domingo, 24 de octubre de 2010

¿Torre de Babel?


La Organización de las Naciones Unidas se fundó el 24 de octubre de 1945 a raíz de la Segunda Guerra Mundial (en ese mismo año, el 8 de mayo se rindieron los nazis; y el 2 de septiembre, los japoneses ). De ahí su apuesta por la paz y la armonía internacional, al menos en el discurso. Sin embargo, mucho se cuestiona, aparte de la función asistencial o ayuda humanitaria, el papel de la ONU como árbitro en las confrontaciones geopolíticas actuales. Pues en la era global, dada la enorme burocracia de la ONU, se duda seriamente de su eficacia y, por tanto, de su liderazgo y autoridad ante países como China, Rusia y los EEUU, sede este último, por cierto, de las oficinas del Secretariado General diseñadas y construidas en 1952 por una comisión multinacional de arquitectos entre los que sobresalieron el francés Le Corbusier y el brasileño Oscar Niemeyer (hoy con 102 años).

Las oficinas de la ONU se encuentran distribuidas en cuatro edificios: el Secretariado General, la Asamblea General, el Centro de Conferencias y la biblioteca Dag Hammarskjold.
El más llamativo y simbólico, es el edificio de la Secretaría General: una inmensa loseta, sandwich o delgada plancha de 166 metros de altura, con 39 pisos, a un costado del East River de Nueva York, obra considerada en términos de arquitectura, como un rascacielos del Estilo Internacional (sobriedad: fuera ornamentos; y simpleza, ligereza de formas: nótese la inmensa cortina verde de ventanas).

El arquitecto francosuizo Charles-Édouard Jeanneret-Gris (1887-1965), alias Le Corbusier (en francés, corbeau es 'cuervo'; de manera que le corbeausier puede traducirse como 'el acuervado o 'cara-de-cuervo'), logró imponer su liderazgo en 1945, de modo que el diseño final, de entre más de cincuenta propuestas de todas las divas arquitectónicas de la época, fue el suyo -conocido como el 'esquema 23A'-, con aportaciones de Niemeyer. Recibió muchas críticas en su momento, sobre todo porque en tiempos de calor, la cortina de vidrio, convierte en horno las oficinas; incluso hoy en día, el alcalde neoyorkino Michael Bloomberg, considera que el rascacielos carece de las medidas necesarias contra incendios. Pero a pesar de los pesares, la galletota del cuervo Le Corbusier, se instauró en el imaginario social como símbolo de elegancia y sobriedad, características que mucho se desearían en la convivencia de las naciones.




Por cierto -y aquí entre nos-, el diseño anterior me recuerda otra galletota, ¿mala copia de Le Corbusier?, en avenida Juárez y Tolsa. ¿O en qué estaba pen$ando el arquitecto Jorge Zambrano Villa, alias Le Negró, al demoler la Escuela de Música para erigir su bloque también con cortina de vidrio?

2 comentarios:

Sergio dijo...

Falcón, bien dices, el negro dónde quiera que se ha parado ha causado re-vuelo y en TODOS el "billelle" y sobornos hacen su aparición ejemplos,FEG ( movimiento del ´68) IMSS (remember los "super-pollos") Delegado de la SCT ( caida de puentes) y demás "chingaderas" que no se sáben públicas,pero de que es copia es copia el edificio.

Anónimo dijo...

Oooorale!, así o mas "acuervado", el "corbusier", de jalisco...