martes, 10 de agosto de 2010

Contra un mito internacional

¿Es para EU el crudo iraquí?
-6 de Agosto de 2010, Rubén Cortés
Resulta que, después de siete años de intervención militar y cuatro mil 200 marines muertos, los vastos y riquísimos yacimientos de petróleo de Irak serán tanto de las transnacionales de Estados Unidos como lo podrán ser de Petrobras, de Lula; la comunista Petrovietnam o la española Repsol.
Pero lo curioso es que además de compartir el pastel, Washington tiene que todavía garantizar la seguridad iraquí para que no queden en papel mojado los 10 acuerdos firmados en los últimos tres meses por diferentes empresas internacionales con el gobierno de Bagdad. Sólo así podrá triplicar su producción de crudo, que en estos momentos es de 2.5 millones de barriles diarios.
La apertura del negocio al mejor postor sepulta el mito de que las tropas estadounidenses derrocaron la dictadura de Sadam para quitarle el petróleo y no para instaurar la libertad.
Porque el crudo iraquí será de Estados Unidos de la misma manera que lo es el de un come-gringos como Hugo Chávez. Venezuela firmó este año un contrato con Chevron por 20 mil millones de dólares para explotar la Faja del Orinoco, donde está la mayor reserva mundial de hidrocarburos. Más todavía: Cuba, el mayor enemigo ideológico de Estadios Unidos en el mundo durante el último medio siglo, ha dejado claro que daría la bienvenida a las petroleras estadounidenses interesadas en explorar sus aguas. La guerra por el petróleo cubano llegó a Washington, con la propuesta de la Ley Energética de Seguridad y Eficiencia (Safe Energy Act) para permitir a compañías estadounidenses laborar en la isla, pese al embargo económico que mantiene la Casa Blanca a Cuba desde 1962.
Y nadie puede decir que Chávez o Fidel Castro piensen regalar el petróleo de sus naciones a las transnacionales: ellos sólo se lo quieren vender al mejor precio que puedan, y aquéllos se lo quieren comprar al menor precio que puedan.
Un negocio, pues. Igual que sucederá con los contratos de Chevron en Irak, donde, de cualquier modo, no todas las transnacionales están interesadas en invertir, y no precisamente por temor al terrorismo, sino a la corrupción.
Porque ya con la labor militar estadounidense completada en buena medida, la corrupción es la gran asignatura pendiente de Irak, que es, según Transparencia Internacional, el cuarto país más corrupto del mundo, después de Afganistán, Sudán y Somalia.
De acuerdo con un estudio del semanario The Economist, el soborno para conseguir la matrícula de un coche, ronda los tres mil dólares; un puesto de policía cuesta cinco mil;el de coronel unos 300 mil y el de juez más de 400 mil.
De modo que el petróleo iraquí será, después de todo y de tanto, para el que se lo vendan. O para quien desee comprarlo.

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