jueves, 20 de enero de 2011

Contra-relato

Judas nunca se suicidó. Jesús le propuso organizar un complot que desembocara en crucifixión. En pago le concedería la inmortalidad. Judas cumplió con el pacto. Igual Jesús. Así que Judas Iscariote continúa entre nosotros y se mantiene en forma (trota 5 kilómetros diarios) a la espera del Mesías. Escondido, pues aún no se disipa el rumor de que, para lograr su cometido, esto es, la inmortalidad, Judas habría sobornado a Poncio Pilatos, a los fariseos y al mismo Jesús. Como sea, las treinta monedas de oro generan intereses día con día en el banco. Mientras, Judas calla, aguanta y entrena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

eran de plata

Anónimo dijo...

..ah