miércoles, 29 de enero de 2014

Caza confusa

La chica fue entrenada con tesón, con disciplina rigurosa, día a día, año con año, como cazafortunas profesional. Fungía como coach su propia madre ("debes empoderarte no empobretarte con un marido de morralla como tu padre"), hasta que al fin, cierto día luminoso, la chica ninja divisó a su presa: un hombre que, según murmuraba toda la gente, hacía girar fortunas hasta el cielo. La audaz chica se autopresentó y al siguiente día se casaron. Pero el hombre tan sólo cobraba los boletos para subir a la rueda de la fortuna. Desde entonces la madre vive en una canastilla de la rueda donde llora a carcajadas.
Money

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