martes, 22 de noviembre de 2011

Ruta

A instancias de la bailarina y empresaria Ida Rubinstein, el músico francés Maurice Ravel compuso una obra para ballet que al principio, por sugerencia de Ida, sería una versión de la música del compositor español Isaac Albéniz, pero el respeto a los derechos de autor forzó a Ravel a crear una pieza completamente nueva que llamó primero fandango y después Bolero . Se estrenó en la Ópera de París un día como hoy en 1928. Dado el ritmo reiterativo, machacón aunque sensual e hipnótico de la pieza que comienza despacito, suavecito y poco a poco va aumentando de intensidad, in crescendo, con Ida -según relatan las crónicas de la época-, alta, imponente, bailando casi desnuda a mitad del escenario (que la obra sitúa en un café de Barcelona donde una mujer se incorpora a danzar sobre una mesa bajo la mirada intensa de los hombres, parroquianos voyeurs que forman un círculo alrededor de ella) el Bolero se asoció de inmediato con la ruta del orgasmo.
Ida Rubinstein, 1910, por Valentin Serov

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