domingo, 31 de mayo de 2020
'Los científicos', némesis de AMLO
Dan al Presidente lección de historia
-30 mayo 2020, Reforma
"Servirse con ligereza de la historia, manipularla con fines políticos, es hacer un uso ilegítimo de ella", afirman las historiadoras Alicia Salmerón, Fausta Gantús y Matilde Souto en un texto que hicieron llegar ayer a REFORMA.
Sus líneas refieren a los señalamiento del pasado jueves del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien comparó a los científicos que le han reprochado recortes al sector con el grupo "Los Científicos" que fue cercano a Porfirio Díaz.
"¿Fueron los médicos, higienistas, bacteriólogos, ingenieros de estructuras o economistas de finales del siglo XIX mexicano los pilares políticos e ideológicos del régimen porfiriano? Difícilmente podría sostenerse algo así", señalan las historiadoras en su texto.
"'Los científicos', así, entre comillas, eran el mote que la prensa dio a un conjunto de políticos, intelectuales y docentes, efectivamente, pero sobre todo políticos, que se sumaron al régimen encabezado por Díaz para la década de 1890. Era la época en que predominaban ideas científicas en torno a la manera de conducir la política y ellos abanderaban dichas ideas".
Pero esos "científicos", aclaran, no se dedicaban al estudio de ciencias formales, naturales o aplicadas.
"No. Eran representantes de un partido político aliado con el régimen. De manera que, identificar a aquellos 'científicos', a aquel partido político, con una comunidad de académicos de dedicación exclusiva al estudio y la trasmisión de conocimientos especializados en todos los campos del saber es una falacia".
Gerardo Herrera, físico, también señaló ayer el desacierto del Presidente: "Una muestra de sus carencias para entender la historia de México", señaló.
A continuación reproducimos el texto completo de las historiadoras:
LOS USOS PÚBLICOS DE LA HISTORIA
Uso legítimo y riesgos de su mal uso
La historia, como conocimiento del pasado de las comunidades es un saber invaluable. Conocer la historia propia nos permite saber dónde estamos parados a partir de la comprensión de cómo llegamos ahí; nos permite proyectar futuros posibles desde la certeza de dónde nos encontramos y de la toma de conciencia de lo que los seres humanos somos capaces, para bien y para mal. También nos permite articularnos como comunidad, reconocernos frente a otras y sentir empatía por ellas y sus integrantes. La existencia de toda comunidad requiere de su historia, es parte constitutiva de su identidad y de su posibilidad de relacionarse con el mundo a su alrededor.
La historia puede tener usos públicos perfectamente legítimos. En las escuelas enseñamos historia patria que contribuyen a formar identidades. También organizamos festividades cívicas que participan en la construcción de nuestra memoria como comunidad. Pero si esos usos han de contribuir a formar comunidades que puedan orientarse a sí mismas con ciertas certezas, deberán atender a un imperativo fundamental: no traicionar el saber histórico. Será necesario a veces simplificar la manera de presentarlo, para hacerlo más accesible, o servirse de alegorías y permitirse ciertos juegos con las escalas, los tiempos y los espacios para facilitar su comprensión. Pero no falsear el saber. Si se miente, se crea una memoria ilusoria y se tomarán decisiones equivocadas frente a los retos presentes y futuros.
Servirse con ligereza de la historia, manipularla con fines político, es hacer un uso ilegítimo de ella. Y compromete futuros. ¿Fueron los médicos, higienistas, bacteriólogos, ingenieros de estructuras o economistas de finales del siglo XIX mexicano los pilares políticos e ideológicos del régimen porfiriano? Difícilmente podría sostenerse algo así. Los "científicos", así, entre comillas, eran el mote que la prensa dio a un conjunto de políticos, intelectuales y docentes, efectivamente, pero sobre todo políticos, que se sumaron al régimen encabezado por Porfirio Díaz para la década de 1890. Era la época en que predominaban ideas científicas en torno a la manera de conducir la política y ellos abanderaban dichas ideas. Por eso el mote, aplicado por sus crítico. Esos "científicos" porfiristas, no eran la comunidad de científicos dedicados al estudio de las enfermedades y su trasmisión, de materiales y resistencias para la construcción de puentes o de métodos para tratar los metales. No. Eran representantes de un partido político aliado con el régimen. De manera que, identificar a aquellos "científicos", a aquel partido político, con una comunidad de académicos de dedicación exclusiva al estudio y la trasmisión de conocimientos especializados en todos los campos del saber es una falacia. Y una injusticia mayor. No lo hagamos. No nos equivoquemos. El costo puede ser grande para el futuro de este país.
-Alicia Salmerón, Fausta Gantús, Matilde Souto
-30 mayo 2020, Reforma
"Servirse con ligereza de la historia, manipularla con fines políticos, es hacer un uso ilegítimo de ella", afirman las historiadoras Alicia Salmerón, Fausta Gantús y Matilde Souto en un texto que hicieron llegar ayer a REFORMA.
Sus líneas refieren a los señalamiento del pasado jueves del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien comparó a los científicos que le han reprochado recortes al sector con el grupo "Los Científicos" que fue cercano a Porfirio Díaz.
"¿Fueron los médicos, higienistas, bacteriólogos, ingenieros de estructuras o economistas de finales del siglo XIX mexicano los pilares políticos e ideológicos del régimen porfiriano? Difícilmente podría sostenerse algo así", señalan las historiadoras en su texto.
"'Los científicos', así, entre comillas, eran el mote que la prensa dio a un conjunto de políticos, intelectuales y docentes, efectivamente, pero sobre todo políticos, que se sumaron al régimen encabezado por Díaz para la década de 1890. Era la época en que predominaban ideas científicas en torno a la manera de conducir la política y ellos abanderaban dichas ideas".
Pero esos "científicos", aclaran, no se dedicaban al estudio de ciencias formales, naturales o aplicadas.
"No. Eran representantes de un partido político aliado con el régimen. De manera que, identificar a aquellos 'científicos', a aquel partido político, con una comunidad de académicos de dedicación exclusiva al estudio y la trasmisión de conocimientos especializados en todos los campos del saber es una falacia".
Gerardo Herrera, físico, también señaló ayer el desacierto del Presidente: "Una muestra de sus carencias para entender la historia de México", señaló.
A continuación reproducimos el texto completo de las historiadoras:
LOS USOS PÚBLICOS DE LA HISTORIA
Uso legítimo y riesgos de su mal uso
La historia, como conocimiento del pasado de las comunidades es un saber invaluable. Conocer la historia propia nos permite saber dónde estamos parados a partir de la comprensión de cómo llegamos ahí; nos permite proyectar futuros posibles desde la certeza de dónde nos encontramos y de la toma de conciencia de lo que los seres humanos somos capaces, para bien y para mal. También nos permite articularnos como comunidad, reconocernos frente a otras y sentir empatía por ellas y sus integrantes. La existencia de toda comunidad requiere de su historia, es parte constitutiva de su identidad y de su posibilidad de relacionarse con el mundo a su alrededor.
La historia puede tener usos públicos perfectamente legítimos. En las escuelas enseñamos historia patria que contribuyen a formar identidades. También organizamos festividades cívicas que participan en la construcción de nuestra memoria como comunidad. Pero si esos usos han de contribuir a formar comunidades que puedan orientarse a sí mismas con ciertas certezas, deberán atender a un imperativo fundamental: no traicionar el saber histórico. Será necesario a veces simplificar la manera de presentarlo, para hacerlo más accesible, o servirse de alegorías y permitirse ciertos juegos con las escalas, los tiempos y los espacios para facilitar su comprensión. Pero no falsear el saber. Si se miente, se crea una memoria ilusoria y se tomarán decisiones equivocadas frente a los retos presentes y futuros.
Servirse con ligereza de la historia, manipularla con fines político, es hacer un uso ilegítimo de ella. Y compromete futuros. ¿Fueron los médicos, higienistas, bacteriólogos, ingenieros de estructuras o economistas de finales del siglo XIX mexicano los pilares políticos e ideológicos del régimen porfiriano? Difícilmente podría sostenerse algo así. Los "científicos", así, entre comillas, eran el mote que la prensa dio a un conjunto de políticos, intelectuales y docentes, efectivamente, pero sobre todo políticos, que se sumaron al régimen encabezado por Porfirio Díaz para la década de 1890. Era la época en que predominaban ideas científicas en torno a la manera de conducir la política y ellos abanderaban dichas ideas. Por eso el mote, aplicado por sus crítico. Esos "científicos" porfiristas, no eran la comunidad de científicos dedicados al estudio de las enfermedades y su trasmisión, de materiales y resistencias para la construcción de puentes o de métodos para tratar los metales. No. Eran representantes de un partido político aliado con el régimen. De manera que, identificar a aquellos "científicos", a aquel partido político, con una comunidad de académicos de dedicación exclusiva al estudio y la trasmisión de conocimientos especializados en todos los campos del saber es una falacia. Y una injusticia mayor. No lo hagamos. No nos equivoquemos. El costo puede ser grande para el futuro de este país.
-Alicia Salmerón, Fausta Gantús, Matilde Souto
viernes, 29 de mayo de 2020
2 epigramas 2
Una viuda lloraba,
por la muerte de Blas
-¡El de arriba!...y nadie más
me dará consuelo...exclamaba
Y en efecto era verdad su rima,
mas aún que al cielo miraba,
no estando allí lo que buscaba,
sino en la vecindad, el vecino de arriba.
'
******************************
Mi marido y yo jamás hemos tenido una discusión
por nada, ni una simple disputa.
-¿Ni siquiera cuando él ha tenido la razón?
-Eso hasta ahora, no ha ocurrido nunca.
jueves, 28 de mayo de 2020
martes, 26 de mayo de 2020
4Trastorno
Lo que ya no fue
-Federico Reyes Heroles, 26 de mayo de 2020, Excélsior
El principio de realidad está ausente en la 4T. La realización inmediata de todos los apetitos es una conocida fantasía que destruye. El recuento de realidades es obligado.
Ya no fue ejemplo de honestidad. Las irregularidades brotan a diario: súbita compra de pipas, empresas fantasma de nueva generación, protección subrepticia a productores de carbón, sistemáticas asignaciones directas, fármacos y ventiladores con sobreprecio y un largo etc.
Si de verdadera honestidad se tratara, la mentira hubiera sido arrinconada. Pero, por el contrario, al mundo le asombra la desfachatez para decir falsedades evidentes, ¿programas asistenciales como empleos? El manejo de la información del covid-19 se ha convertido en una patética danza de cifras que provoca la sospecha fundada. Ocultar infectados y muertos es macabro. Mentirosos, les dice la prensa internacional.
La 4T ya no fue una alternativa de desarrollo. La gestión entregará los peores resultados económicos de muchas décadas. Por supuesto, los estragos de la pandemia no son atribuibles a Morena, sí en cambio la fractura con el sector privado y la lógica caída en la inversión.
Son responsables de no haber sabido implementar una reacción gubernamental a la altura del colapso económico. Ejemplos hay muchos, países más ricos y más pobres. La defensa de los empleadores recibió una burda lectura ideológica. La falta de profesionalismo los ahoga. "¿Qué hacemos con los ricos?". A qué viene la pregunta. La 4T ya no fue fórmula para combatir la pobreza que aumentará como nunca antes. Al no haber crecimiento, la desigualdad, como lo advierte Coneval, se disparará, así como otros indicadores. Al final del sexenio seremos mucho más pobres y mucho más desiguales. Incluso con un crecimiento magro a partir del 21, el PIB regresaría a niveles del 2013, en el 24.
La 4T ya no fue ejemplo de democracia. A dieciocho meses de gobierno la centralización del poder en el gran líder muestra una vocación claramente autoritaria. Si a ello agregamos los ataques a los órganos autónomos, el INE en primer lugar, o la imposición en la CNDH, o las varias intentonas fracasadas: reelección, Ley Bonilla, Tercera Sala en la SCJN, propaganda con programas sociales, control gubernamental de los medios estatales de comunicación, apropiación del presupuesto, etc., pues el expediente autoritario engorda por semana.
Ya no fue federalista, basta con ver la rebelión de los gobernadores. La militarización es ya parte de la 4T. Sus militantes tendrán que asumirse como los nuevos autoritarios. De alguien es la autoría.
La 4T ya no fue progresista, no hay en el horizonte una sola medida, fiscal, por ejemplo, que ayude a mejorar la distribución del ingreso y corrija el Índice de Gini, o quizá también deben salir de nuestro vocabulario. No fue progresista porque ninguna de las obsesivas obras faraónicas tendrá un impacto social relevante. No fue progresista porque, en lugar de apoyarse en la ciencia, como toda democracia, la ha despreciado. Combatir la ignorancia y el desconocimiento ayuda a paliar la desigualdad. No fue progresista porque su política energética está enfermando a millones de mexicanos, muchos de ellos pobres. No fue progresista por su incapacidad para avanzar hacia un sistema universal de salud que cambie la vida de los más pobres. Por el contrario, se le debilitó; el covid-19 tomó a México en el peor momento institucional. No fue progresista porque han convertido ahorros de los mexicanos en gasto corriente. Ahora van por los fondos contra desastres, les faltaban. Tampoco podrán aumentar el ahorro público. La 4T nunca será progresista porque no entendió las luchas de las mujeres.
La 4T será referente de ilegalidad. Nunca antes tantos mexicanos y empresas habían acudido al Poder Judicial para defender sus derechos.
Ni honestidad ni legalidad ni nuevo desarrollo; ni democrática ni progresista ni federalista ni pacifista. ¿Qué será la 4T en la historia?
-Federico Reyes Heroles, 26 de mayo de 2020, Excélsior
El principio de realidad está ausente en la 4T. La realización inmediata de todos los apetitos es una conocida fantasía que destruye. El recuento de realidades es obligado.
Ya no fue ejemplo de honestidad. Las irregularidades brotan a diario: súbita compra de pipas, empresas fantasma de nueva generación, protección subrepticia a productores de carbón, sistemáticas asignaciones directas, fármacos y ventiladores con sobreprecio y un largo etc.
Si de verdadera honestidad se tratara, la mentira hubiera sido arrinconada. Pero, por el contrario, al mundo le asombra la desfachatez para decir falsedades evidentes, ¿programas asistenciales como empleos? El manejo de la información del covid-19 se ha convertido en una patética danza de cifras que provoca la sospecha fundada. Ocultar infectados y muertos es macabro. Mentirosos, les dice la prensa internacional.
La 4T ya no fue una alternativa de desarrollo. La gestión entregará los peores resultados económicos de muchas décadas. Por supuesto, los estragos de la pandemia no son atribuibles a Morena, sí en cambio la fractura con el sector privado y la lógica caída en la inversión.
Son responsables de no haber sabido implementar una reacción gubernamental a la altura del colapso económico. Ejemplos hay muchos, países más ricos y más pobres. La defensa de los empleadores recibió una burda lectura ideológica. La falta de profesionalismo los ahoga. "¿Qué hacemos con los ricos?". A qué viene la pregunta. La 4T ya no fue fórmula para combatir la pobreza que aumentará como nunca antes. Al no haber crecimiento, la desigualdad, como lo advierte Coneval, se disparará, así como otros indicadores. Al final del sexenio seremos mucho más pobres y mucho más desiguales. Incluso con un crecimiento magro a partir del 21, el PIB regresaría a niveles del 2013, en el 24.
La 4T ya no fue ejemplo de democracia. A dieciocho meses de gobierno la centralización del poder en el gran líder muestra una vocación claramente autoritaria. Si a ello agregamos los ataques a los órganos autónomos, el INE en primer lugar, o la imposición en la CNDH, o las varias intentonas fracasadas: reelección, Ley Bonilla, Tercera Sala en la SCJN, propaganda con programas sociales, control gubernamental de los medios estatales de comunicación, apropiación del presupuesto, etc., pues el expediente autoritario engorda por semana.
Ya no fue federalista, basta con ver la rebelión de los gobernadores. La militarización es ya parte de la 4T. Sus militantes tendrán que asumirse como los nuevos autoritarios. De alguien es la autoría.
La 4T ya no fue progresista, no hay en el horizonte una sola medida, fiscal, por ejemplo, que ayude a mejorar la distribución del ingreso y corrija el Índice de Gini, o quizá también deben salir de nuestro vocabulario. No fue progresista porque ninguna de las obsesivas obras faraónicas tendrá un impacto social relevante. No fue progresista porque, en lugar de apoyarse en la ciencia, como toda democracia, la ha despreciado. Combatir la ignorancia y el desconocimiento ayuda a paliar la desigualdad. No fue progresista porque su política energética está enfermando a millones de mexicanos, muchos de ellos pobres. No fue progresista por su incapacidad para avanzar hacia un sistema universal de salud que cambie la vida de los más pobres. Por el contrario, se le debilitó; el covid-19 tomó a México en el peor momento institucional. No fue progresista porque han convertido ahorros de los mexicanos en gasto corriente. Ahora van por los fondos contra desastres, les faltaban. Tampoco podrán aumentar el ahorro público. La 4T nunca será progresista porque no entendió las luchas de las mujeres.
La 4T será referente de ilegalidad. Nunca antes tantos mexicanos y empresas habían acudido al Poder Judicial para defender sus derechos.
Ni honestidad ni legalidad ni nuevo desarrollo; ni democrática ni progresista ni federalista ni pacifista. ¿Qué será la 4T en la historia?
lunes, 25 de mayo de 2020
domingo, 24 de mayo de 2020
sábado, 23 de mayo de 2020
viernes, 22 de mayo de 2020
jueves, 21 de mayo de 2020
miércoles, 20 de mayo de 2020
lunes, 18 de mayo de 2020
sábado, 16 de mayo de 2020
Tuit
Y en dos semanas va a salir a decir que qué bueno que usamos cubrebocas, que eso está aplanando la curva, y que la estrategia está funcionando. Igualito que con las medidas tomadas por Jalisco, NL y otros estados. Qué oso
Propone López-Gatell cubrebocas como medida auxiliar contra COVID-19
Las redes
Me gustan las polémicas en las que nadie tiene la razón
-Edgar Krauss, La droga de los profetas, Cuadrivio
-Edgar Krauss, La droga de los profetas, Cuadrivio
viernes, 15 de mayo de 2020
jueves, 14 de mayo de 2020
Cacahuate ¿japonés?
El deceso del cantante Yoshio (pseudónimo de Gustavo Nakatani Ávila), da pie para recordar el legado botanero de su familia: los Nakatani
'
Historia del cacahuate japonés
-Sergio Hernández Galindo y Emma Nakatani Sán
El llamado cacahuate japonés es una de las golosinas más populares y preferidas de los mexicanos. Este producto -hecho a base de harina tostada de trigo y soya que cubre el cacahuate- no es originario del Japón. La golosina en realidad fue elaborada por Yoshigei Nakatani, un inmigrante japonés que arribó a México en el año de 1932.
Nakatani buscaba en México un lugar donde trabajar y progresar como los cientos de miles de emigrantes de ese país que atravesaron el Pacífico. Al salir de Japón se despidió de su madre diciéndole: "Espero triunfar y regresar, si no, no podría volver". A sus 22 años de edad, Yoshigei arribó al puerto de Manzanillo contratado por Heijiro Kato, un rico y próspero empresario que tenía una de las más importantes tiendas departamentales: El Nuevo Japón. Este almacén competía con los más prestigiados como El Palacio de Hierro y Liverpool. Kato además era dueño de una fábrica de botones de concha nácar, empresa a la que se integró Nakatani junto con un numeroso grupo de emigrantes procedentes de la ciudad de Osaka.
La mayoría de los inmigrantes que llegaron a trabajar a las empresas de Kato, se radicaron en el centro de la ciudad, en el barrio de La Merced. Fue en este lugar donde Yoshigei se enamoró de una joven mexicana, Emma Ávila, con la que se casó en el año de 1935.
Nakatani ya casado formó una familia rápidamente y se fue integrando poco a poco a la sociedad mexicana; sin embargo, la guerra que se desató entre Japón y los Estados Unidos en diciembre de 1941 trajo severas consecuencias para los inmigrantes japoneses y sus familias que vivían en México. Aquellos que radicaban en provincia fueron concentrados por órdenes del gobierno mexicano en las ciudades de México y Guadalajara, dejando sus trabajos y pueblos donde se agrupaban extensas comunidades con descendientes nacidos en México.
Para los inmigrantes que tuvieron la fortuna de vivir en estas dos ciudades el desarraigo no fue tan severo, pero muchos de los establecimientos donde trabajaban tuvieron que cerrar. Particularmente los negocios de Kato debido a que éste era considerado como un espía al servicio del imperio japonés. En el mes de julio de 1942, el empresario y todos los diplomáticos japoneses fueron canjeados por ciudadanos norteamericanos y mexicanos que radicaban en Japón.
Ante el desempleo, la situación que enfrentó Nakatani fue delicada debido a que tenía que mantener a su esposa y a cinco pequeños hijos. En el año de 1943, Yoshigei tuvo que hacer gala del oficio de aprendiz que años atrás había ejercido en una dulcería de Sumoto, su pueblo natal en la prefectura de Hyogo. Junto con su esposa Emma, en un pequeño cuarto de la vecindad donde vivía, el matrimonio elaboró un dulce tradicional mexicano: el muégano. El dulce lo empezaron a comercializar con tal éxito de ventas que el matrimonio se animó a elaborar una pequeña fritura alargada de trigo, aderezada con sal al que le pusieron el nombre de "oranda", que se vendió igualmente con gran éxito por todo el barrio.
Yoshigei Nakatani, ante estos buenos resultados, intentó elaborar otra golosina a base de cacahuate, harina de arroz y soya que le recordaba su infancia en Japón. Sin embargo, ante la ausencia en México de toda la materia prima que necesitaba, adaptó la receta y la elaboró con harina de trigo. Al igual que el muégano y la oranda, el cacahuate fue muy bien aceptado por los clientes que ya tenían en las dulcerías cercanas al mercado de La Merced. En poco tiempo, los pedidos de este cacahuate fueron creciendo por lo que el matrimonio se vio en la necesidad de aumentar la producción con pequeñas máquinas caseras que fueron fabricadas por los herreros del barrio.
Según recuerdan los hijos de los Nakatani, la producción creció con tal rapidez que tuvieron que organizarla a lo largo de la semana para poder atender la demanda: un día lo dedicaban a preparar el muégano, otro la oranda y otro el cacahuate. En la vecindad donde vivían se hacían largas filas de consumidores y vendedores que iban expresamente a comprar los productos de la familia Nakatani. Los clientes que llegaban a la vecindad a comprar "los cacahuates del japonés", fueron los que terminaron por llamar al producto "cacahuate japonés", tal como hoy es conocido en México.
Poco a poco el pequeño negocio fue creciendo por lo que el matrimonio decidió rentar un cuarto más en la misma vecindad que habitaban en la Calle de Carretones con el objetivo de dedicarlo exclusivamente a la producción de las golosinas. Toda la familia llegó a participar en el negocio: Carlos, el hijo mayor, ayudaba a su padre a la preparación de la masa; Alicia, la segunda, cumplía con las funciones del hogar al hacer la comida, lavar la ropa y cuidar de sus hermanos más pequeños; Graciela y Elvia, las mujeres menores, ayudaban en pequeñas tareas del taller como meter los cacahuates en pequeñas bolsas de celofán. Yoshigei y Emma eran los encargados de las tareas más complicadas y pesadas, incluida la venta del producto en las calles aledañas.
En la década de 1950, Yoshigei Nakatani decidió ponerle un nombre a su pequeño negocio, el que le pareció más adecuado fue el de Nipon, en recuerdo de su país. La proporción que ya había alcanzado el taller familiar daba ahora para diseñar sus propias bolsas de celofán con el nombre del producto. Nakatani le encomendó a su cuarta hija, Elvia, que dibujara una pequeña geisha para identificar al producto. Fue así como nació la imagen del negocio que años más tarde se convertiría en una reconocida industria en la Ciudad de México.
A pesar de los problemas que la familia y el taller de dulces enfrentaron en aquellos primeros años, Nakatani siempre reconoció la nobleza de aquél producto que le ayudó a sostener y a sacar adelante a su familia compuesta ya de seis hijos. A principios de 1960, la familia Nakatani empezó a disfrutar de los resultados de largos años de esfuerzo y trabajo. Aún en contra de la voluntad de su padre, los hijos de Nakatani lo convencieron de dejar la vecindad en la calle de Carretones y mudarse a un departamento en la misma zona de La Merced y, años después, adquirir su propia casa en un barrio de clase media.
En 1970, la empresa Nipon inició una nueva etapa expansiva. Uno de los hijos que se había graduado como administrador tuvo la visión de industrializar la producción del muégano y del cacahuate japonés. Para 1972, el negocio dejó el lugar que lo había visto nacer y crecer en las calles del barrio de La Merced, mudándose a una moderna planta industrial donde se introdujo una nueva línea de cacahuate salado y enchilado, productos que también identificaron a la marca por años. En esta nueva etapa, el negocio amplió su mercado a toda la Ciudad de México.
La década de 1980 estuvo marcada por una profunda crisis económica que afectó de manera directa a la industria nacional, pero además Productos Nipon enfrentó una desigual competencia de nuevas empresas, algunas con capital transnacional, dedicadas también a la producción de cacahuate japonés. La empresa fundada por Yoshigei Nakatani logró sin embargo enfrentar el reto al mando de sus hijos Armando y Graciela y dos de sus nietas a través de la creación de nuevos productos como el caramelo de chamoy. En 2017 la marca fue adquirida por un gran consorcio alimentario, La Costeña, dando pie a la fundación de una nueva empresa familiar llamada Dulces Komiru.
Yoshigei logró realizar su sueño y regresar por primera vez a su pueblo natal en 1970. Sin poder ver viva a su madre, la visitó en su tumba con la palabra cumplida. Yoshigei Nakatani murió el 9 de septiembre de 1992; Emma, dos años más tarde. La invención del cacahuate japonés representa sin duda un legado de los Nakatani a la cultura popular mexicana.
miércoles, 13 de mayo de 2020
martes, 12 de mayo de 2020
lunes, 11 de mayo de 2020
sábado, 9 de mayo de 2020
viernes, 8 de mayo de 2020
Aniversario histórico en medio de pandemia histórica
75 ANIVERSARIO DE LA II GUERRA MUNDIAL
Lo que no acabó el 8 de mayo de 1945
-Guillermo Altares, ElPaís
El 8 de mayo de 1945, hace ahora 75 años, terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa con la entrada en vigor de la rendición incondicional de Alemania. Sin embargo, esto no significó el final del sufrimiento en el continente para millones de civiles, ni siquiera el final de la guerra, que continuó en Asia hasta agosto y en varios países europeos, donde se combatió hasta casi los años cincuenta. El Día de la Victoria empezó la reconstrucción de un continente devastado por el mayor conflicto de su historia, pero la paz todavía era un objetivo lejano. "Europa entera vivió durante décadas bajo la alargada sombra de los dictadores y las guerras de su pasado inmediato", escribió el historiador británico Tony Judt en su clásico Postguerra (Taurus).
El Viejo Continente se convirtió en el escenario de un nuevo tipo de conflicto, la Guerra Fría, que se saldaría con la condena a vivir en dictaduras del socialismo real para millones de ciudadanos de Europa del Este y con guerras civiles en Grecia o Yugoslavia. La inmensa mayoría de los europeos vivían en la pobreza extrema, entre las ruinas y el hambre constante, mientras se producían oleadas de refugiados. "Todos y todo, con la notable excepción de las bien alimentadas fuerzas de ocupación aliadas, parecían acabados, sin recursos, exhaustos", explica Judt. Los antiguos nazis trataban de escabullirse, mientras los supervivientes del Holocausto encontraban muy pocos lugares seguros en los que refugiarse. En gran parte del continente se produjeron episodios de violencia aunque la mayoría de los combates habían finalizado. Algo que no ocurrió en Asia, el otro gran frente de la Segunda Guerra Mundial.
Los combates en el Pacífico ni la destrucción de Alemania, ni el suicidio de Hitler, ni el derrumbe del Tercer Reich, ni el sufrimiento atroz para millones de personas, llevaron al Japón imperial a rendirse. "Al día siguiente de la rendición incondicional de Alemania, Japón anunció desafiante al mundo su voluntad de seguir luchando", escribe Max Hastings en Némesis (Crítica), el ensayo en el que este gran historiador de la Segunda Guerra Mundial analiza la derrota de Japón en 1945. Los B-29 estadounidenses llevaban meses portando muerte y destrucción al corazón de Japón en forma de bombardeos masivos –una cuarta parte de Tokio fue destruida en la noche del 9 al 10 de marzo con bombas incendiarias–, pero la derrota parecía lejana. Una invasión terrestre del archipiélago era demasiado costosa y existía el peligro de que Rusia se adelantase, por lo que Estados Unidos ya había tomado la decisión de utilizar la bomba atómica, primero contra Hiroshima (6 de agosto) y luego contra Nagasaki (9 de agosto). Para muchos historiadores, aquellas nuevas armas no significaron sólo el final de la Segunda Guerra Mundial, sino el principio de la Guerra Fría, que ya había empezado en Europa incluso antes de la rendición de Alemania.
La Guerra Fría
Los Aliados se dividieron Europa en cuatro conferencias: Teherán, Yalta, Potsdam y la menos conocida de Moscú, en la que, sin la presencia del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, Josif Stalin y Winston Churchill decidieron el destino de los Balcanes en un trozo de papel garabateado. La desconfianza había marcado toda la fase final del conflicto y cada vez estaba más claro que una parte del continente iba a quedar sometida a la URSS en lo que el historiador Keith Lowe llama "la subyugación del este de Europa" en Continente salvaje (Galaxia Gutenberg). "La toma del este de Europa por el comunismo no fue un proceso pacífico", explica Lowe, quien señala que los combates continuaron en Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia y Polonia, esta vez contra los partisanos. "Los partidos comunistas adoptaron una estrategia de presión encubierta, seguida de otra de terror y represión", escribe Tony Judt. Incluso países como Checoslovaquia, donde el Partido Comunista apenas había logrado un 10% de los votos antes de la guerra, estaban sentenciados. Alemania quedó rápidamente rota. Sólo con la caída del Muro de Berlín, en 1989, aquellos millones de europeos del Este recuperarían la libertad.
La expulsión de los alemanes
Desde el final de la Primera Guerra Mundial, los países de Europa del Este habían sido una mezcla de culturas, lenguas y pueblos. En 1945, ese crisol se terminó de manera brutal en la mayoría de aquellos Estados, sobre todo con la expulsión masiva de los alemanes étnicos, uno de los grandes dramas del conflicto y, a la vez, el menos conocido. Los alemanes pasaron de ser los verdugos, porque su apoyo masivo al nazismo fue indiscutible hasta el final, a ser las víctimas, sobre todo las mujeres que padecieron las violaciones masivas de los soldados soviéticos.
El éxodo de los alemanes étnicos representó la mayor oleada de refugiados de la guerra. "Las estadísticas relacionadas con la expulsión de los alemanes entre 1945 y 1949 superan la imaginación", escribe Keith Lowe. "La mayor cantidad de ellos proceden de las tierras que se incorporaron a la nueva Polonia: casi siete millones. Otros tres millones fueron expulsados de Checoslovaquia y más de 1,8 millones de otras tierras". Llegaban a un país en el que no habían estado nunca, arrasado no sólo física sino también moralmente (sólo en Berlín, el 75% de los edificios había sufrido daños). Cientos de miles murieron por el camino.
Un continente de refugiados
Mientras llegaban oleadas y oleadas de alemanes, a su vez millones de personas trataban de regresar a sus países desde las ruinas del Tercer Reich. Sólo en Alemania estaban varados ocho millones de trabajadores esclavos de toda Europa, que querían volver sin recursos en medio del caos. Uno de ellos era el padre del escritor holandés Ian Buruma, que cuenta su retorno en Año cero. Historia de 1945 (Pasado&Presente). Llegó tan hambriento y deteriorado a Holanda, explica Buruma, "que seis meses después, aún era visible en él la hinchazón de la hidropesía causada por la falta de alimentos". Sin embargo, muchos otros refugiados no tenían un lugar al que volver, sobre todo los judíos, las principales víctimas del horror nazi.
"Los judíos de todas las nacionalidades descubrirían que el fin del dominio alemán no significaba el fin de la persecución. Ni mucho menos. Pese a todo lo que habían sufrido los judíos, el antisemitismo aumentaría al final de la guerra", argumenta Lowe. Polonia era un lugar especialmente peligroso, donde los pogromos fueron frecuentes, el peor de ellos en Kielce, el 4 de julio de 1946. "El regreso de los judíos al este nunca se consideró siquiera, ya que nadie en la URSS, Polonia ni ningún otro lugar mostraba el más mínimo interés en su regreso. Tampoco los judíos fueron especialmente bienvenidos en el oeste", explica por su parte Tony Judt.
El final de la Segunda Guerra Mundial también representó el principio de la construcción europea. Los países vencedores habían aprendido del error del Tratado de Versalles y comprendieron que sólo una Europa unida, que incluyese a Alemania, podría evitar un tercer conflicto mundial. Sobre las ruinas de Europa, en aquel desolador y a la vez esperanzador año 1945, se empezó a construir el futuro.
Lo que no acabó el 8 de mayo de 1945
-Guillermo Altares, ElPaís
El 8 de mayo de 1945, hace ahora 75 años, terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa con la entrada en vigor de la rendición incondicional de Alemania. Sin embargo, esto no significó el final del sufrimiento en el continente para millones de civiles, ni siquiera el final de la guerra, que continuó en Asia hasta agosto y en varios países europeos, donde se combatió hasta casi los años cincuenta. El Día de la Victoria empezó la reconstrucción de un continente devastado por el mayor conflicto de su historia, pero la paz todavía era un objetivo lejano. "Europa entera vivió durante décadas bajo la alargada sombra de los dictadores y las guerras de su pasado inmediato", escribió el historiador británico Tony Judt en su clásico Postguerra (Taurus).
El Viejo Continente se convirtió en el escenario de un nuevo tipo de conflicto, la Guerra Fría, que se saldaría con la condena a vivir en dictaduras del socialismo real para millones de ciudadanos de Europa del Este y con guerras civiles en Grecia o Yugoslavia. La inmensa mayoría de los europeos vivían en la pobreza extrema, entre las ruinas y el hambre constante, mientras se producían oleadas de refugiados. "Todos y todo, con la notable excepción de las bien alimentadas fuerzas de ocupación aliadas, parecían acabados, sin recursos, exhaustos", explica Judt. Los antiguos nazis trataban de escabullirse, mientras los supervivientes del Holocausto encontraban muy pocos lugares seguros en los que refugiarse. En gran parte del continente se produjeron episodios de violencia aunque la mayoría de los combates habían finalizado. Algo que no ocurrió en Asia, el otro gran frente de la Segunda Guerra Mundial.
Los combates en el Pacífico ni la destrucción de Alemania, ni el suicidio de Hitler, ni el derrumbe del Tercer Reich, ni el sufrimiento atroz para millones de personas, llevaron al Japón imperial a rendirse. "Al día siguiente de la rendición incondicional de Alemania, Japón anunció desafiante al mundo su voluntad de seguir luchando", escribe Max Hastings en Némesis (Crítica), el ensayo en el que este gran historiador de la Segunda Guerra Mundial analiza la derrota de Japón en 1945. Los B-29 estadounidenses llevaban meses portando muerte y destrucción al corazón de Japón en forma de bombardeos masivos –una cuarta parte de Tokio fue destruida en la noche del 9 al 10 de marzo con bombas incendiarias–, pero la derrota parecía lejana. Una invasión terrestre del archipiélago era demasiado costosa y existía el peligro de que Rusia se adelantase, por lo que Estados Unidos ya había tomado la decisión de utilizar la bomba atómica, primero contra Hiroshima (6 de agosto) y luego contra Nagasaki (9 de agosto). Para muchos historiadores, aquellas nuevas armas no significaron sólo el final de la Segunda Guerra Mundial, sino el principio de la Guerra Fría, que ya había empezado en Europa incluso antes de la rendición de Alemania.
La Guerra Fría
Los Aliados se dividieron Europa en cuatro conferencias: Teherán, Yalta, Potsdam y la menos conocida de Moscú, en la que, sin la presencia del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, Josif Stalin y Winston Churchill decidieron el destino de los Balcanes en un trozo de papel garabateado. La desconfianza había marcado toda la fase final del conflicto y cada vez estaba más claro que una parte del continente iba a quedar sometida a la URSS en lo que el historiador Keith Lowe llama "la subyugación del este de Europa" en Continente salvaje (Galaxia Gutenberg). "La toma del este de Europa por el comunismo no fue un proceso pacífico", explica Lowe, quien señala que los combates continuaron en Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia y Polonia, esta vez contra los partisanos. "Los partidos comunistas adoptaron una estrategia de presión encubierta, seguida de otra de terror y represión", escribe Tony Judt. Incluso países como Checoslovaquia, donde el Partido Comunista apenas había logrado un 10% de los votos antes de la guerra, estaban sentenciados. Alemania quedó rápidamente rota. Sólo con la caída del Muro de Berlín, en 1989, aquellos millones de europeos del Este recuperarían la libertad.
La expulsión de los alemanes
Desde el final de la Primera Guerra Mundial, los países de Europa del Este habían sido una mezcla de culturas, lenguas y pueblos. En 1945, ese crisol se terminó de manera brutal en la mayoría de aquellos Estados, sobre todo con la expulsión masiva de los alemanes étnicos, uno de los grandes dramas del conflicto y, a la vez, el menos conocido. Los alemanes pasaron de ser los verdugos, porque su apoyo masivo al nazismo fue indiscutible hasta el final, a ser las víctimas, sobre todo las mujeres que padecieron las violaciones masivas de los soldados soviéticos.
El éxodo de los alemanes étnicos representó la mayor oleada de refugiados de la guerra. "Las estadísticas relacionadas con la expulsión de los alemanes entre 1945 y 1949 superan la imaginación", escribe Keith Lowe. "La mayor cantidad de ellos proceden de las tierras que se incorporaron a la nueva Polonia: casi siete millones. Otros tres millones fueron expulsados de Checoslovaquia y más de 1,8 millones de otras tierras". Llegaban a un país en el que no habían estado nunca, arrasado no sólo física sino también moralmente (sólo en Berlín, el 75% de los edificios había sufrido daños). Cientos de miles murieron por el camino.
Un continente de refugiados
Mientras llegaban oleadas y oleadas de alemanes, a su vez millones de personas trataban de regresar a sus países desde las ruinas del Tercer Reich. Sólo en Alemania estaban varados ocho millones de trabajadores esclavos de toda Europa, que querían volver sin recursos en medio del caos. Uno de ellos era el padre del escritor holandés Ian Buruma, que cuenta su retorno en Año cero. Historia de 1945 (Pasado&Presente). Llegó tan hambriento y deteriorado a Holanda, explica Buruma, "que seis meses después, aún era visible en él la hinchazón de la hidropesía causada por la falta de alimentos". Sin embargo, muchos otros refugiados no tenían un lugar al que volver, sobre todo los judíos, las principales víctimas del horror nazi.
"Los judíos de todas las nacionalidades descubrirían que el fin del dominio alemán no significaba el fin de la persecución. Ni mucho menos. Pese a todo lo que habían sufrido los judíos, el antisemitismo aumentaría al final de la guerra", argumenta Lowe. Polonia era un lugar especialmente peligroso, donde los pogromos fueron frecuentes, el peor de ellos en Kielce, el 4 de julio de 1946. "El regreso de los judíos al este nunca se consideró siquiera, ya que nadie en la URSS, Polonia ni ningún otro lugar mostraba el más mínimo interés en su regreso. Tampoco los judíos fueron especialmente bienvenidos en el oeste", explica por su parte Tony Judt.
El final de la Segunda Guerra Mundial también representó el principio de la construcción europea. Los países vencedores habían aprendido del error del Tratado de Versalles y comprendieron que sólo una Europa unida, que incluyese a Alemania, podría evitar un tercer conflicto mundial. Sobre las ruinas de Europa, en aquel desolador y a la vez esperanzador año 1945, se empezó a construir el futuro.
jueves, 7 de mayo de 2020
Taibo II pone a leer a Gatell:
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
'
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
'
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
'
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
'
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
'
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
'
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
'
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
'
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.
II
'
El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.
'
Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.
'
El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.
'
Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.
'
Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.
'
Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.
'
Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.
'
Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.
'
Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.
'
Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.
'
-Miguel Hernández
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
'
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
'
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
'
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
'
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
'
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
'
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
'
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
'
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.
II
'
El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.
'
Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.
'
El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.
'
Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.
'
Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.
'
Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.
'
Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.
'
Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.
'
Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.
'
Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.
'
-Miguel Hernández
miércoles, 6 de mayo de 2020
martes, 5 de mayo de 2020
De tuitazos y tuiti-ti-ti-tos
La política y Twitter
-Eduardo Ruiz-Healy, 5 mayo 2020, El Economista
¿Qué tanto influye Twitter sobre la discusión política nacional?
Aquí me referiré a Twitter en vista de que, como lo anota Hootsuite, "Twitter nunca ha sido tan grande como la mayoría de las otras plataformas sociales, sin embargo, ha gozado de un papel relevante en los medios y en la cultura constantemente. ¿Por qué? Twitter es una herramienta clave para las personas, cuyos trabajos involucran pensamiento y comunicación. Políticos, poetas, celebridades, periodistas, comediantes, escritores de futbol, astrólogos, activistas y bibliotecarios, todos usan Twitter como un elemento crucial en su trabajo".
Para Donald Trump, Twitter es lo que para Andrés Manuel López Obrador son sus conferencias mañaneras: la mejor manera de comunicarse directamente y sin intermediarios con algunos de sus seguidores y detractores, la herramienta que les permite fijar la agenda política del día o de la hora, agenda que realmente sólo resulta interesante para quienes seguimos estos temas.
Ahora bien, la inmensa mayoría de los usuarios de Twitter (tuiteros) no sigue ni a políticos, ni a intelectuales, ni a académicos, ni a periodistas, ni a comentaristas de radio o televisión, como quisiéramos creer quienes pertenecemos a alguno de estos grupos; no, siguen principalmente a cantantes, actores y deportistas.
Lo anterior no significa que no haya políticos, periodistas o académicos con un gran número de seguidores, pero éstos son la excepción que confirma la regla. Ahí están Donald Trump y Barack Obama, que ayer tenían 79.4 millones y 117 millones de seguidores, respectivamente.
Sin embargo, Donald Trump es el número 10 en la lista de quienes en el mundo tienen más seguidores, ya que arriba de él están, por los millones que los siguen: Obama, que ocupa el primer lugar, seguido de Katy Perry (108.3), Justin Bieber (107.7), Rihanna (95.2), Taylor Swift (85.6), Cristiano Ronaldo (81.9), Lady Gaga (80.6), Ellen Degeneres (79.2) y YouTube (72.2).
La cosa no es distinta en México.
De acuerdo con statista.com, en nuestro país hay 10.2 millones de cuentas de Twitter. De este total, según diversos expertos en la materia, entre 60 y 65% están activas, es decir, entre 6.12 millones y 6.63 millones. Las restantes fueron abiertas y después olvidadas o ignoradas por sus propietarios.
O sea, sólo usa Twitter entre 6.1 y 5.7% de la población adulta.
Las 10 cuentas con más seguidores (en millones) son las de: Paulina Rubio (11.18), Yuya (11.13), Eugenio Derbez (10.8), Anahí (9.9), Thalía (9.7), Chicharito Hernández (9), Lucero (8.7), Aristegui Noticias (8.6), Gaborever (8.4) y Carlos Loret de Mola (8.4).
De estos 10, cinco son artistas, uno es futbolista, dos son youtuberos y blogueros, y sólo dos son periodistas conocidos por adoptar en un momento dado posiciones claramente antigubernamentales.
¿Y nuestro presidente y sus antecesores?
Pues Andrés Manuel López Obrador tiene 6.98 millones de seguidores, mientras que Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox tienen (en millones): 7.4, 5.8 y 1.3 respectivamente.
¿Influye Twitter sobre la discusión política nacional? Algo, no mucho, a menos de que alguien como Eugenio Derbez publique un comentario político o social.
-Eduardo Ruiz-Healy, 5 mayo 2020, El Economista
¿Qué tanto influye Twitter sobre la discusión política nacional?
Aquí me referiré a Twitter en vista de que, como lo anota Hootsuite, "Twitter nunca ha sido tan grande como la mayoría de las otras plataformas sociales, sin embargo, ha gozado de un papel relevante en los medios y en la cultura constantemente. ¿Por qué? Twitter es una herramienta clave para las personas, cuyos trabajos involucran pensamiento y comunicación. Políticos, poetas, celebridades, periodistas, comediantes, escritores de futbol, astrólogos, activistas y bibliotecarios, todos usan Twitter como un elemento crucial en su trabajo".
Para Donald Trump, Twitter es lo que para Andrés Manuel López Obrador son sus conferencias mañaneras: la mejor manera de comunicarse directamente y sin intermediarios con algunos de sus seguidores y detractores, la herramienta que les permite fijar la agenda política del día o de la hora, agenda que realmente sólo resulta interesante para quienes seguimos estos temas.
Ahora bien, la inmensa mayoría de los usuarios de Twitter (tuiteros) no sigue ni a políticos, ni a intelectuales, ni a académicos, ni a periodistas, ni a comentaristas de radio o televisión, como quisiéramos creer quienes pertenecemos a alguno de estos grupos; no, siguen principalmente a cantantes, actores y deportistas.
Lo anterior no significa que no haya políticos, periodistas o académicos con un gran número de seguidores, pero éstos son la excepción que confirma la regla. Ahí están Donald Trump y Barack Obama, que ayer tenían 79.4 millones y 117 millones de seguidores, respectivamente.
Sin embargo, Donald Trump es el número 10 en la lista de quienes en el mundo tienen más seguidores, ya que arriba de él están, por los millones que los siguen: Obama, que ocupa el primer lugar, seguido de Katy Perry (108.3), Justin Bieber (107.7), Rihanna (95.2), Taylor Swift (85.6), Cristiano Ronaldo (81.9), Lady Gaga (80.6), Ellen Degeneres (79.2) y YouTube (72.2).
La cosa no es distinta en México.
De acuerdo con statista.com, en nuestro país hay 10.2 millones de cuentas de Twitter. De este total, según diversos expertos en la materia, entre 60 y 65% están activas, es decir, entre 6.12 millones y 6.63 millones. Las restantes fueron abiertas y después olvidadas o ignoradas por sus propietarios.
O sea, sólo usa Twitter entre 6.1 y 5.7% de la población adulta.
Las 10 cuentas con más seguidores (en millones) son las de: Paulina Rubio (11.18), Yuya (11.13), Eugenio Derbez (10.8), Anahí (9.9), Thalía (9.7), Chicharito Hernández (9), Lucero (8.7), Aristegui Noticias (8.6), Gaborever (8.4) y Carlos Loret de Mola (8.4).
De estos 10, cinco son artistas, uno es futbolista, dos son youtuberos y blogueros, y sólo dos son periodistas conocidos por adoptar en un momento dado posiciones claramente antigubernamentales.
¿Y nuestro presidente y sus antecesores?
Pues Andrés Manuel López Obrador tiene 6.98 millones de seguidores, mientras que Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox tienen (en millones): 7.4, 5.8 y 1.3 respectivamente.
¿Influye Twitter sobre la discusión política nacional? Algo, no mucho, a menos de que alguien como Eugenio Derbez publique un comentario político o social.
lunes, 4 de mayo de 2020
El conocimiento burgués
Contra la academia ‘neoliberal’ y las ciencias 'burguesas'
-José Antonio Crespo, 4 may 2020
El discurso oficial según el cual la ciencia es neoliberal, recuerda los años setenta, cuando predominaba gran dogmatismo universitario. La facultad de Economía de la UNAM decidió entonces eliminar de su programa las matemáticas porque eran "burguesas". El costo de ello fue dejar a varios estudiantes de economía con una educación trunca en una materia central. Pero una cosa es que las autoridades de una facultad universitaria llegaran a esa conclusión, y otra más preocupante que lo haga el Gobierno de un país (el nuestro, por desgracia).
La nueva oleada austericida golpea a varias instituciones académicas y de investigación científica, cuyos fondos para operar eficazmente están siendo recortados. No se trata ahora de privilegios y lujos superfluos, sino de gastos de operación que dejarán a tales instituciones en la línea de la inoperancia, con menos posibilidades de funcionar eficazmente. Retomo lo escrito en estas páginas por el amigo y colega Alberto Aziz, investigador del CIESAS: "En mi espacio de trabajo, un centro público de investigación, nos quedamos sin recursos para operar, ya no habrá becas de licenciatura, trabajo de campo, movilidad, publicaciones, gastos generales. Ahora sí será la parálisis que dejan años de reducciones. Además, nos quieren expropiar los pocos recursos propios que están en un fideicomiso (hecho con toda legalidad) y se alimenta de recursos no presupuestados" ("Debilitar al Estado", 28/IV/20).
Desde luego, los colegas, profesores y alumnos que votaron por AMLO no podían imaginar que emprendería semejante embate contra la academia pública, pues su discurso apuntaba justo en sentido contrario; fortalecer dichas instituciones para mejorar la educación superior pública, ampliarla, enriquecerla en beneficio del País y también de los sectores que no pueden financiar una educación privada. De recortar las becas, se limitará a muchos jóvenes con potencial pero sin los fondos necesarios para tener una educación pública de calidad, como la que se ha logrado en tales instituciones (entre las cuales se hallan también el Instituto Mora, el Cinvestav y el CIDE). Esos institutos dan la lucha por mantener las becas. Pero de confirmarse el recorte, esos jóvenes tendrían que educarse en las universidades públicas masivas, si acaso encuentran lugar, o en las cien universidades nuevas del sistema Benito Juárez, que existen más en el papel y el discurso que en la realidad. Y las que muestran algún rastro de existencia, no cuentan ni con instalaciones ni con material suficiente.
Desde luego, los jóvenes cuyos padres tengan los recursos suficientes para pagar la colegiatura de esas instituciones públicas podrán continuar sin problema. Pero, ¿y los que no? Y también la calidad en general de tales institutos irá a la baja, pues se daña su operatividad esencial. Así, paradójicamente, bajo la "4T" la educación superior privada volverá a tomar ventaja respecto de la pública, y quienes la puedan sufragar tendrán mejores oportunidades laborales. Con todo, la opinión pública parece ir en sentido contrario al populismo anticientífico; según El Financiero (abril, 2020), 76 por ciento prefiere líderes bien preparados frente al 20 por ciento, que opta por otros cercanos y sensibles al pueblo, contrariamente a lo estipulado por AMLO como criterio fundamental. Probablemente esos ciudadanos ya están palpando el costo de la improvisación. En todo caso, para lo que sí sobran fondos es para los elefantes blancos del gobierno, incluso cuando registran pérdidas multimillonarias como es el caso de Pemex. Pero no hay suficientes recursos para la ciencia ni la academia, ni becas a quien lo requiera en instituciones públicas de calidad (porque son burguesas).
-José Antonio Crespo, 4 may 2020
El discurso oficial según el cual la ciencia es neoliberal, recuerda los años setenta, cuando predominaba gran dogmatismo universitario. La facultad de Economía de la UNAM decidió entonces eliminar de su programa las matemáticas porque eran "burguesas". El costo de ello fue dejar a varios estudiantes de economía con una educación trunca en una materia central. Pero una cosa es que las autoridades de una facultad universitaria llegaran a esa conclusión, y otra más preocupante que lo haga el Gobierno de un país (el nuestro, por desgracia).
La nueva oleada austericida golpea a varias instituciones académicas y de investigación científica, cuyos fondos para operar eficazmente están siendo recortados. No se trata ahora de privilegios y lujos superfluos, sino de gastos de operación que dejarán a tales instituciones en la línea de la inoperancia, con menos posibilidades de funcionar eficazmente. Retomo lo escrito en estas páginas por el amigo y colega Alberto Aziz, investigador del CIESAS: "En mi espacio de trabajo, un centro público de investigación, nos quedamos sin recursos para operar, ya no habrá becas de licenciatura, trabajo de campo, movilidad, publicaciones, gastos generales. Ahora sí será la parálisis que dejan años de reducciones. Además, nos quieren expropiar los pocos recursos propios que están en un fideicomiso (hecho con toda legalidad) y se alimenta de recursos no presupuestados" ("Debilitar al Estado", 28/IV/20).
Desde luego, los colegas, profesores y alumnos que votaron por AMLO no podían imaginar que emprendería semejante embate contra la academia pública, pues su discurso apuntaba justo en sentido contrario; fortalecer dichas instituciones para mejorar la educación superior pública, ampliarla, enriquecerla en beneficio del País y también de los sectores que no pueden financiar una educación privada. De recortar las becas, se limitará a muchos jóvenes con potencial pero sin los fondos necesarios para tener una educación pública de calidad, como la que se ha logrado en tales instituciones (entre las cuales se hallan también el Instituto Mora, el Cinvestav y el CIDE). Esos institutos dan la lucha por mantener las becas. Pero de confirmarse el recorte, esos jóvenes tendrían que educarse en las universidades públicas masivas, si acaso encuentran lugar, o en las cien universidades nuevas del sistema Benito Juárez, que existen más en el papel y el discurso que en la realidad. Y las que muestran algún rastro de existencia, no cuentan ni con instalaciones ni con material suficiente.
Desde luego, los jóvenes cuyos padres tengan los recursos suficientes para pagar la colegiatura de esas instituciones públicas podrán continuar sin problema. Pero, ¿y los que no? Y también la calidad en general de tales institutos irá a la baja, pues se daña su operatividad esencial. Así, paradójicamente, bajo la "4T" la educación superior privada volverá a tomar ventaja respecto de la pública, y quienes la puedan sufragar tendrán mejores oportunidades laborales. Con todo, la opinión pública parece ir en sentido contrario al populismo anticientífico; según El Financiero (abril, 2020), 76 por ciento prefiere líderes bien preparados frente al 20 por ciento, que opta por otros cercanos y sensibles al pueblo, contrariamente a lo estipulado por AMLO como criterio fundamental. Probablemente esos ciudadanos ya están palpando el costo de la improvisación. En todo caso, para lo que sí sobran fondos es para los elefantes blancos del gobierno, incluso cuando registran pérdidas multimillonarias como es el caso de Pemex. Pero no hay suficientes recursos para la ciencia ni la academia, ni becas a quien lo requiera en instituciones públicas de calidad (porque son burguesas).
Sobre el Guapo Gatoél
Xavier Tello
La debacle de @HLGatell comenzó desde que no entendió a lo que se enfrentaba.
Desde un inicio quiso que #COVID19 fuera otra influenza, ya que es en lo que tenía experiencia y lo único a lo que podía asociar.
@StratCons
Healthcare consultant • Pharma & Biotech communication expert • Health policy analyst & advisor • Speaker • Op-ed writer:
'
'
Pese a su gran entrenamiento, López-Gatell se olvidó que alguna vez fue médico. Se aferró a un solo modelo matemático diseñado para la vigilancia de la influenza, apostando a que #COVID19 era una infección respiratoria aguda más.
Con lo que @HLGatell no contó fue que #COVID19 fuera una infección con manifestaciones clínicas multiórganicas que la hacían completamente distinta de la influenza. Otros síntomas, otra inmunidad, otro comportamiento. El coronavirus demostró ser más peligroso.
Desde un inicio se negó a hacer pruebas de detección, seguramente por motivos presupuestales. Al final, si existía el modelo "cantinela" ¿que caso tenía en pagar por ellas?
El problema es que #COVID19 era más infeccioso y los pacientes graves morían más.
Lo más imperdonable de su alejamiento de la clínica, es su falta de sensibilidad al sufrimiento humano. Cada paciente infectado que no detectaba, podría terminar sufriendo intubado en cuidados intensivos, con más de 80% de posibilidades de morir.
En un verdadero absurdo, decidió mentir diciendo que los pacientes asintomáticos no eran contagiosos.
Desconocía la fisiopatología de la enfermedad a la que se estaba enfrentando.
En su rara conferencia del domingo, dijo que #COVID19 no era una neumonía porque era viral.
López-Gatell se ahogó en su propia numeralia y se fue ahogando en sus cifras. La historia del fracaso del modelo "centinela" como sistema de medición, ya la sabemos.
Al verse acorralado y no contar con una explicación adecuada, prefirió atacar a @dulceanahisoto
México vive la peor pandemia en la historia moderna y el responsable de su manejo ha perdido credibilidad.
El problema es que se fincaron promesas. Se dieron fechas. Se asignaron… o mejor dicho, no se asignaron recursos basados en esas cifras. Vidas humanas están en juego.
FIN
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