domingo, 15 de agosto de 2010

¿Y el Bicentenario? Habla Krauze

¿Festejo, celebración o conmemoración?

El gobierno de Felipe Calderón ha sido incapaz de ver con claridad qué hacer con el Bicentenario. Hay que decirlo con todas sus letras: falló desde un principio. Desechó a personas que pudieron haber hecho un buen trabajo, como Rafael Tovar, y eligió a gente limitada, con una visión anacrónica de la historia, del género llamado “historia de bronce”. Ha faltado, por decirlo así, una filosofía del Bicentenario. Es obvio que había muchas propuestas que no se escucharon, o se escucharon a medias, o se escucharon tarde. Desde principios de 2007, por ejemplo, comenté que debían de separarse los festejos de la Independencia y la Revolución. Escribí ampliamente sobre esto y pronto publicaré un libro —Adiós a los héroes— donde recojo estas ideas. Una de ellas consistía en aprovechar la Conmemoración de la Independencia (que nos vincula claramente y está fuera de toda discusión) para hablar de la riqueza cultural de nuestra historia, todo aquello que Luis González llamó “La construcción de México”.
Es verdad que se recogió la idea de llevar la obra sintética de Luis González a los hogares de México. Pero se necesitaba la contraparte: que los pueblos de México hablaran. No basta con poner un lema: “200 años de ser orgullosamente mexicanos”. Había que llenarlo de sustancia, llevarlo a cada municipio, a cada pueblo; contar (o más bien escuchar) las hazañas locales. Hubiera sido una gran ocasión de recoger la microhistoria de los muchísimos pueblos y ciudades del país, para formar con ellas el mosaico nacional. Propuse que la iniciativa partiera de las escuelas, pero no se hizo, o se está haciendo de manera tardía y muy limitada.
En cuanto a la Revolución, lo que a mi juicio convenía era precisamente discutir su legado en los grandes temas nacionales: agrario, obrero, educativo, democrático. Una reflexión crítica y autocrítica al mayor nivel, un debate de altura.

¿Qué impide que existan en México debates de altura?

En la vida intelectual y política de México hay varios vicios. Uno es el vicio académico. En el área de las humanidades hay una especie de casta que escribe para sí misma, sólo se lee a sí misma y tiene una opinión excesiva sobre sí misma, es inmune a la crítica y a la autocrítica; tiene la pretensión de estar haciendo ciencia, y algunos órganos de la prensa recogen sus opiniones sin cuestionarlas, como si fueran, en efecto, verdades científicas.
Otro vicio muy arraigado en la vida intelectual mexicana es el dogmatismo y la intolerancia, que está presente en órganos de izquierda herederos del dogmatismo y la intolerancia de la Iglesia del siglo XIX, enemiga del pensamiento liberal. En estos órganos, guardianes del dogma, no se practican las reglas básicas de un debate intelectual de altura: la discusión respetuosa de las personas, la escucha de opiniones ajenas, la fundamentación de ideas propias.
Entonces, entre un academicismo endogámico y un dogmatismo intolerante, hay un espacio muy reducido para el pensamiento abierto, plural y liberal. Los académicos no tienen pasión y los dogmáticos tienen demasiada, ciega pasión.

¿Y cómo se relaciona el PAN con la cultura?

El PAN nunca ha entendido la cultura, a pesar de haber sido fundado por un intelectual. No entiende la cultura ni la entenderá, más allá de que tenga buenos o malos funcionarios. La labor de Consuelo Sáizar es buena, pero el gobierno no tiene un proyecto cultural, no sabe cuál es su legado y tiene una seria crisis de identidad. Naturalmente, su relación con los intelectuales es tenue, lejana o mala.

(Enrique Krauze en entrevista -aquí, extractos- con José Luis Martínez S., publicada el 1 de agosto de 2010 en Público/Milenio)

5 comentarios:

Unknown dijo...

Muy cierto. Actualmente se veneran algunos héroes nacionales cual si fueran semidioses y se satanizan otros personajes que realmente fueron piezas claves en lo que ahora somos como mexicanos (p.ej. Hernán Cortés, POrfirio Díaz) Hace falta conocer la historia real, con seres humanos y no con personajes que pareces salidos de cuentos de hadas

Anónimo dijo...

Don Gusgranero, si bien es verdad que mucha gente se queda en un nivel simplista de primaria a la hora de aprender acerca de la historia de México, también es cierto que hay que ser críticos de historiadores cuentistas y tendenciosos como don Enrique Krauze, quien lleva más de 25 ensalsando la figura de un dictador como Porfirio Díaz (sí, un dictador complejo, ambicioso y lo que uds. deseen, pero difícilmente un redentor de México como Krauze infiere).

Es por eso que Krauze hace tanto hincapié en los "dogmáticos de izquierda", que están "cerrados a las ideas" (de Krauze)

Anónimo dijo...

El probelma de Krauze es que los grandes empresarios para los que trabaja, los panistas a los que asesora y una buena parte de los priyistas, son analfabetas funcionales que solo usan los restos de prestigio de Krauze y su capacidad para desvirtuar -ójala hiciera crítica- las ideas y movilizaciones que afectan sus intereses.
Le preocupa a Krauze que los que sí leen y articulan argumentaciones, buenas o no, pero lo hacen, son los segmentso de izquierda. Entocens está metido en un nicho de oportunismo, del que quiere encubrir e irse saliendo, viendo que el panismo será barrido del poder

Wvaldo Eliezer Moreno dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Wvaldo Eliezer Moreno dijo...

Hola Falcón soy escucha de tu programa, y el motivo del comentario si bien no tiene que ver directamente con Krauze, si tiene que ver con el nuevo programa de concurso acerca de las becas del bicentenario, antes de que los "mejores" alumnos de la republica lleguen a concursar a la televisión se aplicó un examen se supone a todas las escuelas, este examen fue enviado por la SEP y estaba relacionado con un libro editado para tal concurso, el cual ni siquiera llego a todas las escuelas y el examen fue en algunos casos relampago, es decir sin dar oportunidad al estudio por parte de los alumnos y de un dia para otro se debian mandar los rsultados.
Con esto quiero resaltar la total falta de organización de este Bicentenario y Centenario por parte del Gobierno, es decir lo que estan haciendo es como los romanos al pueblo pan y circo. El actual gobierno perdió la gran oportunidad de realizar obras publicas que realmente trascendieran.