domingo, 20 de febrero de 2011

'Starbucks' y Melusina

El sábado, en el Centro Magno, acudí a Starbucks (quienes fundaron la empresa en Seattle, EEUU, en los setentas, decidieron usar el nombre del marinero Starbuck, personaje de la novela Moby Dick) a comprar un café espresso. Mientras hacía cola en una línea chueca y amontonada, entre sillones y parejitas engarzadas, observé con paciencia el logotipo de la cafetería. ¿Era una sirena? Pero si las sirenas sólo tienen una no dos colas de pez y la que yo contemplaba tenía dos colas dos que sujetaba con las manos.

Se trata, averigüé después, de una especie de nereida o ninfa del mar, de nombre Melusina. La diseñadora de la empresa, de acuerdo con el nombre de la marca, decidió incorporar en el logotipo un personaje acuático y escogió al mágico personaje. ¿Proyección filial?

¿Quién fue entonces Melusina?
Una leyenda medieval narra cómo el hada Presina fue descubierta en el bosque por Elinas, rey de Escocia, que iba de caza; el monarca, enamorado a primera vista de la bella hada, le propuso matrimonio. Presina aceptó, pero con una sola condición: Elinas no debería atisbarla en su intimidad, esto es, en el momento en que se bañaba o se encontraba en el baño. Al cabo de unos años, Presina parió triates, tres hijas: Melusina, Mélior y Palatina. Cierta noche, el marido cedió a la tentación y espió a su mujer mientras se bañaba; ella se dio cuenta y en castigo por haber violado su intimidad, Presina partió de inmediato con sus tres hijas, a refugiarse en la solitaria isla de Ávalon. Andando el tiempo, cuando Melusina cumplió quince años, preguntó quién era y dónde estaba su padre; cuando Presina le reveló que se trataba del rey Elinas, pero que este había roto el tabú de su intimidad, Melusina en compañía de sus hermanas, decidió a su vez, castigar al padre, a quien raptó y encarceló en una montaña. Al enterarse Presina, decidió castigar a su hija Melusina, por faltarle el respeto a la figura paterna. Así, le infligió un conjuro: todos los sábados, al caer la noche, de la cintura de Melusina hacia abajo, brotaría una doble cola de pez. Cuando Melusina se casó con Raimondo, la historia se repitió: aceptaba casarse con él, pero con una condición: la de que todos los sábados por la noche, mientras ella se bañaba, no la espiara...

Yo vi tu atroz escama,
Melusina, brillar verdosa el alba,
dormías enroscada entre las sábanas
y al despertar gritaste como un pájaro
y caíste sin fin, quebrada y blanca,
nada quedó de ti sino tu grito

-fragmento de Piedra de sol, Octavio Paz.

La historia del hada Presina y su hija Melusina se centra sobre las relaciones madre-hija confrontadas con la figura paterna; en específico, con la violación masculina de un tabú femenino. Pero, ¿en qué puede consistir dicha intimidad transgredida que se menciona literalmente y se relaciona con el baño, con líquidos? La clave reside en cierta metamorfosis que experimentan en la intimidad exclusivamente las mujeres (en el cuento, primero la madre y luego la hija). Conviene aquí recordar que los gays en su jerga irónica de identificación gregaria, autodefensiva, se refieren a las mujeres como "pescadas" por el olor de la vagina durante la menstruación. Así, en un mundo medieval de marineros machos, tal similitud odorífica no debió de serles ajena. Misoginias aparte, lo que se le prohíbe de modo tajante, al rey Elinas por tanto, es que respete a la mujer durante el período menstrual; se le demanda contener su deseo erótico ante dicha fase femenina con su correspondiente incomodidad hormonal, emocional, física. ¿Cómo debió de reaccionar ante la menstruación la cultura machista de la época medieval; cómo debieron de reaccionar las mismas mujeres de entonces? La forma de tabú se antoja evidente. Más si se toma en cuenta que las leyendas y cuentos son formas didácticas con mensaje o moraleja velada. Ahora bien, sorprende la reacción tan agresiva de Presina, la madre, cuando se descubre espiada por el marido; pero sorprende aun más la de Melusina, la hija. ¿La leyenda iba entonces dirigida a los varones? "De este modo reaccionará tu esposa y también tu hija, al cumplir los quince años -léase, al menstruar- si no respetas su intimidad". Es posible que tal haya sido la intención del cuento, pero ¿por qué la agresividad desmedida de Melusina contra el padre? ¿Por qué el castigo de la madre a su hija en relación con el padre? La rivalidad por el padre obliga a enmarcar la situación en el contexto del complejo de Edipo: la hija pasa por encima de la madre, lo cual significa que se torna más poderosa que ella; y luego se involucra directamente con el padre -así sea para castigarlo o esconderlo... de la madre: la transgresión es doble. Desafío a la autoridad materna, a la relación de pareja parental; y trato directo, sin mediación, con el progenitor. Por tanto, el castigo será doble: en forma de... doble cola de pez.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A Melusina Michelet la considera el equivalente de Leonor de Aquitania, inspiradora de trovadores, condesa de Poitou, reina de Francia e Inglaterra. Ricardo Corazón de León, uno de sus hijos, se considera hijo de Melusina.

Melusina en la lectura de André Breton es la alegría de vivir en la naturaleza y en la infancia, ajena al tiempo cronológico.

¿Por qué se habrá vengado de manera tan cruel Melusina de su padre?

Anónimo dijo...

Buena pregunta la del aónimo;una conjetura podría ser, que detrás de quien traiciona un promesa -por tentadora que esta sea- transgrede en todas sus concepciones lo que hay en trato, a la palabra intimidad y su correlación;(amistad,amor,confianza,revelación,explicación y cuenta)siendo esto, la causa del resentimiento de melusina, ya que "evidencia la calaña de su padre".

Su dijo...

La falta es la ruptura de la promesa, la venganza de Melusina hacia el padre es por imitación y competencia con la madre en su situación de orfandad y rechazo que se vuelca en rivalidad para otorgar el castigo. Al final la madre ha demostrado su poder y la hija ha de repetir la historia.

Anónimo dijo...

-una pregunta-, ¿y melusina en cual de las dos colas tenía la pelusina?...y la pelusina, ¿le olía a pescado?

Anónimo dijo...

no, le olía a serpiente

Alex dijo...

le olía a café

Anónimo dijo...

pero le sabía a ceviche