viernes, 24 de febrero de 2012

Comediante desinvitado/reinvitado

¿Por qué la Academia (¿no resultaría más propio llamarla Jurado?) desinvitó a la ceremonia de los Óscares al comediante Sacha Baron Cohen (Londres, 1971)? Por corrección política. A sabiendas de la ira del mundo musulmán cuando se bromea sobre su profeta Mahoma o se hace mofa de sus líderes político-religiosos; con el ataque terrorista a las Torres Gemelas en el horizonte del siglo XXI; con los escenarios bélicos de Irak y Afganistán de fondo, en curso las revoluciones de la Primavera árabe, resultaba -se hizo el cálculo pragmático- más correcto no enviar ninguna clase de mensaje político/religioso desde Los Ángeles, que respetar la libertad de expresión satírica de Sacha Baron al acudir disfrazado del General Aladino, protagonista de su próxima película El Dictador (¡basada en una novela de Sadam Hussein!), coctel paródico de Gaddafi/Hussein/Bin Laden/Ahmadineyad bajo riesgo de que en efecto, el mensaje de un solo comediante se tomara como EL mensaje de Hollywood. Sacha reclamó así:



Amenazando con "consecuencias inimaginables" a una institución que califica como "sionista", Baron Cohen exige que le devuelvan sus boletos antes de mediodía del domingo. Se queja de que ahora su agenda para ese día está "más vacía que un supermercado norcoreano". Asimismo, lamenta perder los dos millones de dólares que pagó a Hillary Swank para que lo acompañara a la gala que por cierto, denuncia, no incluyó ninguna de sus producciones (como Planet of the Rapes -juego de palabras con apes: 'simios' y rapes: 'violaciones'). Anuncia no obstante que, "pase lo que pase", asistirá a la fiesta posterior a la ceremonia, porque "es imposible contagiarse de herpes dos veces". Sacha baron (a) General Aladino se despide con las consignas de "¡Muerte a Occidente!, ¡Muerte a América! y ¡Buena suerte a Billy Crystal, es fantástico!". Termina con una frase en off: "¿Qué tal salió? ¿Sonó suficientemente locochón?"
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El sentido del humor de Baron Cohen, pesadito a la manera de Monty Python o Ricky Gervais, se inscribe en el estilo británico de la parodia transgresora hasta el grado de incurrir en la insolente o desvergonzada o descortés incorreción política o religiosa. Se trata del humor homeopático que se mofa de prejuicios racistas, antisemitas y homófobos, siendo precisamente racista, antisemita y homófobo. De ahí el gusto de Sacha por el mockumentary (o cotorreo-documental). Con Baron Cohen, procedente de una familia ortodoxa judía, con abuelos que perecieron en el Holocausto, se cumple el axioma aquel de que sólo los judíos (como Woody Allen) pueden burlarse de los judíos... sin ser antisemitas.
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¡De último minuto! La Academia decide levantar el veto a Baron Cohen para no darle un pretexto exquisito de armar un escándalo mediático peor que el que puediese ocasionar en la alfombra roja disfrazado de dictador musulmán.
'VICTORY IS OURS! Today the Mighty Nation of Wadiya triumphed over the Zionist snakes of Hollywood. Evil and all those who made Satan their protector were vanquished and driven into the Pacific Sea. What I am trying to say here is that the Academy have surrendered and sent over two tickets and a parking pass! TODAY OSCAR, TOMORROW OBAMA!'

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