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Roberto Bolaño La caricatura es una etimología del carácter, una indagación en las raíces de la persona
-Alfonso Reyes
Exagerar es una forma de admirar cortésmente
-Roberto Bolaño
El género de la caricatura en su acepción rigurosa, es la versión gráfica -no un mero retrato figurativo- de los rasgos, gestos y tics humorísticos no sólo del rostro sino de toda la persona(lidad). La posición reduccionista que define la caricatura como "exagerar" mediante el dibujo las facciones de una cara, yerra de lleno, pues no basta con ampliar, aumentar o sobredimensionar los dizque 'defectos' (una narizota; unos ojos saltones; una sonrisa de mandril): hay que captar, capturar, aprehesar el alma o, en términos menos místicos, el estilo personal del caricaturizado. Y para eso incluso se requiere en ocasiones, omitir precisamente el cuello de ganso, los ojos mirándose lo bizco, las orejas de tostada, que pueden distraer para dar en el blanco: el carácter, el núcleo psíquico de la persona. El caricaturista ha de poseer así, algo de ojo de terapeuta o de capo paranoico o de agente de modelos o de vecina chismosa para escanear al caricaturizado. Es un error también concebir la caricatura como la mera 'deformación' de los rasgos del caricaturizado, de donde se deriva el lugar común, tan irreflexivo, de 'caricatura' como sinónimo de versión deformada, distorsionada de una idea, de un hecho. En todo caso, ha de indicarse tal caso con la palabra correcta: 'deformación' o 'distorsión'. Porque caricatura implica un ejercicio intelectual de caricare, de 'cargar' de sentido preciso, el dibujo que traduce la idiosincrasia del caricaturizado. Que conste .
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