La edad de la comunicación
Cuando yo como adulto me dirijo a ti, no puedo dejar de hablarle al infante que albergas en tu pasado y a la vez al adulto que eres ahora, pero en la medida en que me respondas con el lenguaje elaborado del adulto y no con el balbuceante del infante, nos habremos comunicado con o sin éxito.
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