En el Centro de Convenciones McCormick, de Chicago, mientras la gente aguardaba la llegada de Barack Obama, los altavoces tocaban música muy cashonda (como Let's stay together) relacionada con el estilo cool y el mensaje colectivista del candidato demócrata ganador. Romney no reconoció la derrota hasta ya muy tarde: ni modo, regresa a su fabulosa mansión, sin ideas -como al inicio de su campaña-, a seguir nadando en billetes por los billetes mismos.
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