domingo, 8 de enero de 2012

Crear como defensa

Cuando un grano de arena o un parásito penetra la concha bivalva del ostión, de inmediato una sustancia lustrosa llamada nácar comienza a segregar capas y más capas para cubrir y aislar el grano de arena y proteger el cuerpo interior indefenso de la ostra. Poco a poco así, va formándose una dura y brillante perla.

Cantan las olas
y las arenas,
las caracolas
y las sirenas

A una perla
que está en su cuna,
quieren verla
el sol, la luna.

Cuna de nácar,
silencio de aguas…
¡que se despierta!
la perla blanca.

Bella durmiente
que espera un beso
del sol naciente,
rubio y travieso.

La vieja luna
le da en herencia
brillo y blancura,
bella presencia.

Y es el silencio
de su clausura
el alto precio
de su hermosura
.

-Zandra Montañés

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