sábado, 4 de septiembre de 2010

Danza del incienso

"Todo el universo es una gran danza cósmica", me saludó con la frase el dependiente de una pequeña tienda a donde acudo con cierta regularidad a comprar varitas de incienso de copal. "Cuando prenda las varas, observe las volutas de humo del incienso: son formas danzando". Saqué la cartera mientras señalaba el paquete de varitas que quería comprar, cuando prosiguió la cátedra no solicitada; aunque en realidad, para ser justos, el dependiente no se dirigía a mí, sino a una joven (mediante el recurso de te-lo-digo-Juan-para-que-me-entiendas-Petra) despeinada y sentada casi en cuclillas en una sillita de mimbre, que lo escuchaba arrobada con una sonrisa fija. El señor dependiente, flaco, de trenza canosa, con camisa hindú, estaba sentado detrás de un escritorio donde, precisamente en una esquina, se encontraba el muestrario giratorio con varitas de incienso. "Todo el universo son formas de Energía danzando, todo tiene ritmo". Le extendí el billete con culpa por interrumpir con asuntos mundanos su discurso cosmogónico. El aprendiz de gurú, frunció el ceño: "¿No trae un billete más chico?". Los billetes también tienen forma, rectangular, están danzando, me dieron ganas de responder cuando extraje del fondo de mi bolsillo todas las monedas que traía. El tintineo sobre el vidrio del escritorio fue estruendoso. "Todo tiene ritmo", dije con una sonrisa. Varillas de incienso en mano, salí rápido de la tienda preocupado de que el señor neo-hippie no estuviera de humor. Cuadras más adelante, repetí: "si todo tiene ritmo, entonces todo, todo se puede bailar". Ea. MFM.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es curioso a lo que juega cada cual con su vida.
Un saludo compañero.