miércoles, 16 de octubre de 2013

Y mientras todos veían a los futbolistas panameños como masiosares...

Ballenas y vallenatos en el Congreso de la Lengua de Panamá

El VI Congreso de la Lengua se reúne en Panamá para celebrar los libros y las palabras

Se hablará sobre la historia de la lectura, la industria editorial, la enseñanza y la creación literaria

-Álex Grijelmo

Gabriel García Márquez volvió la cara con toda amabilidad hacia aquella mujer que por fin conseguía dirigirle la palabra tras abrirse paso en la conversación. Un grupo de periodistas y el escritor colombiano miraban hacia el mar desde la embarcación en la que navegaban cerca de Los Cabos (en Baja California, México) con la esperanza de avistar algunas ballenas. Todos ellos participaban esos días en la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa de marzo de 2004. "Y dígame", le interpeló Elizabeth Dulanto, directora de la revista peruana Cosas: "¿Qué tienen que ver con las ballenas esos ballenatos que cantan en su país?". Y el premio Nobel le respondió con toda cordialidad: "No, señora, el vallenato es con uve". Pues la palabra "vallenato" procede de un valle colombiano, y más exactamente de los natos de ese valle, los valle-natos. "Vallenato no viene de ballena", agregó García Márquez, según el recuerdo todavía fresco de su interlocutora.
Los congresos trienales de la lengua celebrados hasta ahora no adquirieron repercusión internacional por los trabajos presentados en sus reuniones, algunos de gran rigor científico, ni por las mesas redondas para un público reducido o de especialistas, sino por las anécdotas similares a la de García Márquez.
El VI Congreso que se desarrollará en la ciudad de Panamá del 20 al 23 de octubre próximos ofrecerá igualmente al gran público algunos motivos de recuerdo y muchas anécdotas, tal vez; pero, como los anteriores, su celebración no se justificará solamente con eso.
La ministra de Educación de Panamá, Lucy Molinar, una mujer ciclón que desprende energía a su paso y cuya mano se nota en el programa del congreso, ha enfocado esta tarea con la idea de que su país obtenga una gran rentabilidad social del acontecimiento. Ha hecho suyo el programa y está decidida a extraerle todo el jugo en beneficio de Panamá. El presupuesto de la gran asamblea del idioma (3.5 millones de dólares) lo cubrirá al completo el Gobierno panameño, que no ha solicitado patrocinios. Y eso le permite manejarse con gran influencia en la organización.
De este modo, y entre otras decisiones, Panamá ha becado a 1, 200 profesores de enseñanza media para que asistan a las reuniones y a los actos, y puedan vivir esta gran fiesta del español entre los grandes autores y estudiosos del idioma. Eso forma parte del proyecto Rednade (su red nacional de docentes de español). La utilidad de estos congresos también la defiende el siempre ingenioso Pedro Luis Barcia, quien tiene experiencia en estas reuniones trienales tras haber dirigido la Academia argentina durante 12 años y hasta hace solo unos meses. Incluso ha acuñado una frase: "Los congresos de la lengua alborotan el avispero mediático, patean el hormiguero temático y reaniman el almario docente". Lo cual se desarrolla de este modo en relación con el avispero: "Durante una semana, avispones, tábanos y otros comunicadores urticantes hincan en el noble caballo de la lengua sus aguijones, se ceban en él, y hacen de su materia la principal noticia de los medios". Y así respecto al hormiguero pateado: "Salen a la luz y al pleito todos los temas esenciales asociados a lo lingüístico, la lectura, la edición y un largo etcétera. Es una oportunidad de destripar el muñeco con sano ensañamiento". Y finalmente se reanima el almario docente porque los profesores de español pueden "allí sentados, como esponjas, absorber cuanto se discute y expone, y con ello, reanimar su espíritu y regresar a sus espacios habituales con renovado ánimo para defender la lengua, que es el más importante de los contenidos transversales de la educación".  
En esta ocasión, el congreso girará en torno al libro, ya se trate del que se lee sobre papel o el que se aparece sobre una pantalla. Así, unos 210 ponentes se repartirán en mesas y seminarios que a su vez se engloban bajo cuatro epígrafes, todos ellos relacionados con el libro: la historia de la lectura y sus historiadores, la industria editorial, la enseñanza y, finalmente, los creadores y la comunicación. El número de asistentes se contará por miles. En cuanto a la industria, el congreso abordará los desafíos de la era electrónica, entre ellos los grandes proyectos de digitalización de las bibliotecas nacionales. El libro electrónico planeará sin duda por estos debates. En los congresos de la lengua celebrados hasta ahora (excluido obviamente el de Chile), los grandes escritores del idioma español recibieron aclamaciones como si se tratara de estrellas del rock. Y todo lo que hubo a su alrededor se transformó en fiesta ciudadana, porque la gente acudía a los actos en masa y alegre.

 

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