martes, 25 de mayo de 2010

La lectura por asalto

El viernes pasado di una charla a chavos y chavas de prepa. ¿El tema? La lectura. Evadí el sermón machacón de que "leer siempre es bueno" (¿TVy Novelas?), de que "hay que leer" como condena ("léete La Ilíada") ; o el lugar común de que "se debe leer de todo, pues un libro siempre deja algo positivo". ¡Mentira! La conciencia no es un basurero ni un libro malo deja nada bueno. Ante la omnipresencia avasalladora del Internet, la TV, el i-Pod, el celular y demás artilugios tecnológicos (gadgets) que empujan hacia el déficit de atención por saturación, les sugerí asaltar los libros como guerrilleros. Es decir, no leer de manera lineal: 1,2,3... de principio a fin. ¿Por qué no abrir y asaltar un libro a la mitad? Leer y comprender una página... y si enciende nuestro foco de atención, continuar con una página más; y otra, y una más, etcétera. Un libro es una especie de gigantesco ecosistema con bosques, desiertos, mares, espacios urbanos... Ingresemos por donde nos atraiga o por azar. En ese sentido, recomendé la lectura, asaltando fragmentos, escenas, de "La historia interminable" de Michael Ende. Una chavita muy pizpireta me atacó con la pregunta anticlimática: "¿Y si me aburre?". Le respondí que no leyera suponiendo que siempre se lee un libro para pasar un buen rato: ¿qué tal un mal rato? La conciencia empujando entre matorrales, peñascos, abrojos, cuesta arriba para comprender un texto disfrazado de "difícil". Le pedí que buscara en la novela mencionada diez palabras que no entendiera o conociera; después de todo, es una forma de leer. Y concluí que no se debe invitar a leer por leer, sino buscando un acomplamiento, una sincronización con nuestro estado de ánimo presente. Así se decubrirán luego los géneros, para que luego se diga: hoy ando de poesía; o me siento propicio para un cuento; o me rebasa la energía para zambullirme en una gran novela histórica, o policíaca, romántica, de ciencia ficción, etcétera. No hay duda: la vida es una historia de comprensión, perplejidad, confusión, angustia y gozo. Literatura en acto. Interminable.

4 comentarios:

Beatriz Eugenia Andrade Iturribarría dijo...

Interesante planteo, y espero, cautivador, no sólo para los adolescentes, sino también para quienes a pesar de los años, aún no han encontrado una razón para leer.

Sr. Falcón, que a sus palabras les salgan ruedas.

Anónimo dijo...

Carlos:
Definitivamente no hay mejor manera de encontrar esa fascinación por la lectura que la sinceridad de un lector apasionado. Opino también que las estructuras y reglas establecidas dejan de tener sentido en la intimidad con un texto, en ese espacio debe de existir esa libertad.
Chi do Falcon,
Me gustaría ir a alguno de esas platicas que das, ¿cuando tienes una próxima?

Magno dijo...

Hasta hoy escuche tu programa en el radio, es muy interesante, entre a tu blog y me gustó mucho. Lo seguiré de cerca =D. Gracias

Anónimo dijo...

Visitó tu blog regularmente y escucho tu programa en Radio Universidad también regularmente. Es bastante interesante de lo que hablas, en la mayoría de las cosas estoy de acuerdo y en otras no, pero como tu mismo dices "ahi está el diálogo" y eso es lo importante, que bueno que recomiendes en pláticas la lectura no usando los métodos de siempre. No he leído la Historia Interminable, pero recomiendo mucho "Momo" del mismo autor.