miércoles, 18 de diciembre de 2013

Cronos y Kairós/ O de lo cuantitativo y lo cualitativo del Tiempo



Kairós, bajorrelieve, IV a. de C. 
En la mitología grecorromana, Kairós se representaba como un joven alado que parece a punto de danzar. Sobre la pierna izquierda flexionada, apoya (equilibra, balancea) el cuerpo, mientras sostiene una balanza por el centro o punto de apoyo. Las alas desplegadas, batiendo, sostienen (equilibran, balancean) también el peso del joven que se mantiene así, en un estado de tensión -todo fibra, tendón, nervio y músculo- buscando, aguardando el momento clave.
Kairós, 1525, Francesco Salvati (amplíese)
 Kairós es el símbolo de la oportunidad (timing, se dice en el ámbito político). En la cultura latina se entiende como Occasio, (reconocer) la ocasión; en el renacimiento se le vinculó a la Fortuna.  Nuestra noción del tiempo reside en dos planos: la experiencia del tiempo, propio, auténtico, difícil de comunicar pues se trata de una visión subjetiva de la duración; y el tiempo mensurable, físico, o la presencia de Cronos que devora tic-tac, tic-tac, a sus hijos. Es el tiempo cronológico del reloj y del calendario. Así, resulta muy errática la medición de la edad de una persona exclusivamente en tiempo cronológico. Hay adultos con mentalidad de infante y viceversa. Kairós, en ese sentido, da la clave, ya que es el tiempo significativo, el antes y después para cada persona; momentos oportunos que determinan biografías enteras.

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