todos son lo mismo". Encima, en los linchamientos digitales de falso "acoso" se montan personajes oscuros, mediocres, envidiosos de tiempo completo para, mediante perfiles falsos, atacarme, insultarme, desacreditarme, estigmatizarme y descalificarme.

Sé que Mariana R., aunque me haya bloqueado desde el momento en que le hice evidente su mala memoria, leerá la presente aclaración y coincidirá conmigo en que sostuvimos una relación amistosa, mientras duró, pero olvidó, malinterpretó y distorsionó los hechos con su versión de la escena dizque de "acoso" sin considerar, de manera responsable, no frívola, la repercusión de su "olvido", como me respondió por 'messenger'. Ignoro cuál fue el motivo de Mariana R. para elegirme como supuesto ejemplo de "acoso", pero ya no importa en estos momentos: ya fui linchado y por tanto, estigmatizado como "acosador", sin necesidad, seriedad ni interés de definir con precisión dicha palabra.

Agradezco a los amigos, pero sobre todo, a las amigas, que desde el principio del linchamiento, y sin sumarse en automático al coro de condena, no creyeron en el relato de la anónima  Mariana R. y me dieron su voto de confianza; gracias también a las amigas que leyeron con atención la narración del dizque "acoso" y decidieron formularme la pregunta elemental: "¿la chica está mintiendo, verdad?"  Así es: Mariana R. mintió desde el anonimato.

No dudo de las buenas intenciones del MeToo como maquinaria anónima, ciega a los matices, para implementar rápido, linchamientos digitales, pero conviene recordar que en el régimen actual del presidente López Obrador, el de la mal llamada "Cuarta Transformación", se propicia, fomenta y alienta una atmósfera precisamente de linchamientos, de bots, de calumniadores, de cobardes escondidos en perfiles falsos (ya comentaré en su momento de uno que decidió calumniarme de tiempo completo) y de mentirosos anónimos. Pues el presidente López Obrador ha logrado polarizar y enfurecer a las masas con su discurso populista simplón de "buenos" contra "malos", de manera que bien puede establecerse que es temporada de canallas y canalladas.

martes, 7 de marzo de 2023

lunes, 6 de marzo de 2023

domingo, 5 de marzo de 2023

sábado, 4 de marzo de 2023

jueves, 2 de marzo de 2023

miércoles, 1 de marzo de 2023

martes, 28 de febrero de 2023

lunes, 27 de febrero de 2023

Por un país abierto al mundo

 Hay plaza para todos


Hay calle para todos, decía Alfonso Reyes en 1932. Respondía entonces a quien le exigía entrega total a la causa nacionalista. Se le exigía al diplomático entrega exclusiva al tema y al tono que eran políticamente aceptables. Reyes, con su elegante cordialidad, respondía: "La única manera de ser provechosamente nacional consiste en ser generosamente universal." La nación no podía encerrarse en un discurso. "A la vuelta de correo," la larga carta polémica que Reyes le escribió a Héctor Pérez Martínez no es solamente la defensa de una literatura que resiste a los dictados de la ideología. Es también el bosquejo de una nación abierta, generosa, dialogante. El ensayo cobra hoy una quemante actualidad por la furia ideológica que quiere someter a la ciencia, por el dogmatismo oficial que se ha vuelto persecutorio, por la baba panfletaria que se encumbra como modelo que pensamiento transformador. 

Bajo la polémica literaria se escucha la apasionada defensa de un país abierto al mundo, un país receptivo a las muchas voces de su diversidad, a las muchas fibras de su tradición. Contra las exclusiones y las excomuniones, contra el odio, el insulto y el desprecio, Reyes levanta la voz para defender la circulación de todas las tendencias y todos los tanteos. Lo hace Reyes ejemplarmente, empezando por escuchar con respeto a quien lo ataca para exponer con firmeza sus desacuerdos. México, dice ahí, es algo que estamos fabricando entre todos. En esa carta-ensayo fechada en Río de Janeiro, Reyes denunciaba las aduanas estéticas que el nacionalismo pretendía levantar para definir lo que era admisible y lo que debía ser rechazado; la absurda manía de convertir nuestra salud en cáncer. ¿Por qué destruir aquello que nos da nuestra riqueza? Había una convocatoria en ese ensayo: que todos traigan su ladrillo a cocer en el horno común, pues solo así seguiremos construyendo el edificio. "Hay calle para todos. Nada más estéril que los comadreos entre capillas."

Y si hay calle para todos, hay plaza para todos. La manifestación del día de ayer es o, más bien, las manifestaciones del día de ayer son testimonio de la hospitalidad cívica que necesitamos recuperar para México. Un plantón marcado por una infinidad de desacuerdos que apenas coincide en lo fundamental. Ni más ni menos: lo fundamental, el acuerdo que reconoce diferencias, la plataforma que nos alienta al diálogo, el método que permite superar el conflicto. Ese es el hondo punto de coincidencia: defender el parque de todos. Estamos en la plaza de la constitución subrayó José Ramón Cossío. Nos junta un espacio que no es de nadie y venimos a cuidarlo. Los delirios revolucionarios de un régimen no pueden legitimar el agandalle. La constitución, decía el jurista, es el ámbito que cuida nuestra diversidad, que levanta cautelas para que el poder no sea opresivo, la palanca que busca remontar disparidades, el receptor de la voluntad mayoritaria y el protector de los derechos de cada quien. 

El éxito de la convocatoria hace patente una experiencia novedosa que se insinúa en las palabras de Cossío y en los lemas que se corean en la plaza. Podría llamársele, como lo han bautizado los alemanes, patriotismo constitucional. Una multitud que no comparte ideología, un grupo que no pretende encumbrar un nombre coincide en respaldar a una institución y un paquete de normas. Su mensaje está dirigido al último tribunal. A la Suprema Corte le exige simplemente que cumpla su deber: defender la constitución. El sentido de pertenencia de ese patriotismo constitucional se muestra como adhesión a reglas e instituciones que contienen una historia de orgullos. El INE al que se defiende contiene tiempo provechoso. Agravios y trampas que dieron paso a denuncias, negociaciones, acuerdos, leyes. Quienes salieron de nuevo a defender al INE no están dispuestos a convertir ese tiempo fructífero en basura para gratificación de un megalómano enamorado de su capacidad de destrucción.

Inaceptable que las reglas fundamentales de la competencia democrática las dicten unos sin escuchar a los otros. Inaceptable que las reglas del juego político se rehagan por disciplina ciega. Inaceptable que se ignoren las órdenes de la constitución para satisfacer el capricho de un caudillo. La república está en manos de la Suprema Corte.

"Ave María" de Giulio Caccini

domingo, 26 de febrero de 2023

jueves, 23 de febrero de 2023

miércoles, 22 de febrero de 2023

lunes, 20 de febrero de 2023

Subespecies genéticamente relacionadas

Jor-nada

¿Litio? ¿Litis?

Litio, ¿pilar de desarrollo?


-Por Marco A. Mares,

El petróleo y el litio son del pueblo de México, dijo contundente, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

No lo podrán explotar extranjeros de países como Rusia, China, ni Estados Unidos.

Fue una jornada en la que se transpiró nacionalismo.

El Presidente de México, el gobernador de la entidad y la responsable de las políticas de comercio, industria y relaciones comerciales internacionales, hablaron del resguardo soberano de los recursos naturales.

Se expresaron, durante el acto en el que se firmó un acuerdo presidencial que instruye a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, dar seguimiento a la declaración de la primera zona de reserva minera de litio de México, que incluye, 234 mil 855 hectáreas, en el estado de Sonora, durante un evento en el municipio de Bacadéhuachi.

 

También refirieron el valor estratégico del litio en el contexto de la transición mundial hacia las energías limpias y la electromovilidad.

México, y en particular el estado de Sonora, anotó Raquel Buenrostro, secretaría de Economía, es rico en materiales para la transición energética.

Alfonso Durazo, el mandatario local destacó que Sonora es el único productor de grafito en el país y es el segundo productor de cobre en el mundo y el primer productor de cobre en México.

Sonora –enfatizó– puede convertirse en una fábrica de autos eléctricos.

 

El gobernador y la secretaria de Economía equipararon al presidente López Obrador con los presidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos (quienes nacionalizaron el petróleo y la electricidad), por su decisión de nacionalizar el litio.

El presidente comentó que hay amparos (en contra de la nacionalización del litio) y aseveró que los conservadores quisieran que “México se convirtiera en una colonia de extranjeros, que no fuese un país independiente, libre, soberano”.

Pero no van a poder con sus amparos ni sus controversias en el Poder Judicial. Ya se tomó la decisión, la ley está aprobada en el Poder Legislativo y el litio es de la nación, aseguró.

El presidente también destacó que la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs le informó que se instalarán plantas de fabricación de microchips en esa entidad, vecina de Sonora.

 

Buenrostro dijo que la reconversión de la industria automotriz, de los vehículos de combustión interna, a los eléctricos ya está en marcha y crecerá exponencialmente en los próximos años.

Durazo mencionó la orden ejecutiva del presidente Joe Biden para que en el año 2030, mínimo, el 50% de los autos sean eléctricos.

El gobernador deslizó que “nos abrimos a la asociación de empresas nacionales y extranjeras en la materia (de litio) pero resguardamos los derechos de la nación, sin afectar oportunidades para el aprovechamiento de los yacimientos del litio que serán un pilar del desarrollo nacional”.

Más allá del discurso nacionalista, hay muchas interrogantes en torno a la marcada expectativa del gobierno en torno del litio y su modelo de exploración y explotación.

 

En primer lugar hay que considerar que México sí tiene reservas de litio –aunque no está entre los países que mayor abundancia de ellas tiene–.

También hay que considerar que se trata de reservas del tipo de mineral más difícil de explotar porque está en estado arcilloso.

En segundo lugar, hay que reconocer que es cierto que la transición de los vehículos de combustión avanza hacia los autos eléctricos. Pero también es cierto que ya se exploran otras alternativas distintas al litio.

En tercer lugar, habrá que ver si los inversionistas nacionales y extranjeros aceptarán ser socios minoritarios del gobierno en un negocio de alto riesgo.



 

domingo, 19 de febrero de 2023

viernes, 17 de febrero de 2023