domingo, 14 de noviembre de 2010

Sermón del domingo

Érase una vez una iglesia pequeñita, pero tan, tan pequeñita, que el sacerdote en vez de ordenar 'nos ponemos de rodillas', gritaba: '¡pecho a tierra!'

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para los cristianos, y católicos por antonomasia, eso era antes del monopolio de Konstantino. Ahora, todos los demás, quitense que viene su bajestad el Cavernal Vocón, pero conste que vive frugalmente eh!, por eso esta tan anémico el HdMP.