viernes, 11 de junio de 2010

Lo chutan

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajaaj!! mi casa está sobre una calle muy transitada, es curioso a estas 10:47 am, con tanta calma, hasta se oye el canto de los pájaros

Anónimo dijo...

Todo se paró por el inche fut bol ni modo.

Anónimo dijo...

Lo que me encanta de los mundiales es ir al cine y tener la sala para mí. Sin estar callando imbéciles, sin tener que exigirle a nadie que apague su celular... pura tranquilidad.

Anónimo dijo...

http://www.milenio.com/node/463888

No, pos si de chingarnos se trata, para qué carajos hacer el numerito de nomás cambiarle el nombre al mismo robo?

A huevo te vua violar, tú escoge si en el patio, en la cama o en el petate

activafijadelblog dijo...

No cabe duda que los panistas saben cumplir sus promesas -claro está, a su manera-, efectivamente, ya no cobrarán la tenencia, pero a cambio de ello, nos volverán a quitar el mismo dinero, a través de otro nuevo impuesto inventado. Son patétic@s.

Cuando Pérez Peláez dice Nuestra Universidad ¿A qué Universidad se refiere, será acaso a la Panamericana, que es del Opus Dei, con quien tiene excelentes nexos por la ideología fascista que ambos profesan?

¿La recaudación iría al 100% a la Educación? Suena peligroso. Lo que la Educación significa para estos fundamentalistas, dista mucho de lo que la sociedad realmente necesita, en ese sentido.

A la ultraderecha le interesa promover y mantener estructuras piramidales de dominación-sumisión, pontificar en cualquier materia y por supuesto, denostar y castigar cualquier postura que no concuerde con lo que ell@s imponen.

El liderazgo de trascendencia y el esquema de redes solidarias y de una gestión circular y horizontalizada, están fuera de sus preceptos, le es sumamente amenazante, ya que empodera a los individuos.

En el ánimo de la ciudadanía, todos sus desatinos políticos, equivalen a subirle la lumbre al fogón...

En verdad, deberían ser más cautos, con tanta negatividad en el ambiente, pero especialmente, con el miedo que se respira en las personas, como resultado de la violencia en la que vivimos, el ánimo colectivo se convierte en un punto de fragilidad que debería tomarse en cuenta, esto es serio.

En un ser atemorizado, en un primer momento, la capacidad de reacción puede verse replegada, pero no hay que olvidar que la agresividad también puede estallar de formas desproporcionadas, como consecuencia de todos los asuntos inconclusos que lleva en su interior.

¡No abusen! porque el pueblo también tienen sus límites, y cuando la bolsa se rompe, hay que ponerse a parir, así sea en la banqueta.

Mi temor no es el nacimiento de un México más libre, de hecho, lo imploro. Lo que me temo es que en lugar de ser un dar a luz, desde el respeto y el diálogo, sea por la acción de la voz enfurecida, de todas las personas que han sido ignoradas a través del tiempo.

Señoras y señores en el gobierno: ustedes no están jugando a las canicas, somos seres humanos, seres sintientes.