sábado, 28 de agosto de 2010

La Venus de Botticelli

(Amplíese para observar a detalle)
En el lienzo El nacimiento de Venus (arriba) se muestra el mito griego de cómo la diosa del amor nació de la espuma (o semen) que produjeron los genitales de Urano, cortados y arrojados al mar. Venus era la diosa del amor para los romanos; para los griegos era Afrodita, cuyo nombre significa precisamente, "nacida de la espuma". Así, la flamante diosa emerge de una concha (la vulva), de pie, sobre el púbico monte de Venus. La reciben y alientan Céfiro, el viento de marzo, anuncio de la primavera, acompañado de Cloris (literalmente, "verde y fresco"), la ninfa que al hablar exhalaba flores. Céfiro y Cloris, a la izquierda del cuadro, por tanto, representan la atmósfera (no fría, sino cálida como el aliento) y la fragancia propios del cariiiño. Del lado derecho, a orillas del bosque, aparece Hora, diosa de las estaciones, echando un manto sobre el cuerpo desnudo de Venus, pues las artes eróticas (que inspira la diosa) son un rico misterio a develar, una experiencia, un lenguaje íntimo que cada quien ha de crear, o mejor, recrear y descubrir por cuenta propia... en su momento o estación propicia.
El pintor Alessandro Filipepi (1445-1510) , alias el Botticelli o el Barrilito (es posible imaginar al artista chaparrito, panzoncito; véase el autorretrato abajo) pintó El nacimiento de Venus entre 1485 y 1486. Hay por cierto, una historia de amor como motivo inspirador. Venus es en realidad el retrato de Simonetta Cattaneo de Vespucci (ver retrato abajo), una pelirroja formidable, con cuello de cisne y boca besable. En cuanto el pintor Botticelli la vio, se enamoró de ella... en secreto. Primero la invitó a servir de modelo para el famoso cuadro. Así, en las ocasiones en que la Simonetta posó para el artista, los arrumacos y besos robados fueron parte del ritual de las sesiones. Pero, Simonetta estaba casada con el noble y rico comerciante florentino Marco Vespucci; y era un secreto a voces, que además, Simonetta era amante del político más joven de la dinastía de los Médicis: Giuliano de Médicis (véase abajo). Se comprenderá entonces el drama y la pasión amorosa que enmarcaron la obra que en apariencia sólo ilustra el surgimiento, en metáfora, de... la primavera. Por supuesto, no podía faltar el villano de la historia: Girolamo Savonarola, un cura bocón, con ínfulas de profeta purificador de costumbres, que para colmo, era el confesor de Botticelli, a quien conminó así a serenar sus ardores por la pelirroja o, en su defecto y como castigo, enviaría a la hoguera la pintura de El nacimiento de Simonetta, o sea, de Venus. A modo de consuelo, el Barrilito pidió en su testamento, ser enterrado a los pies de la tumba de su amada Simonetta (que falleció mucho antes que él) . Y así se dispuso. El Botticelli (o en español, el Barrilito)
Simonetta Cattaneo de Vespucci, la bella modelo de Venus

Giuliano de Médicis, el político, amante de Simonetta

4 comentarios:

Anónimo dijo...

también "BOTIJÓN", proviene de la misma raíz

Gervaxio dijo...

Muy ilustrativa la información sobre el origen de la Venus, y lo de la espuma del mar como metáfora de los productos genésicos; pero más aun, me pareció la vida del pintor, la relación con su modelo, y de ésta con su marido, su amante y el pintor. Tal parece que VENUS es provocación, es empuje, y es cambio, y muerte, aunque sea pequeña y de a mentiritas.

ross dijo...

Cuanta calidad en las imágenes...en general de todo lo que incluyes. Tus caricaturas a color se ven muy bién, sobre todo la de la gaceta del lunes, gracias por el postre visual.
Eres lo máximo.

Unknown dijo...

Ver esta pintura "en vivo y a todo color" ha sido una de las experiencias mas impactantes de mi vida, tuve que regresar a admirarla 3 o 4 días consecutivos.... ahora entiendo mejor, no solo es la maravilla de la pintura en sí, no solo es la sensualidad gráfica del lienzo, es toda una carga energética sensual que la obra conserva y nos sigue atrapando irremediablemente.
Gracias por enriquecer lo rico de la vida con tu sabiduría Manuel!