Super Baúl de trivia

Lo más interesante del partido de futbol americano de ayer (el Super Bowl) fue enterarse de que Madonna lució los aretes que adquirió por un millón de dólares en la subasta a la muerte de Elizabeth Taylor.
Súbditos principalísimos del ocio, vasallos del entretenimiento (E!), consumidores glotones del mundo del espectáculo masivo (su visión del mundo deriva de los productos del show business), los gringos pasan sin pestañear de la música pop a las estampidas y contraestampidas de búfalos (lo que ellos denominan 'futbol americano'). Los mexicanos que logran descifrar la pasión secreta del futbol americano, vienen siendo espectadores ya muy de segunda mano, consumidores de la visión digerida y regurgitada de locutores deportivos Televisos y Aztecos. Así, Madonna, la estrella invitada para mantener en alto el ánimo del estadio durante el medio tiempo, apenas tuvo ocho minutos para montar el escenario, doce para cantar y echar maromas, más siete para retirar todo el tinglado. La güera se presentó como reina o faraona o dominatrix en lo alto de un trono dorado tirado por romanos y gladiadores (como Kylie Minogue, mezcló lo grecorromano como pretexto para exhibir florecitas cultivadas en gimnasio), mientras debajo en los vestidores, ya los búfalos bufaban pugnando por emerger a la cancha a lanzarse y disputarse el control de una variedad de sandía.
M.I.A. ataviada con corona egipcia, hace la seña obscena del dedo (amplíese)
Una curiosa trivia más: a la cantante coestelar de Madonna, se le ocurrió mostrar el dedito cordial en plena trasmisión de las poderosas y puritanas cadenas de TV gringas (111 millones de espectadores pasivos). Tanto la Liga Nacional de Fut Americano (la NFL) como la NBC (National Broadcasting Company) salieron rápido a dar disculpas por la osadía digital. (Por cierto, si el dedo asemeja un pene, ¿no sería una seña más bien masculina?). La cantante coestelar se autodenomina M.I.A., un juego de palabras para decir tanto Maya -la i se pronuncia ai en inglés- como Missing In Action (desaparecido en combate), pues Maya, cuyo nombre verdadero es Mathangi Arulpragasam, nació en 1975, en Sri Lanka (o Ceilán para los navegantes portugueses y españoles), la lágrima bajo el vasto triángulo invertido de la India. Su padre fue un guerrillero tamil con el cual Maya se encuentra en malos términos porque la abandonó a ella y a su madre (de ahí el pseudónimo de Mising In Action o 'desaparecido en combate') quienes no tuvieron más remedio que huir hacia Londres, donde Maya estudió arte y emergió como cantante rappera de música electrónica; las compañías disqueras de Nueva York fueron por ella para lanzarla al mercado mundial de la música anglosajona. Y aunque sólo lo haya vivido como bebé, Maya, educada y desarrollada en el Reino Unido y en EEUU, no duda en explotar su origen para dotar de exotismo a su música y videoclips.