jueves, 29 de noviembre de 2012

Bitácora Moleskine III

-Entrevisto en El Acordeón a Ernesto Núñez Albarrán, reportero de Reforma, sobre su libro Crónica de un sexenio fallido, la tragedia del calderonismo, editorial Grijalbo. Núñez, moreno de lentes con aspecto de chico de la oficina, es un periodista de talacha, de los que cubren con celo la fuente que les asignan. El diseño de la portada es fallido (crónica de un libro con portada fallida), pues se asemeja a los libros de autoayuda (Tu pareja es tu mascota; Sé feliz ya, infeliz, etcétera) que apuestan a las letras mayúsculas como única imagen
-Salgo a comer al restaurante del Hotel Hilton, donde saludo a Guadalupe Loaeza, arrinconada en una mesa rodeada de señoras que no paran de hablar (disparar) simultáneamente; la escritora se coloca en la nariz unas diminutas gafas rosas de leer y me indica en su iPhone el correo electrónico de la asistente (que yo ya tenía). Al salir, saludo a Enrique Krauze, que cojeaba de la pierna izquierda. Le comento sobre la renovación de mi suscripción a Letras Libres. "Esperamos mantenerlo como lector", me dice mientras toma del brazo al escritor Jorge Edwards para cruzar avenida Las Rosas, rumbo a la Expo(¿qué espera la Secretaría de Desarrollo Urbano para construir un puente peatonal? ¿Que atropellen a uno de estos escritores consagrados?), donde una fila de camiones expele hordas de estudiantes adolescentes que inundan la banqueta
-Acompaño a una amiga al stand de Anagrama para mostrarle los libros de Roberto Bolaño. Mientras ella se decide por uno de los cuentos, descubro el ensayo (la portada tiene un juego tipográfico con la 'e' escrita como símbolo de 'euro' y la 's' como $) Eros: la superproducción de los afectos, de Eloy Fernández Porta (leo el título de un capítulo: Ars amandi
-Salgo raudo al teatro Diana para el estreno de Santos vs. la Tetona Mendoza, de Jis y Trino. Nos acomodan a todos "los de la alfombra roja, por aquí, por favor" en una antesala: saludo a Jis, a su esposa, hijo y hermana; a Trino y a su esposa e hija; a Josel y esposa; a Igor Losada; a Sheila Ríos; a Sarita Valenzuela; a Quique Blanc; a... amigos y amigas. Subimos a una camioneta vagón que nos transporta a la "alfombra roja" tirando a moradita. Detrás de la valla metálica, un reportero me pregunta a quemarropa. "¿qué libro le recomendaría a Peña Nieto?" Respondí que Todo sobre las drogas y el peyote (al ver el enorme cartel con la imagen del Peyote Asesino -personaje de Jis y Trino- fue lo primero que se me vino a la cabeza: un texto hippie-huichol sobre plantas psicotrópicas que recordaba vagamente).  "¿Por qué?", insistió el reportero; "¡para que las legalice de una vez!", respondí... torpemente. Ya con calma, me replanteo la pregunta sobre qué título le sugeriría leer al presidente entrante, a sabiendas de que no lee...
-Luego de una presentación al borde del escenario, con la pantalla a sus espaldas, saluda y comenta Trino con su estilo de exabrupto rijoso (conoce bien a su público rugidor): "ahorita, en estos momentos, un pendejo está hablando sobre el fin de su sexenio, pero qué bueno que ustedes prefirieron ver al Santos"... La película de Jis y Trino, basada en la historieta vertiginosa, excesiva, del Santos, es un gran logro de producción para el cine de dibujos animados en México. Aun cuando la trama (que se antoja muy larga, cansa a ratos) se desenvuelve según la sucesiva sobrepoblación y desaparición demográfica de los Zombies de Sahuayo (sinónimo de las masas adormecidas del país), el mensaje nítido sobre el uso de las drogas (mariguana y peyote) es refrescante, por transgresor, en un sexenio que fenece enloquecido precisamente por la obsesión fallida de acabar con las drogas

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