A propósito del espectáculo en la Minerva que según el gobierno de Jalisco fomentará el turismo (¿cuál?), conviene reparar en el estilo de música
soft pop o salsa
light o balada ídem, etiquetada como música
latina interpretada por cantantes
latinos. ¿"Latinos"? ¿Acaso hablan latín? La perspectiva se infiere entonces, es desde la óptica anglosajona: por ejemplo, Chayanne y Marc Anthony son cantantes
latinos. ¿De veras?
En general, las estrellitas del espectáculo que brincaron en la tarima de la Minerva, derivan su luz de la TV comercial y se inscriben en la corriente musical de Miami:
Latin pop. No es fortuita tal categoría.
Chayanne nació en Puerto Rico en 1968, aunque en realidad su nombre es Elmer Figueroa; pero su mamá, desde que Elmer era niño, le trasmitió su admiración sin reservas por la figura del actor Clint Walker, estrella de la serie "Cheyenne" (1955), un cowboy justiciero con nombre de tribu piel roja. Elmer, como muchos niños portorriqueños, tomó como paradigma al personaje del western de la TV gringa. Y adoptó su nombre con la ligera variante que le impuso su madre; así,
Cheyenne se convirtió en
Chayanne. Con todo y pose.
Marc Anthony es otra estrellita
latina oriunda precisamente de Puerto Rico. Su padre, el portorriqueño Felipe Muñiz que trabajaba en el comedor de un hospital de Nueva York, amiraba junto con su esposa Guillermina, al cantante mexicano
Marco Antonio Muñiz, de manera que cuando Felipe tuvo su primer hijo en 1968, lo bautizó así:
Marco Antonio que ensambló muy bien con el apellido
Muñiz. Más tarde, ya inscrito en la visión estadounidense, el primogénito acataría los sueños y admiración por el mundo del espectáculo de sus padres, y se cambiaría el nombre por el anglosajón
Marc Anthony.
Y su esposa, otra que comparte Puerto Rico como país de origen de sus padres, la estrellita Jennifer Lopez (1969), también se rindió a la admiración de su madre Lupita por los cantantes y bailarines gringos, y abandonó la carrera de asistente de notario, para dedicarse al canto y al baile. La Lopez es reconocida así, en la industria del
showbusiness de EEUU como una de las estrellas
latinas más ricas y famosas.
Hay entonces un antecedente más o menos común, en la categoría de estrellitas denominadas
latinas: proceden del Caribe. Y más en concreto de las tres grandes islas: Cuba (la comunidad cubana que huyó de Fidel Castro en los sesentas forjó la cultura popular conocida precisamente como
latina en Miami, Florida), la Española (Haití y Santo Domingo manantial inagotable de beisbolistas) y... Puerto Rico o
Borínken, como llamaban a la isla sus primero habitantes, los indios taínos. Cristóbal Colón nombró a la isla San Juan Bautista, por el día en que arribó a sus playas; de ahí que ahora su capital sea
San Juan, Puerto Rico.
Puerto Rico es así, producto de un despojo histórico como botín de guerra. En efecto, por el Tratado de París de 1898, España, después de salir derrotada de la guerra con EEUU, cedió a este país, las islas de Filipinas, Cuba, Guam y Puerto Rico. Así, Puerto Rico es parte de EEUU bajo el curioso estatus de 'Estado Libre
Asociado'... de los gringos. Los portorriqueños, por tanto, desde 1917, poseen la condición de
american citizens (y no de
american latins), según la claúsula territorial que expidió el Congreso norteamericano reconociéndoles tal derecho a los portorriqueños. De modo que ¿cuál idiosincrasia
latina? Las estrellitas
latinas del mundo del espectáculo podrán compartir orígenes caribeños o de países de América Latina, pero como alguna vez lo escribió Monsiváis a propósito de cierta generación de mexicanos: dichos
latinos son las primeras generaciones de
estadounidenses nacidas en países del Caribe o Latinoamérica.
Y aun cuando hablen
spanglish, la cultura de tales
latinos, sus costumbres, sus preferencias, su modo de vida acorde con el
american-way-of-life, su visión del mundo en suma, es la de EEUU. Esto es, la vida es un
show permanente, los seres reales no son los de carne y hueso sino los que aparecen en la TV y en el cine; la vida que vale la pena vivir es la
Vida Loca, sí, pero en EEUU. Por cierto, el concurso de
Miss Universe (pronúnciese y créase al pie de la letra: ¡la señorita, es decir, la virgen número 1 del universo!) fue una idea comercial original de una compañía de trajes de baño del fronterizo estado de Texas atestado de
mexican-latinos; la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, truncaría el incipiente concurso que resurgiría en la atestada de
latinos ciudad de Los Ángeles en 1952, junto con el
boom gringo de la cultura televisiva y en general, de la industria del espectáculo del EEUU de la posguerra. No en balde, ahora es una
latina y luego tapatía, la ganadora: Jimena Navarrete.
Los 150 mil jaliscienses que asaltaron ayer la Minerva son discípulos fieles de dicha cultura estadounidense
pop(ular)
latina. Con su PAN se la coman.
MFM.
3 comentarios:
Simplemente genial la entrada de hoy.
¿qué hubo que en dónde?
disculpe señorita ¿usted es LATINA? ,no manito, yo soy LA TENCHA, LA TINA se quedó en Mulegé
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