miércoles, 24 de noviembre de 2010

Corea

En respuesta a una supuesta provocación, ayer martes 23 de noviembre, Corea del Norte bombardeó una isla de Corea del Sur, en el archipiélago que lleva el nombre de la isla más grande: Yeonpyeong, en el mar Amarillo.
Las constantes confrontaciones entre ambos países surgen de la convivencia geográfica forzada (si se admite el parangón, sería tanto como si en México, Baja California le declarara la guerra a Baja California Sur).
En términos geográficos, Corea es un apéndice de China que, sin embargo, China nunca absorbió, pues los coreanos provienen de un pasado y una cultura muy diferentes. La esquizofrénica China comunista y capitalista, no obstante, ha preferido mantener en su patio trasero un régimen comunista decadente, medieval, como el de Corea del Norte, a fin de bloquear el riesgo de que EEUU (o su régimen aliado de Corea del Sur) plante allí una base militar tan amenazadora como una espada de Damocles.
Desde la Guerra de Corea (1950-1953), consecuencia del expansionismo soviético-estalinista posterior a la Segunda Guerra Mundial, la constante rivalidad fratricida entre ambas Coreas es tácticamente reconocida como un pleito de cangrejos: empujar y retroceder; empujar y retroceder ad infinitum.
El peligro internacional estriba en que la posible escalada de agresiones, involucre a países aliados como Japón y China, y se desequilibre el sistema de coexistencia geopolítica entre regímenes comunistas y capitalistas. Así, una guerra entre China y EEUU equivaldría a una guerra mundial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Comunismo medieval, ahora sí que te la bañaste.