jueves, 24 de junio de 2010

Marcha del orgullo

La estrategia del exhibicionismo en las marchas gays es parte de la autoafirmación del movivimiento homosexual que incluye asimismo a lesbianas, transgéneros, travestis y bisexuales; se hace gala de exhibicionismo a lo largo de avenidas no sólo para mostrar sino restregar ante espectadores, transeúntes, automovilistas e inquilinos de casas, negocios y edificios de departamentos, el orgullo libérrimo de quienes ya abandonaron el clóset, pues si lo sabe el Dios gay que lo sepa el mundo buga. De acuerdo, se comparte el entusiasmo antihipócrita contra una sociedad de costumbres recatadas, pero, ¿cuál será la posible interpretación, la traducción de la ciudadanía heterosexual (que se autopercibe como 'normal' ), al observar la marcha de cuerpos desnudos o semidesnudos con disfraces carnavalescos, atuendos y gestos explícitamente eróticos? A los gays por supuesto, no les interesa la reacción de pasmo del observador 'hétero', en tanto no buscan su autorización sino su complicidad y aceptación sin condiciones; sin embargo ¿qué tan didáctica -en el entendido de que una fiesta callejera no tiene por qué ser un salón de clases sobre derechos homosexuales, pero en el entendido también de que finalmente la comunidad gay busca autoafirmarse ante la mirada pública-, qué tan formativa es dicha estrategia de sobreexposición erótica para fomentar la comprensión y la tolerancia; para desafiar y acotar el machismo homófobo; para la coexistencia pacífica de géneros? ¿Y si el ciudadano común y corriente se quedara sólo con una interpretación reduccionista: la de que el mundo gay, atisbado a través de sus desfiles alegóricos, no es más que un circo de freaks, seres marginales, subterráneos siempre galvanizados de erotismo explícito, a quienes las autoridades policíacas les autorizan sólo un día para mostrarse, sólo una tarde para desfiar sin tapujos?

10 comentarios:

r dijo...

Totalmente de acuerdo, la pregunta del cierre del texto, es buenísima.

Si les interesa parir en una verdadera cultura de la inclusión y del respeto de sus derechos, deberían que ser más estratégic@s.

Dr. Gustavo Delgadillo dijo...

Partiendo de que la diferencia entre homosexual y heterosexual es la preferencia sexual, no veo como la expresión del orgullo gay sea de otra manera que la que hacen, una fiesta extravagante a la sexualidad y tal vez, si se quiere y así se percibe, al erotismo. Para mí lo criticable es llamar a orgullo por las diferencias, me parece más adecuado llamar al respeto por las diferencias. Los homosexuales no tiene sus derechos, tienen los mismos derechos que los demás.

Anónimo dijo...

Pues se entiende perfectamente el gusto de sacarle un pedo a los opresores de uno (saliendo a la calle con el ajuarcito más rabón y escandaloso y haciendo bulla), pero, tal como reflexiona Falcón, no puede ser bueno enamorarse demasiado con la estética marginal con la que haces una denuncia. Al menos, no es bueno si tu objetivo es terminar siendo una parte integral de la sociedad. El peligro de adoptar ese disfraz de "gay subversivo e iconoclasta" como su verdadero rostro es que, de seguir así, a lo más que pueden aspirar es a seguir siendo "tolerados".

PD No tiene nada que ver, pero quiero recomendar "El Vampiro de la Colonia Roma", de Luis Zapata

r dijo...

Dr. Delgadillo, cuando dije sus derechos, jamás lo hice desde la exclusión o la restricción, sino dando énfasis a la especificidad del asunto que se planteó en el posteo.

Si mi redacción generó una sensación de separatidad, me disculpo.

Anónimo dijo...

Me parece muy acertada tu perspectiva al respecto, Falcón.
Saludos!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Creo que la estrategia de la marcha gay es denotar que la diversidad sexual existe y necesita que sus derechos como ciudadanos sean respetados, independientemente de contar de su “complicidad y aceptación sin condiciones”, que las personas transexuales puedan asistir a la escuela, recibir servicios de salud sin ser violentados, que puedan casarse o realizar acuerdos de convivencia, acceder al mercado laboral o visibilizarse en las encuestas del INEGI, sin sacrificar su orientación sexual.
Lo que me parece “reduccionista, desafiante, homófobo para la coexistencia pacífica de géneros” es la postura de regidores como Gamaliel Ramírez, que no respetan ni favorecen que la equidad sea posible.

Unknown dijo...

el movimiento lesbico gay tiene una lucha extenuante en busqueda de que se les reconozcan sus derechos humanos, hasta ahi perfecto; pero la reflexion es si necesitan la provocacion atraves de un espectaculo, que poco o nada tiene que ver con la lucha de igualdad, que los expone al prejuicio.
El arraigo cultural nos impide ver a los homosexuales como personas iguales a los heterosexuales; el carnaval no ayuda a cambiar la percepcion de los "bugas".
Muchas de mis amistades homosexuales estan en desacuerdo con esas manifestaciones tan cerca del circo.

Dr. Gustavo Delgadillo dijo...

Los mismos grupos gay son los que dicen la lucha por "sus" derechos, lo que me parece inadecuado.

r dijo...

Reconozco que hay algo que si me molesta, y es que se hayan apropiado del arcoiris como bandera.

De un tiempo para acá, este símbolo, se lo asocia exclusivamente con la representatividad de la causa LGT, y no necesariamente con la diversidad.

Por ejemplo, si una mujer usa una pañoleta, un bolso, una toalla con el arcoiris, se deduce que es lesbiana. Si alguien pone una bandera con el arcoiris en su restaurante, se da por sentado que es un espacio LGT. Poner una calcomanía en el auto, es la misma cantaleta. Inimaginable, que el logo de un negocio independiente a la causa LGT, porte dicho símbolo, libe de asociaciones como las que ya mencioné.

Hagan la prueba, pónganse una prenda de las que les hablo y salgan a la calle, inmediatamente sentirán las miradas o recibirán comentarios al respecto.

Se necesitan mover los hilos de la inclusión, para que el arcoiris recupere sus propias voces, y para que además de lo anterior, realmente sea una representación de lo diverso.

¿Podrá esto, suceder algún día?