viernes, 5 de noviembre de 2010

Te los ato

A propósito de Día de Santos (difuntos) y mártires cristianos, existen relatos que, al describir torturas, se exagera con tal saña didáctica que inevitablemente termina por incorporarse cierto sentido del humor. Es el caso de San Cucufato, un cristiano del año 309 que decidió predicar la Buena Nueva en Barcelona (donde se le conoce como Sant Cugat), ciudad ocupada entonces por los soldados del implacable emperador romano, Diocleciano, bestia negra peluda con valor a curriculum de todo cristiano con vocación de mártir.
San Cucufato fue condenado por atreverse a negar el origen divino de dicho emperador. Diocleciano dejó el castigo a la imaginación sádica de la soldadesca. Así, Cucufato recibió latigazos, le rajaron el vientre y le pegaron fuego; pero, milagrosamente al santo le cicatrizaron rápido los bordones y los tasajos, y con calma, recogió sus tripas, se las reacomodó y, por si eso fuera poco, debido a un fuerte viento, las llamas de la hoguera cambiaron de curso y abrasaron a los torturadores. San Cucufato probó así, ser muy resistente; de modo que, apiadado de sus verdugos y sus vanas intentonas, el mismo Cucufato les sopló la manera de enviarlo rápido al Cielo: "desangrar, mediante incisión en la yugular". Así murió por fin el santo, cuyo mensaje de resistencia sobrehumana se tomó como el primero de sus milagros. Estos por cierto, los concede a todo creyente, mediante el siguiente ritual: ante una imagen de San Cucufato, se toma un pañuelo o trozo de tela; se le hace un fuerte nudo en el centro; y sosteniéndolo tenso, se reza así tres veces:

San Cucufato, los cojones -o los huevos- te ato,
(se inserta aquí la petición)
Si no me lo concedes, no te los desato

La tela anudada se guarda bajo la cama hasta que opere el milagro; entonces se desanuda y se enciende una vela a San Cucufato, santo de harto aguante, de milagro ipso facto apretoncito mediante. Por supuesto que el resultado será más expedito si, de veras, se atan los destos, no de Cucufato sino de una persona real de quien se demanden favores.
(Véase pintura: Degüello de san Cucufato, 15o7, Hans Brün, conocido en catalán, como Ain Bru)

4 comentarios:

Dr. Gustavo Delgadillo dijo...

Podriamos sutituirlo por San Priista o San Panista o San Perredista, de carne y hueso.

Carlos G Garibay dijo...

Aunque parece que esos santos que menciona el Dr están usando la receta hace años amarrándole los déstos al prójimo...

Anónimo dijo...

¡vendo hueevos¡ ¡veeendo huevos!, oiga don cucufato, vendo huevos -ay si chiquilla-; véndame el izquierdo por favor...

Anónimo dijo...

sólo el izquierdo pa que lo llamen uníbolo