lunes, 28 de noviembre de 2011

Llamen al Gran Lobo para espantar a los lobos

El intuitivo
La declaración
Milenio, 27 de noviembre de 2011.- Para el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, la presencia de más elementos del Ejército y de la Policía Federal podría inhibir el crecimiento de la delincuencia organizada en la ciudad.
“La Policía Federal y el Ejército sí los puede inhibir (a los cárteles del narcotráfico). Ojalá que venga para acá el Ejército. Es una ciudad grande, importante para la región, para que pueda trabajar en paz, tener turismo, pero si viene para acá el Ejército ¿qué hacen los maleantes?, pues se van a dañar a otra parte, andan corriendo a donde no haya seguridad”, expresó el jerarca católico.
El cardenal tapatío fue entrevistado en su casa de Tlaquepaque y dijo que "él intuyó" que algo malo pasaría una vez que terminaran los Juegos Panamericanos y que se fuera la Policía Federal de la ciudad, al referirse al hallazgo de 26 cuerpos en tres camionetas el pasado jueves.
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La interpelación
La intuición (¿no intuye el Prelado que su intuición pudo operar al revés? O ¿quiénes atrajeron a quiénes?), la superstición y la ignorancia de la ultraderecha no ayudan en momentos de inseguridad: la exacerban. En efecto, reaccionar al miedo infundiendo más miedo, no es solución. No es posible coincidir con las intuiciones de un Cardenal (porque estás que te vas, y te vas, y te vas...) -o de quienes coincidan con él- que clama, voz en el desierto de su mansión, por la presencia del Ejército en las calles de Guadalajara. Tráigase a la memoria a Carl von Clausewitz: en medio de la guerra, un ejército poderoso atrae al campo de batalla a otro ejército poderoso. En tiempos de guerra (como en la que nos metió, sin consultarnos, el gobierno de Calderón), la presencia de hombres violentos constituye un llamado de alerta para otros hombres violentos que acudirán prestos a medir fuerzas. Recuérdese la conquista del Oeste (western) estadounidense con sus pueblos repletos de cowboys armados; o la ciudad de Chicago con las bandas italianas de Al Capone enfrentadas a las bandas irlandesas. Así, la presencia del Ejército en Guadalajara, elevaría la ciudad automáticamente al rango de campo de batalla, a escenario bélico, con la población civil en calidad de daño colateral, los ciudadanos en condición de extras de una película letalmente chafa.
¿Conclusión? NO rotundo a la presencia del Ejército y/o la Policía Federal en las calles de la zona metropolitana. En caso contrario, proporciónese a cada ciudadano, no tanto una mansión tlaquepaquense -tampoco hay que abusar-, sino la misma cantidad de guaruras y escoltas que, erario mediante, protegen al intuitivo Cardenal. (MFM)

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Posdata residencial-
Milenio, 28 de noviembre de 2011.- Juan Sandoval dijo que es un “hijo de obediencia” y agregó que se siente bien de salud y que está dispuesto tanto a quedarse como a dejar el cargo.
Sin embargo, aclaró que antes de cumplir los 80 años de edad —para lo cual le falta año y medio— tendrá que dejar el cargo, debido a que hay un acuerdo eclesiástico que establece que a esa edad debe cesar toda responsabilidad de los obispos.
El arzobispado de Guadalajara ya está preparando la casa del nuevo arzobispo la cual, dijo el cardenal, está “bastante digna, buena, más grande”. Indicó que la casa está ubicada en Colinas de San Javier; añadió que él seguirá viviendo en la casa que hoy habita en Tlaquepaque. Dijo que así estará “cada gallo en su estaca”.

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