viernes, 3 de mayo de 2013

Odisea breve

Acudí al restaurante y pregunté por la sirena que en el acto me sirvieron a la mesa. Asombrado, precisé con rigor: "las hostess no se comen". La sirena, agradecida, cantó para mí.

1 comentario:

Luna Onofre dijo...

Entiendo, seguramente y quedaste encantado y sin saber qué hacer ante la mágia del momento. Esta mini historia me provocó poner el disco de R.Tovar, tú sabes Rigo es amor y le ocurrió algo similar, impactándolo de tal manera que hasta le inspiró una canción, sin ver las consecuencias.