viernes, 3 de septiembre de 2010

Triunfo

Alegoría del Triunfo de Venus, 1545, Agnolo Bronzino
(amplíese para observar los detalles)
En el intenso y claustrofóbico cuadro se encuentran todos los protagonistas del amor apasionado. Antes que nadie, en el centro de la escena, está la diosa Venus. Y Cupido, en dos momentos: de niño -a punto de lanzar, ingenuo y juguetón, un ataque de pétalos- y Cupido de joven. La forzada postura de Venus y del Cupido joven, aluden a un momento sorpresa: ¿se encontraron sus bocas por casualidad, luego de un juego ingenuo? La mano derecha de Cupido joven, juega con el pezón de Venus; la izquierda, con la corona -léase, con la cabeza- que en cualquier momento perderá la diosa y soltará -se entregará- su larga cabellera. Venus sostiene con la mano derecha, la fálica flecha, es decir, la potencia -que ella sujeta, controla, toma la iniciativa, pues no se quiere enamorar sino sólo vivir el momento erótico-, que extrajo, mediante ágil, hábil movimiento, del carcaj de Cupido; mientras que con la mano izquierda, aprieta la manzana de oro de la discordia y del triunfo en el torneo del amor, por lo que alguien, se deduce, perdió y fue desplazada/o. El resto de los personajes representan amenazas para el encuentro erótico: como El Tiempo con el reloj de arena a cuestas, que recuerda lo efímero de la pasión, pero que a la vez detiene -¡es ahora o nunca!- con vigoroso brazo a la bruja del Olvido, enmascarada de Prudencia, que se esfuerza por echar un mantón, una cortina azul que tape el encuentro; por otro lado, los Celos histéricos -la persona desplazada, excluída- se mesan los pelos. Y tras Cupido niño,... ¿quién es esa jovencita rubia que con una mano ofrece un panal de rica miel y con la otra esconde el aguijón de su monstruosa cola? La Prohibición, la intolerancia que castra, que no soporta el placer ni a quienes se aman libremente, la moral mojigata que, con el pretexto de hacer el bien -ofrece miel- envenena, castiga con envidia, con crueldad. Finalmente, a los pies de Venus, cayeron las máscaras sociales: la pasión no las necesita. En suma, se festeja el Triunfo de Venus sobre amenazas y riesgos. MFM.
Los Celos, detalle.

2 comentarios:

Gervaxio dijo...

Que grata y amena la explicación y análisis realizada por Manuel Falcón del este cuadro que condensa algunos de los aspectos que se manifiestan en un fugaz encuentro amoroso. En mi opinión, habría que agregar el carácter dinámico, el cambio, la transformación del erotismo. Si hay triunfo, también hay un perdedor, y el más lacerado en el cuadro, no es tanto la sociedad, sino quien se mece los cabellos., el cual estuvo o quiso estar en el lugar del joven...ah, juventud, esa es la verdadera victoria, la de los jóvenes portadores en su carcaj, de muchas, largas y afiladas flechas... ¡que envidia!

ana dijo...

Hermoso resulta dejar andar tu imaginación, tomando en consideración tu idea de qeu loos viernes son día del cariño, o algo así, el erotismo a flor de piel y perfecta poesia para terminar la semana, se antoja infinidad de cosas....