miércoles, 3 de noviembre de 2010

Misterio

Le Fils de l'homme (el Hijo del Hombre), 1964, René Magritte
El pintor belga René Magritte (1898-1967) tituló su cuadro con una frase bíblica del Evangelio de San Marcos en que se narra el episodio de Jesús ante el concilio de sacerdotes y escribas:

"60 Entonces el sumo sacerdote, levantándose, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo
63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos?
64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de la muerte.
65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas."

Le Fils de l'homme es un autorretrato de Magritte que oculta su rostro detrás de otro referente bíblico, esta vez, del Antiguo Testamento: la manzana o el fruto prohibido. El pintor se escuda y se asoma detrás de dicha manzana, esto es, del fruto del conocimiento (cuando Eva dio la manzana a Adán, ambos cobraron conciencia de su falta, de su situación: conocieron). El rostro simple, directo de un hombre no revela nada: la realidad está en su conciencia y más aún, en su inconsciente, donde reside la clave; en ese sentido, la manzana debe estar delante para que nadie se llame a engaño o se vaya con la finta de la máscara social. Nótese además el codo del brazo izquierdo del autorretratado (situado del lado derecho, desde el punto de vista frontal del espectador): está vuelto hacia fuera o, más bien, como si el cuerpo se dirigiera hacia atrás, hacia el mar, símbolo del vasto inconsciente, lugar del que procede la clave de la conciencia, pero también, donde se disuelve; de ahí el pretil, ese pequeño muro detrás del personaje: allí debe detenerse, contenerse, protegerse: principio de realidad que mantiene a salvo el Yo, la manzana al frente; y el inconsciente -por mucha atracción que ejerza- a sus espaldas. Pero, así como los brazos, uno plegado por el codo hacia el frente, otro hacia atrás, ambos estados coexisten en la misma persona.
Magritte creció en Bélgica, país con una gran tradición de escuelas católicas, entre otras la famosa universidad de Lovaina (Louvain); el artista creció adoctrinado así, por la doctrina de dicha fe. Sabía por ende, Magritte, del sufrimiento al que se expuso Jesús por mostrarse tal cual, en directo, sin tapujos, esto es, sin la manzana. Nadie puede revelar la profundidad de su verdadero Yo, el inconsciente, a los demás sin exponerse a la incomprensión y por tanto, al rechazo brutal. En ese sentido, el Hijo del Hombre es un desconocido disfrazado (con un nombre, con un título, con una profesión, con un género, con una clase social, con la imagen de pintor surrealista) ante los demás hijos del hombre; sólo se llega a su verdadero rostro mediante el conocimiento o la manzana delante, que por lo mismo, es fruto prohibido: no cualquiera puede comprenderlo.

¿ Manzana verde en un sombrero?
Los elementos que eligió Magritte son símbolos: la conciencia cubierta o el inconsciente.
¿Qué encubre la manzana?
El Hijo del Hombre está detrás de la manzana del conocimiento; pero, ¿y la Hija? A diferencia del autorretrato de Magritte formalmente vestido, disfrazado, con traje, corbata y sombrero, la mujer en cambio, nacida en un sistema social patriarcal, machista, está expuesta, no le urge disfrazarse. Después de todo, ¿no fue Eva quien entregó la manzana -esto es, el conocimiento- a Adán? Eva supo entonces lo que estaba ocurriendo a nivel profundo, inconsciente; sabe en este momento, lo que ocurre, antes que el Hijo del Hombre. (MFM)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Aaah!, la Venus del la fruta prohíbida, mi favorita, mmmmmh!

Anónimo dijo...

primer acto; ¡no hable!
segund acto; ¡no piense¡
tercer acto ¡nomás cómame¡

...chiquita, besitos (negros)

Anónimo dijo...

"NOMAS COMAME"
muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajaajajjajajajajajaajjajajajajajaja

Anónimo dijo...

a qué chingada hora la muchachita fue a la depilación láser y creyéndoles a los misóginos de la moda juró que esas ridículas figuras geométricas perfectamente delineadas sobre su pubis la hacen más bella? ritual de sadismo semejante al que sufren muchos pobres árboles ficus, a los que se los ve podados con forma de cubo; que viva el terror que le tenemos a los salvaje en nuestras vidas, en nuestros cuerpos, en donde sea!

Sabino dijo...

impacto perceptivo en dos fases: las imagenes primero, sin texto alusivo, muy interesantes, condensadas y sensuales
La constextualización de la obra de Magritte y las imágenes que redondean la conceptualización, completan la inteligente y evocativa interpretación del arte y la inteligencia.
Me gustó mucho la secuencia y los contenidos visuales y textuales

Anónimo dijo...

piiinche sabino...¡¡¡LUEGO EL MARIGUANO ES UNO¡¡¡

Gervaxio dijo...

... y abajo, al centro, más precisamente en la entrepierna, se encuentra, nada más y nada menos que EL ORIGEN DEL MUNDO... según otro carismático pintor francés Gustave Courbet (1819-1877), por cierto un mundo tal, que no alcanzará nunca la tinta, para acabar de describirlo, así que para no molestarse más, mejor es vivirlo. ¿No te parece?

Anónimo dijo...

si

Anónimo dijo...

¡paletas de clííítoris!, paletas de clííítoris!, -a ver chiquilla, dame una- su cambio -gracias- ¡puaaf!, ¡oye chiquilla me supo a mierda!, ah pues, no se me apendeje, nomás dele la vuelta,... ¡paletas de clííítoris!....