miércoles, 18 de agosto de 2010

Tic-tac

El Reloj del Bicentenario, tic-tac, tic-tac, se instaló desde el 24 de septiembre de 2008, tic-tac, tic-tac, en el Palacio de Gobierno de Jalisco.
Y, tic-tac, tic-tac, a partir de ese momento, tic-tac, tic-tac, comenzó la cuenta regresiva que concluirá el próximo 15 de septiembre de 2010, cuando se cumplan los doscientos años de la Independencia de México (en 1810, el sacerdote Hidalgo desencadenó la revuelta popular que culminaría once años más tarde, en 1821, con la firma pacífica del reconocimiento español de la Independencia oficial del país ). En cada capital de los estados del país, fueron colocados relojes similares por órdenes de Rafael Tovar y de Teresa (Mr. Shampoo), entonces encargado de la errática Comisión del Bicentenario. Hoy en día, luego de varios renunciantes, el cooordinador es un tal Villalpando.
Cabe la observación de diseño, de que el Reloj simbólico se antoja demasiado metálico, parece más una máquina de refrescos o caseta de auto-fotografía instantánea que diríase, todo un Señor reloj.
(Junto al Reloj, mi hermana Hilda)

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