miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Existen los cisnes negros?

El cisne es ave acuática palmípeda (es decir, con dedos palmeados o unidos entre sí por una mebrana, como hoja de palma). La palabra cisne proviene del francés cygne, a su vez del latín cycnus; que procede del griego kyknos, de kuk-no: el blanco, el brillante.

El cisne por su límpida blancura simboliza la pureza de espíritu, la inocencia inmaculada; su cuerpo redondeado y sedoso, se asocia con la desnudez de la mujer, pero la desnudez permitida (inocente). Su manera parsimoniosa de desplazarse en el agua, hace que se le asocie con la elegancia o tranquilidad de ánimo. El cuello del cisne sin embargo, cortocircuita la imagen femenina, pues es símbolo fálico (conviene recordar la metamorfosis de Zeus en cisne para lograr hacer el amor con Leda). ¿Es entonces el cisne imagen de mujer y hombre a la vez? Tal cual: de hermafrodita, es decir, símbolo del gozo máximo, pues dicha característica otorga posibilidades tanto para dar como para recibir... placer. Y a semejanza del orgasmo (la petit-mort o la muerte chiquita), el éxtasis deviene efímero. De ahí que el cisne sea también, símbolo de muerte. Sobre todo, por su canto. La leyenda cuenta que el cisne presiente su propio fin y emite un canto sonoro antes de morir. De ahí la frase "el canto del cisne" como sinónimo de última obra o actuación de alguien. De ahí asimismo, la analogía del orgasmo con el canto o gemido último, clímax del acto amoroso.


En cuanto al cisne negro, cabe apuntar que es oriundo de Australia occidental. Hasta que un navegante holandés atisbó en el umbral del siglo XVIII, varios ejemplares del cisne negro en un río (ahora Swan River) de la ciudad de Perth, Australia, el mundo supuso que sólo existía el cisne blanco.

El cisne negro posee un pico rojo, color de la pasión, del drama truculuento; por tanto, encima de ser relacionado con las tinieblas y la muerte, con el desgarrado canto del cisne, el ave negra se asocia con la sangre, esto es, con la herida provocada por un logro o fruto dolorosamente obtenido. En la película Black Swan, la protagonista Nina (Natalie Portman) consigue una ejecución perfecta en el ballet, al grado de que -inmersa en la patología del perfeccionismo-, se hiere a sí misma, se autodestruye. No he visto aún la cinta del director Aronofsky, pero sé que el guión surgió a partir del mito germánico del doppelgënger o espíritu doble, en este caso: el doble malvado, nuestro otro Yo que nos boicotea; nuestra alma gemela que alienta en nosotros la fatalidad, la autoderrota, la autodestrucción. En ese sentido, qué mejor metáfora de la complejidad de las contradiciones internas, que la unión de un cisne blanco y un Black Swan en una sola persona.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que existen, en el zoológico de Guadalajara tienen dos, lo que no existe es belleza igual a la de Natalie P. ¡A sus pies! Y a los tuyos por poner esta imagen me hiciste el día, gracias Manuel.
FSN

Sergio dijo...

...para cisnes ,lo que se ponga y se le ocurra hacer la Portman es un agasajo visual!!!!!

Unknown dijo...

Natalie es mí ídola y además creo que me gusta desde hace mucho..