Si ya el mundo del arte contemporáneo, sobre todo el mercado, se antoja extraterrestre o desvinculado de los avatares sociales prácticos de este mundo, el planeta de la moda gira en su propia órbita alrededor de algún Sol tan lejano como esplendoroso y caprichoso ¿O podrá imaginarse hoy en día una disputa legal por el color de las suelas de unos tacones? Pues tal es la demanda de Christian Louboutin, zapatero de lujo, contra la casa Yves Saint Laurent: "el color rojo de la suela", sostiene Louboutin (pron. luubutá), "es mío." Louboutin concibió el modelo al advertir un letrerito a la entrada de un museo con piso de duela: "Se prohibe la entrada a mujeres con tacones de aguja (stilettos)". Ajá, se trata de no dañar al pisar, debió de inferir Louboutin; pues al contrario: que la mujer bella pise fuerte hasta que haga sentir (impregne con) la sangre de su pasión. Cenicienta después de bailar y de pisar fuerte, deja olvidada su propia vaina encarnada para que la re-conozca el Príncipe.
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