martes, 11 de octubre de 2016

El desafío periodístico de cubrir "objetivamente" al Nazi/ O la falacia del debate entre "iguales"

¿En cuál burbuja vives: en la de Trump o en la de Hillary? 
(Do you live in a Trump bubble, or a Clinton bubble? 
The myths, exaggerations and lies of our fragmented media have distorted reality for both left and right. This is eroding our democracy)


-Timothy Garton Ash

Los medios de comunicación estadounidenses mantienen un gran debate a propósito de cómo informar sobre Trump, un demagogo narcisista, fanfarrón, mentiroso, ignorante y peligroso. Pero los medios son parte del problema (There’s a great debate raging here about how the American media should cover this narcissistic, bragging, mendacious, ignorant, dangerous demagogue. But what’s happening to the media themselves is part of the problem.)

Todos parecen estar de acuerdo en que los presentadores de televisión deben pedirle cuentas cada vez que mete la pata, como hizo Leslie Holt en el primer debate, y no mantener un falso equilibrio entre dos candidatos de calidad y seriedad muy diferentes. Lo que la analista Brooke Gladstone llama el prejuicio de equidad (o falacia del empate). "Ah, sí, profesor Smith, gracias por defender que la Tierra es redonda; y ahora voy a dar el mismo tiempo y respeto a Mr. Jones, que asegura que la Tierra es plana". (The journalistic consensus seems to be that television anchors and news reporters should call him out on his serial whoppers, as NBC’s Lester Holt did when moderating Monday’s debate, and not preserve a false balance between two candidates of such disparate quality and seriousness – which would be to fall prey to what the media commentator Brooke Gladstone slyly calls fairness bias. “Ah yes, Professor Smith, thank you for arguing that the Earth is round, and now let me give equal time and ostensible respect to Mr Jones, who argues that the Earth is flat.”)

Como Internet ha destruido el modelo de negocio tradicional de la prensa y, al mismo tiempo, permite una enorme abundancia de fuentes, todos compiten ferozmente por quedarse con las visitas y los clics en este terreno abarrotado día y noche: como si fuera el salón de corredurías de una tradicional Casa de Bolsa. Hay que gritar, gritar, GRITAR. Cuanta más sangre y más rugidos, mejor. (Since the internet has demolished the traditional business model of newspapers, while allowing a fantastic profusion of sources, everyone is competing furiously for eyeballs and mouse clicks in this crowded, hectic 24/7 arena – the virtual equivalent of a traditional stock exchange trading floor. Shout, shout, SHOUT. If it bleeds, it leads. If it roars, it scores.)

A las informaciones y los análisis matizados, equilibrados y basados en pruebas les cuesta hacerse oír. Las posibilidades tecnológicas, los imperativos comerciales y los cambios culturales se unen para convertir la democracia deliberativa en infotainment. Los Reality Shows de la televisión  superan a la realidad. Igual que Berlusconi, el empresario del mundo del espectáculo y previa estrella de su Reality Show, Trump es a la vez, producto y creador de este nuevo mundo. (Nuanced, balanced, evidence-based reporting has difficulty making itself heard among the hubbub. Technological possibilities, commercial imperatives, and perhaps also cultural changes combine to turn deliberative democracy into infotainment. Reality TV trumps reality. Like Berlusconi, the showbusinessman and former reality TV star Trump is both a product and a creator of this brave new world.)

En esta realidad alternativa, los hechos, las pruebas y las opiniones de expertos dejan paso a los mitos, las exageraciones, las mentiras y las simplificaciones (el "hagamos que América vuelva a ser grande" de Trump, el "recuperemos el control" del Brexit). Los historiadores de la propaganda saben que las mentiras se imponen por mera repetición, a base de atontar la mente hasta expulsar la verdad. Las cámaras de eco constantes de los medios sectarios y las redes sociales que refuerzan los prejuicios causan un efecto similar. (We now have alt-reality, where facts, evidence and expert opinion give way to myths, wild exaggerations, lies and powerful simplistic narratives. (Trump’s “Make America great again”, the Brexiteers’ “Take back control”.) Historians of propaganda know that lies prevail by sheer mind-numbing repetition, crowding out the truth. The 24/7 multiplatform echo chambers of partisan media and prejudice-reinforcing social media have a similar effect.)


En el primer debate, Clinton soltó una frase muy ensayada: "Donald, sé que vives en tu propia realidad". Trump, con menos práctica, humor involuntario y más revelador, replicó: "Creo que el mejor miembro de su campaña son los grandes medios de comunicación". Unas palabras propias de la retórica populista en todo el mundo, desde Estados Unidos a Francia y desde Polonia a India, con las que señala que sus partidarios son un grupo asediado por las poderosas élites liberales y en cambio, solamente ellos, los populistas, son "el pueblo auténtico". (Both candidates actually alluded to these rival echo chambers in Monday’s televised debate. Clinton got out her well-rehearsed line: “Donald, I know you live in your own reality.” Trump’s was less practised, unintentionally funnier and more revealing: “I think the best person in her campaign is mainstream media.” This line is characteristic of so much populist rhetoric across the world, from the US to France and Poland to India, suggesting that your supporters are an embattled group oppressed by powerful liberal elites, and they alone are the “real people”.)


La distorsión está más agudizada en la derecha populista, pero la polarización tendenciosa, los gritos simplistas y las cámaras de eco son un problema en todas partes. Estados Unidos tiene medios de comunicación libres, variados y sin censura, pero que cada vez tienen menos sitio en la plaza pública común. Existe allí un noble lema que nos invita a creer en el "mercado de las ideas". Lo que estamos presenciando en estas elecciones es el fracaso del mercado de las ideas. (The distortion is worse on the populist right, but tendentious media polarisation, simplistic shouting and echo chambers are a problem on all sides. Although the US has free, uncensored, diverse media, these are less and less offering the shared public square we need for deliberative democracy. A noble American cliche invites us to believe in the “marketplace of ideas”. What we are witnessing in this election is a market failure.)

No hay comentarios: