martes, 4 de mayo de 2010

Musa

El cuadro de Picasso titulado Desnudo, Hojas verdes y Busto (en francés Nu au Plateau de Sculpteur) , pintado en 1932, fue subastado ayer en $106.5 millones de dólares en la casa Christie's de Nueva York. Como toda cantidad estratosférica, la cifra resulta banal, más propia de cuentachiles, así que conviene más bien atender el motivo de la obra.
Es un retrato de Marie-Thérèse Walter, la francesita que con apenas 17 años, conoció Picasso en París cuando él tenía 45 -y ya estaba casado. Al topar con la adolescente en la calle (véase abajo, la primera fotografía) , fue atracción -que no "amor"- a primera vista: el pintor la invitó a modelar a su estudio donde el romance fue así, inevitable de 1927 a 1935. Marie-Thérèse poseía un cuerpo formidable y una belleza rubia, solar, deslumbrante. Se convirtió al instante en pareja sexual (que no "novia") de Picasso y, más trascendental aun, en musa.
En la subastada obra de marras, Picasso retrató a Mari-Thérèse cuando cae profundamente dormida mientras el artista esculpía el busto que aparece también en el cuadro (véase la escultura real más abajo). Al fonde se advierte un biombo azul que guarece de miradas intrusas la desnudez de la modelo; una larga bufanda negra apresa su cuerpo de manera seductora; en tanto que el plato de frutas rojas y las plantas verdes ondulantes (nótese el diseño vaginal) sugieren motivos en apariencia sólo decorativos. Resalta el contraste entre el fortísimo color azul y la blancura y tersura del cuerpo inocentemente tendido boca arriba. Picasso ya había pintado una escena semejante previa (véase inmediatamente aquí abajo), pero al parecer, no quedó satisfecho al no lograr esa expresión desvalida de quien sueña y a la vez incita eróticamente, representación que sí se aprecia, en cambio, en la pintura subastada.
Marie-Thérèse inspiró numerosas obras de Picasso, a quien le insufló vigor, vitalidad, alegría, pero sobre todo, cachondería, erotismo rebosante: es decir, las ganas de hacer el amor todo el tiempo, a todas horas y en todas las formas. Revísense así, los ejemplos siguientes. (Al final, los retratos fotográficos de Marie-Thérèse).
PD- espero que entre los/las queridos blogonautas no exista el prejuicio antiintelectual o lugar común populachero que ve en Picasso un "pintor chueco y malhecho"; de ser así, ya habrá ocasión de comentar y profundizar las razones de la genialidad, importancia y belleza de la obra picassiana. Baste señalar por ahora, que sin Picasso, el arte occidental hubiese quedado atrapado en un reiterativo callejón sin salida.




Picasso como Minotauro se apresta a hacerle el amor a Marie-Thérèse dormida





















2 comentarios:

José Herminio dijo...

A veces las fotos me salen así después de unos tequilas

Anónimo dijo...

no puedo dejar de pensar en otra rubia deportista con caracteristicas muy similares a Marie-therese: Eva Braun.
Para mi el paralelismo es contundente, conocen a sus parejas en edades similares, fueron altamente influenciadas por ellos, devotas a hombres que no las podian amar; ambas se suicidan ante su ausencia. Una lastima...

K.i.k.i