lunes, 15 de noviembre de 2010

Madero redentor

Cuestiona Krauze el coctel religión-política
Reforma/Julieta Riveroll
DF, 15 de noviembre 2010.- El historiador Enrique Krauze (México, 1947) ha modificado su percepción sobre Francisco I. Madero. Continúa admirando su vocación liberal y su proyecto democrático, pero ya no ve con buenos ojos su religiosidad.
"Creo que para alcanzar, construir y consolidar a la democracia, el misticismo o cualquier forma de religión es un elemento ajeno, extraño, nocivo y muy peligroso en la política",
consideró el editor y ensayista.
En los años 80, Krauze todavía creía que la religión y la política eran compatibles, pero ante el ascenso del Islam e incluso de los fundamentalistas judíos repensó ese vínculo.
"Mezclar una ideología redentora, religiosa, con la política creo que es un coctel explosivo", reconoció al término de la conferencia magistral que ofreció en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Krauze recordó que Madero se creyó místico, incluso pretendoó comunicarse con el más allá. "La razón por la cual Francisco I. Madero se volvió espiritista es por una tragedia que le ocurrió cuando era niño: su hermano menor, Raúl, murió al quemarse con queroseno. Fue tal el dolor que no podía tolerar la idea de no volver a comunicarse con su pequeño hermano", relató. El político coahuilense se sintió así, "redentor" de México y eso es peligroso porque se vuelve imposible dialogar con alguien que se siente tocado por Dios en tanto que invoca a la autoridad divina para justificar sus actos.
La confusión de Madero entre al ámbito sagrado y el profano, entre el misticismo y la libertad, le costó muy cara al país, aseguró el historiador.
"El incendio de la Revolución devoraría la preciosa vida de Madero; trajo un mundo nuevo, quizá mejor que el anterior, pero no nos enseñó a los mexicanos a vivir en concordia, a apreciar la libertad, a ejercer la democracia; y ese vacío de experiencia nos pesa hasta el día de hoy y nos pesará, me temo, por mucho tiempo".
Krauze imaginó qué hubiera ocurrido si Madero no hubiera optado por la Revolución sino por la vía pacífica, y si no hubiera muerto. Tal vez, dijo, habrían llegado las reformas sociales y económicas construidas en el marco de una democracia de lenta pero segura maduración.
"La historia pudo ser distinta pero no lo fue. Madero murió asesinado a los 39 años, junto con la democracia mexicana, que tuvo que esperar 84 años para revivir". En ese sentido, México, dijo, "vivió 84 años de adolescencia política entre 1913 y 1997."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Madero era un niño BIEN que quería ser presidente, lo demás no le importaba.

Julián Atilano dijo...

El humanismo y la democracia que él practicaba lo observa Krauze como sustancia para pensar en las reformas sociales y económicas que pudieron ser. Madero es alguien que, sin ser político llegó al máximo puesto político del país. Motivado dicen, por un designio divino, bien o mal fue alguien con ideales necesarios en nuestra sociedad, mucha perseverancia y confianza en sí mismo. Sin duda la política fue más sucia de lo que él creía y su “ingenuidad” lo llevó a la muerte. Su condición económica lamentable comparándolo con las clases populares, su posición política aplaudible.

Sabino dijo...

Excelente material el que nos regala Falcón.
Madero, de los pocos héroes que pueden asimilar declarativamente los panistas, aunque no acaba de entender lo que es la democracia -creen que son solo elecciones donde los tienen que elegir por ser los "güenos", que son creyentes bien católicos-

Jorge M. dijo...

La política debe de ser incluyente, por eso debemos de hacer convivir democracia con laicismo, aunque la religiosidad es intrínceca en la sociedad y tiene su lugar, su voz y voto. Al margen pero presente, así debe de ser, no creo en el estado completamente laico!.