¿Cómo la Veis Vos?

Ni picha ni cacha ni deja batear
En comida de controversia (la sobremesa como simposio), se planteó el paradójico caso: ¿cómo controlar a un/a control freak, a una persona obsesionada con mantener bajo su control a los demás? El maníaco del control juega su propio juego, con sus propias reglas, de entrada ocultas, total o parcialmente, a los demás, por lo que hay que ir descubriendo dichas reglas sobre la marcha porque además, son cambiantes, pues el objetivo del juego del controlador es mantener el control a toda costa, y si adivinamos las reglas de su juego de control, existe la posibilidad de que lo podamos derrotar con sus propias reglas, cambiándole el juego... o sacándolo del mismo. Desarmar a un maníaco del control, exige que se advierta con antelación su manía y así, observar el juego a prudente distancia sin involucrarse fatalmente (la mosca en la telaraña), a tiempo. Esto último es vital, sobre todo cuando se tienen lazos de afecto o se está enamorado de un/a control freak: ¿cómo sobrevivir -sin salir muy averiado- a su dominio absoluto? ¿Cómo sobrevivir cuando el control freak es nuestro jefe en la chamba o se trata de un político que nos tiene bajo su zona de influencia?

- Yo te quiero mucho, ¿tú me quieres?
- Claro, mi vida
- Pero, no mucho, como yo
- Claro, mi vida
- No te noto convencido
- Te quiero mucho
- Pues no me lo demuestras

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- Gutiérrez, ¿está Ud. de mi lado?
- Por supuesto, licenciado, me extraña la pregunta, yo siempre...
- ¿Por qué entonces se me pone nervioso, Gutiérrez?
- Suelo sudar, es algo orgánico que...
- ¿No habrá Ud. hablado en mi contra, a mis espaldas?
- Licenciado, jamás, le puedo yo jurar...
- Es todo, puede retirarse, Gutiérrez; no me llame, yo le llamo
- Licenciado, permítame antes...
- Buenas tardes, que descanse, Gutiérrez

(MFM)