martes, 21 de febrero de 2012

Misterioso vuelco

Cleopatra seduce interesadamente a Julio César para obtener más poder, incluso urde un complot para asesinarlo, pero, oh, misterioso vuelco del corazoncito, cuando el César, alertado, huye de Egipto, Cleopatra descubre no sólo que está enamorada sino enamoradísima del emperador romano y entonces, ante la separación abrupta, pide piedad... al cielo: "¿No sientes piedad por mí? ¡Santo cielo, voy a morir... de amorsch!"
Así lo narra G. F. Händel en el aria de su ópera Giulio Cesare (1724):



Ensayo de la bella soprano Magdalena Kožená }pron. cóchena (Checoslovaquia, 1973)

Se pietà di me non senti, / Si piedad de mí no sientes,
giusto ciel, io morirò / justo cielo, yo moriré
giusto ciel, io morirò
io morirò
giusto ciel, giusto ciel,
io morirò
Se pietà di me non senti
giusto ciel, io morirò
giusto ciel, io morirò
giusto ciel, io morirò

No hay comentarios: