sábado, 21 de mayo de 2011

Escándalos fugaces

El ex-director del FMI, Dominique Strauss-Kahn
Arnold y Dominique
-Boris Izaguirre, El País, 21 mayo 2011
No deja de asombrarnos la sociedad del espectáculo con su despliegue de eventos, todos ellos de enorme interés. Pasan y pasan, asumiendo que cada semana serán sustituidos por otros. Una alegría para un comentarista semanal, pero también una inquietud. Si la semana pasada nos preocupábamos por el mundo sin Osama Bin Laden, ¿la que viene habremos encontrado presidente suplente en el FMI? ¿Los valientes jóvenes que acampan junto a sus familias en la Puerta del Sol, los héroes de la Spanish revolution, seguirán allí tras los resultados del lunes?
Tras la castellanización de Kate Middleton en Catalina, esta semana tendríamos que inventar palabras para traducir Strauss-Khan y Schwarzenegger. Con respecto a Strauss-Kahn y la acusación por presuntos delitos sexuales contra una camarera en un hotel de Nueva York, se comentó con brillantez que "habría tratado a la empleada con la misma actitud que el Fondo Monetario emplea con los países", es decir, abalanzándose, sometiéndolos a su imperiosidad y recetas económicas. En vez de dar sabor, coaccionan. En los ochenta del siglo pasado, el fondo estranguló las economías latinoamericanas exigiéndoles brutalmente que pagaran su deuda, mientras que a los Estados Unidos les permitían acumular más. En los años noventa, el fondo no supo ver que el euro mordería al dólar y que más adelante la República Popular China se convertiría en el verdadero banco mundial. La misma miopía impidió al fondo avistar la crisis en la que estamos sumidos. No pudieron imaginar que Grecia y Portugal serían un drama para Europa, al mismo tiempo que ni se les ocurrió que Twitter iba a forzar revoluciones en el mundo árabe y en la Puerta del Sol. El FMI pasó de ser el ojo vigilante a una entidad distraída, ajena a una realidad que les despertaría con su director gerente entre rejas por delitos no fiscales sino de índole sexual.
Strauss- Kahn nació en Francia en 1949. Arnold Schwarzenegger lo hizo en Austria dos años antes. El 2011 ha querido reunirlos esta semana y convertirlos en los europeos sexagenarios más celebres de Estados Unidos. Incluso permitirnos observar que el bisturí va más a su aire en California que en Francia, que son economías de similar peso, como el propio Arnold y Dominique. Mientras uno era expuesto a la prensa mundial esposado y sin afeitar, el otro, estirado, maquillado y encorbatado confesaba a cámara la existencia de un hijo que calificó de secreto. Pronto sabríamos el nombre de la madre, Patty, que llevaba trabajando 20 años como asistente del actor y gobernanta de su casa incluso durante su etapa como gobernador de California.
En la casa de Terminator, ¿cuántas Navidades, cuantos días de Acción de Gracias no habrán compartido los hijos del gobernador con el hijo de la gobernanta? No ha sido hasta que los rasgos del niño hablaron más que las palabras que llegó el momento de reconocer que de aquellos polvos llegaron estos lodos.
Causa risa asociar la palabra secreto con el exgobernador, porque en sus películas siempre se ocultaba algo. Terminator viene del futuro, exactamente del año 2029 (¡ojalá lleguemos!) con la misión de exterminar una mujer que engendrará al líder de la futura resistencia. En Mentiras arriesgadas, Arnold y Jamie Lee Jones, su esposa en la ficción, ocultan que ambos son espías y mercenarios. Nunca antes alcanzó tan de lleno a un hogar estadounidense la máxima de que la realidad supera a la ficción.
A primera instancia, queda patente que el poder, la fama y la riqueza generan en los hombres grandes problemas de testosterona y autocontrol. Mientras uno ve su carrera pasar ante las rejas de una celda, otro se enfrenta a un divorcio que puede dejarlo en la intemperie, cautivo de una taquilla siempre caprichosa.
Podría suceder que los hijos de ambos, pese al privilegio que les suponemos, se sumen al movimiento que esta semana ha transformado la campaña electoral. Todos esos jóvenes y sus familias que acampan en lugares como la Puerta del Sol vienen a demostrarnos que no es superficial el descontento producto de economías infladas y egos disparados. Demandan una sola cosa: trabajo. Al ser jóvenes ofrecen esa energía que por un tiempo te hace invencible. Esperamos que su presencia ayude a cambiar el panorama, pero sobre todo esperamos que al cumplir 60 años no sean ni como Arnold ni como Dominique.
Cartón de Mark Luckovich

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi novio me dijo el otro dia que queria que me dejara crecer el pelo pubico y que cuando lo tuviera largo me lo pintara de algun color extrafalario como naranja o morado para que cuando tuvieramos relaciones sexuales el pudiera pensar en payasos. A el le gusta mucho el circo y los payasos y yo quiero hacerlo feliz a el, asi que no me importa tener el pelo pubico de color verde!Pero el problema es que me depile hace poco y quiero saber si es posible que me cresca el pelo pubico mas rapidamente?

Anónimo dijo...

la actriz de mentiras verdaderas era Jamie Lee Curtis que no?

Anónimo dijo...

así es, en efecto, Jamie Lee Curtis, (...no Jones)

Anónimo dijo...

...alguien estaba pensando en Tommy Lee Jones...