Contrasentido

"En nuestra patria hemos desechado nuestra oportunidad de crecer en un régimen de libertades de culto y de conciencia, dado en un laicismo excluyente en forma de intolerancia", dijo el Gobernador como respuesta a las críticas de algunas agrupaciones por el homenaje al purpurado. "En una sociedad plural no hay que tener miedo a las iglesias y a las religiones; éstas deben presentar públicamente su propuesta". Añadió que el Cardenal será recordado como un personaje que ayudó a fomentar una sociedad más humana, fraterna, justa y solidaria. (Nota de Rebeca Herrejón y Alina Midori en 'Mural').
Hablar de "laicismo excluyente" es un contrasentido; es como decir "tolerancia intolerante", "democracia dictatorial", "gato perro" o "gordo flaco"; pues el concepto de laico (del griego laikos, 'lego', civil, del pueblo, no perteneciente a la jerarquía eclesiástica) alude al espacio neutral, a la zona a-religiosa (no anti-religiosa) donde se posibilita la coexistencia pacífica de las distintas religiones: desde los krishnas trasquilados y las faldas largas hasta el huesito de la Luz del Mundo, hasta la creencia medieval del cardenal Sandoval en las virtudes didácticas de la arquitectura faraónica de Cristerolandia (así como las botargas del Pato Donald y Mickey Mouse deambulan en Disneylandia, así en el Suntuario de los Mártires deambularán botargas de los guerrilleros cristeros Anacleto González Flores y Miguel Gómez Loza) más la ignorancia cultivada del término "laico" que el gobernador de Jalisco hace sinónimo de anti-religioso. Cuando quien excluye a los laicos es él, al privilegiar exclusivamente el culto católico, su culto particular. Sin embargo, no lo imitemos: evitemos recurrir al desquite, pues nosotros no hemos de excluir al pobre diablo, ya que quienes sí conocemos y reconocemos el significado incluyente y pluralista del concepto de laico, del Estado laico, hemos de comprender (no justificar) las tergiversaciones del Ejecutivo estatal (cuando él dice: "intolerancia", se refiere a la crítica fundamentada a su exclusivismo sesgado y patrocinio de un solo culto; cuando él dice: "libertades de culto y de conciencia", se refiere a las libertades del culto y la conciencia católica únicamente; cuando él dice: "no hay que tener miedo a las iglesias y a las religiones", se refiere a que no temamos a la Iglesia y a su religión católica. Cuando de lo que tenemos miedo es de semejante fanatismo que no respeta minorías, así como de la corrupción rampante que mete mano al erario para patrocinar y promover solamente su culto); en fin, comprendamos el disparate de "laicismo excluyente" a sabiendas de que la idea errónea de lo laico de emily es más bien, producto de su ignorancia y desinformación que él considera blindaje virtuoso.